Cuesti¨®n de fronteras
Frontera, he ah¨ª la palabra clave de la pel¨ªcula, a la que nunca se puede definir del todo como un documental, pero que nunca es una ficci¨®n
Se abre la pel¨ªcula y, en medio de un bosque, dos mujeres mayores miran lontananza. De cuando en cuando, casi sin mirarse, sueltan frases que parecen formar una conversaci¨®n sobre las clases de ¨¢rboles. De momento, el espectador no ha agarrado la met¨¢fora, si es que la hay. Pero s¨ª comienza a notar ese tono impostado, recitativo, de los no profesionales. Parece un documental pero en realidad no lo es (o quiz¨¢ s¨ª). Nadie, ni los m¨¢s sabios del lugar, dice: ¡°Tienes que acostumbrarte a ver el mundo sin complejidades, en bloques que no se desmigajan¡±. La impresi¨®n es que la charla est¨¢ guionizada. Hay cambios de plano, quiz¨¢ porque la memoria no llega para un plano general ¨²nico con tanto texto. Y lo que se experimenta en estos primeros minutos de Arraianos, segundo largo de Eloy Enciso, es lo que se va a ir viviendo a lo largo del metraje: se nota demasiado la impostura, a pesar de que el documental (o la ficci¨®n, qu¨¦ m¨¢s da) contenga suficientes im¨¢genes poderosas como para que parezca una oportunidad perdida.
ARRAIANOS
Direcci¨®n: Eloy Enciso.
Int¨¦rpretes: Celsa Ara¨²jo, Antonio Ferreira, Eulalia Gonz¨¢lez, Aurora Salgado.
G¨¦nero: documental. Espa?a, 2012.
Duraci¨®n: 70 minutos.
Arraianos: habitantes de La Raya (o A Raia), zona fronteriza entre Galicia y Portugal, en principio separada por l¨ªneas pol¨ªticas, que, sin embargo, comparte diversos aspectos idiom¨¢ticos, consuetudinarios y culturales. Frontera, he ah¨ª la palabra clave de la pel¨ªcula, a la que nunca se puede definir del todo como un documental, pero que nunca es una ficci¨®n, aunque haya fragmentos que parezcan escritos a priori. No son pocas las creaciones cinematogr¨¢ficas que, en el ¨²ltimo lustro, han experimentado con las fronteras entre documental y ficci¨®n; tantas que la sistem¨¢tica casi se puede convertir en clich¨¦. Clich¨¦, he ah¨ª la otra palabra clave. Porque tambi¨¦n en el ¨²ltimo lustro se ha desarrollado una suerte de cine de autor que, tendiendo demasiadas veces hacia la autocomplacencia, acaba desinteresando emocionalmente.
Y es una l¨¢stima, porque im¨¢genes tan poderosas como la de la misa, con la anciana de negro en primer plano y la vaporosa luz quebrando sus arrugas, o el fantasmal plano de la calle, tenuemente iluminada, con el ganado pasando cual caravana de autopista, pod¨ªan haber acabado conformando una pel¨ªcula a la que no se le vieran tanto la escuadra y el cartab¨®n del nuevo cine festivalero.
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