Rembrandt en Haarlem: el p¨²blico elige
Una votaci¨®n por Internet decide los dibujos del pintor que ser¨¢n expuestos en el museo Teylers
Los recortes sufridos por el sector del arte en Holanda han aguzado el ingenio del museo Teylers, de Haarlem. Due?o de una de las mejores colecciones del mundo de la obra gr¨¢fica de Rembrandt, ha invitado al p¨²blico a elegir sus cien dibujos y aguafuertes favoritos. Con ellos ha organizado una exposici¨®n que ilustra las preferencias del p¨²blico actual al mirar a uno de sus h¨¦roes nacionales.
Como las obras necesitaban un marco nuevo y a medida, la sala ha pedido a su vez ayuda a la ciudadan¨ªa para comprarlos. Ambas empresas han sido un ¨¦xito, y Los cien ¡®rembrandts¡¯ m¨¢s bellos del Teylers abrir¨¢ este s¨¢bado presumiendo de haber logrado reunir los 50.000 euros necesarios para costear los marcos. Pero sobre todo, estamos ante la exposici¨®n m¨¢s democr¨¢tica montada por la sala m¨¢s antigua del pa¨ªs.
Fundado en 1784 con el legado de Pieter Teyler, un adinerado banquero, el museo compite con el dedicado en Haarlem a Frans Hals, otro maestro del Siglo de Oro. El Teylers, sin embargo, cuenta con un atractivo a?adido: conserva un interior intacto y tiene una imponente colecci¨®n de paleontolog¨ªa y aparatos cient¨ªficos, junto a una nutrida biblioteca de Historia Natural. Desde su apertura, adem¨¢s, se lanz¨® a coleccionar la obra gr¨¢fica de Rembrandt, tanto aguafuertes como dibujos, y es uno de los centros de referencia en este g¨¦nero. En total, guarda un tesoro de 326 grabados y 34 dibujos. De estos ¨²ltimos, 12 son del maestro y el resto de sus alumnos y seguidores.
Se trata de una colecci¨®n sobre la que solo opinaban los expertos, y de ah¨ª que haya surgido la idea de abrirla al espectador para su selecci¨®n. ¡°Quer¨ªamos saber qu¨¦ busca el p¨²blico de hoy en los dibujos y temas del pintor, porque con Rembrandt ha cambiado mucho. Hizo de todo, escenas b¨ªblicas, autorretratos, im¨¢genes er¨®ticas o paisajes. Pas¨® de ser un hombre reputado a no encajar en la moda del siglo XVIII, por sus motivos, considerados ordinarios. En el XIX, por el contrario, hac¨ªan falta h¨¦roes patri¨®ticos y su vida y obra, libres y poco convencionales, le convirtieron en un s¨ªmbolo¡±, dice Michiel Plomp, conservador jefe del Teylers, que sigue atento los ¨²ltimos detalles del montaje.
Con las cinco im¨¢genes m¨¢s votadas del centenar colgado en la muestra, se ha elaborado un cuadro de honor muy significativo. S¨®lo uno de los cuatro grabados escogido por la gente fue alabado hace cuatro siglos. Se titula Autorretrato apoyado en una repisa de piedra, y recuerda que Rembrandt mismo fue uno de sus mejores y m¨¢s frecuentes modelos. Se retrat¨® como noble y mendigo, joven y anciano, y el efecto producido por su rostro perdura.
La pieza m¨¢s popular en la actualidad, y que preside esta orla honor¨ªfica, es El retorno del hijo pr¨®digo. Se trata de un conmovedor dibujo sobre la par¨¢bola de Jes¨²s, recogida en el Nuevo Testamento, en tonos sepia. Con pocos trazos logra lo que le hizo grande: el mayor grado posible de expresi¨®n y humanidad en un espacio reducido. Los otros tres elegidos para esta gloria moderna son grabados diversos. El Autorretrato con los ojos abiertos es casi tan peque?o como un sello y uno de los m¨¢s reproducidos de la trayectoria de Rembrandt. El paisaje Tres ¨¢rboles y una Caracola brillante completan el quinteto.
La apertura del sitio web para recoger los votos ha dejado comentarios para todos los gustos. Desde los firmados por varios holandeses famosos, a los del p¨²blico corriente, encantado del protagonismo brindado. As¨ª, Gary Schwartz, uno de los mayores expertos en la obra del artista, dice sobre un grabado religioso: ¡°Rembrandt era una tuerca en el engranaje del anuncio de la llegada de Mes¨ªas¡±. El escultor Jasper Krabb¨¦ califica r¨¢pido una de las ilustraciones er¨®ticas que inspiraron luego a Picasso: ¡°Deseo de 1659¡±. El fot¨®grafo Koos Breukel ve la rapidez de su oficio en la cara sorprendida de Rembrandt y apunta: ¡°Es como si trabajara abriendo y cerrando el objetivo¡±. Dieuwertje Blok, presentadora de programas infantiles, se emociona con ¡°la madre que tuve y quisiera tener¡±, ante una escena familiar. Y Jan Six van Hillegom, descendiente directo de Jan Six, el alcalde de ?msterdam inmortalizado en 1654, repite otro comentario frecuente: ¡°Es fant¨¢stica la forma de decir tanto con unas pocas l¨ªneas¡±, ante un paisaje marino.
Su antepasado pos¨® con capa roja para uno de los ¨®leos m¨¢s conocidos del artista, y compr¨® asimismo la plancha del correspondiente grabado. La primera pertenece a la familia, que la ha cedido para la muestra. La ilustraci¨®n es del museo y las presenta juntas. ¡°Era una pr¨¢ctica corriente y el cliente ten¨ªa el monopolio de su figura. Pero cuando mor¨ªan, acababan vendi¨¦ndose reproducciones de los grabados. Rembrandt ten¨ªa gran sentido comercial, necesitaba el dinero, y estas piezas eran muy populares. Todos los nuestros son de su ¨¦poca¡±, a?ade el conservador.
Los dibujos tal vez sean menos conocidos que los aguafuertes, porque Rembrandt practicaba con ellos. No sol¨ªa firmarlos y apenas preparaba as¨ª sus ¨®leos, con un boceto preliminar. Un aguafuerte, por el contrario, pod¨ªa reproducirse cien veces y venderse hasta por 100 florines del siglo XVII. De todos modos, que El retorno del hijo pr¨®digo, peque?o y emotivo, haya sido escogido como abanderado de la exposici¨®n (hasta el 19 de enero) demuestra que Rembrandt sigue llegando, con muy poco, al espectador.
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