Historias de las p¨¢ginas interiores
La Fundaci¨®n Mapfre se sirve de la fotograf¨ªa, de la pintura y de la moda para reconstruir dos siglos plagados de im¨¢genes
Hay muchas maneras de contar la historia. Para rastrear las huellas del pasado, los investigadores han desempolvado legajos y se?ales procedentes de todas las fuentes posibles de informaci¨®n. El enriquecimiento es tan constante que es dif¨ªcil que un tema se d¨¦ por cerrado. Todo parece susceptible de ser reinterpretado. El problema se acent¨²a cuando la parte de la historia que se quiere contar es la m¨¢s reciente y pretende abarcar nada menos que los dos ¨²ltimos siglos. Hay que acotar y escoger el punto de vista. La exposici¨®n Espa?a contempor¨¢nea. Fotograf¨ªa, pintura y moda, que a partir del jueves se puede ver en Mapfre es una versi¨®n cotidiana de lo ocurrido en este pa¨ªs desde la invenci¨®n del daguerrotipo hasta la actualidad, contado a base de extraordinarias fotograf¨ªas que retratan lo m¨¢s relevante sucedido en la sociedad durante dos siglos. Una treintena de trajes marcadamente espa?oles y una peque?a selecci¨®n de pinturas hilvanan un emocionante retrato de esas peque?as historias que solo se pod¨ªan encontrar en las p¨¢ginas interiores de los peri¨®dicos.
El famoso retrato de la bailarina Encarnita Alcaraz (Madrid,1925, D¨ªaz Casariego), vestida solo por la h¨¦lice de un avi¨®n y aupada en unos modernos tacones, una familia de indigentes en la calle de Alcal¨¢ (Madrid, 1934, Santos Yubero), los republicanos espa?oles en el campo de concentraci¨®n de Bram (1939, Agust¨ª Centelles), los refugiados de la carretera de Tarragona (1939, Robert Capa) o los mendigos en la puerta de Lhardy (Madrid, 1939, Hermes Pato), dan idea de un pasado reciente lleno de contrastes. De rupturas y de tragedias. De modernidad y de retroceso. Las m¨¢s de 400 fotograf¨ªas que se exponen, prestadas por un centenar de instituciones y colecciones nacionales y extranjeros, forman parte de una iconograf¨ªa colectiva esencial para entender el presente.
Pablo Jim¨¦nez Burillo, director de la fundaci¨®n Mapfre, es el comisario general de una exposici¨®n en la que Alejandro Castellote se ha ocupado de la fotograf¨ªa y documentos audiovisuales (impagables los v¨ªdeos de publicidad de TVE y del No-do) y Amalia Descalzo recrea el mundo de la moda a trav¨¦s de firmas como Fortuny o Balenciaga.
La exposici¨®n forma parte de un proyecto iniciado hace cinco a?os en colaboraci¨®n con la editorial Taurus. Se trata de contar la historia de los pa¨ªses latinoamericanos desde su independencia hasta ahora. 270 historiadores han colaborado en una veintena de libros que admiten lecturas trasversales por temas o por zonas. Cada pa¨ªs tiene su estudio y su propia exposici¨®n fotogr¨¢fica. Ya se han realizado las de Chile, Argentina, Colombia y M¨¦xico. ¡°Cada pa¨ªs ha tenido una forma diferente de abordar su exposici¨®n fotogr¨¢fica¡±, cuenta el comisario. ¡°En Chile fue curioso ver su inter¨¦s por las fronteras. En Argentina, casi todas las im¨¢genes eran de Buenos Aires. Colombia, con sus grandes archivos destrozados por los atentados, la violencia fue la protagonista m¨¢xima¡±.
En el caso de Espa?a se decidi¨® hacer una lectura m¨¢s social que pol¨ªtica, una historia en min¨²scula en la que est¨¢n presentes los acontecimientos m¨¢s destacados, pero en la que la memoria y los recuerdos ocupan un papel protagonista. ¡°Es la historia de un pa¨ªs en construcci¨®n¡±, detalla el comisario. Con una sucesi¨®n de desastres y una fortaleza tremenda de sus protagonistas. Tuvimos claro con que empezar: el daguerrotipo, cuya invenci¨®n transforma la manera de contar la historia. Para acabar, no hemos querido terminar con la crisis, que es lo que tocar¨ªa. Hemos optado por una imagen positiva: la victoria de Espa?a en el mundial de f¨²tbol¡±.
Para Alejandro Castellote, toda interpretaci¨®n de la historia transcurre en arenas movedizas pero hace suya la m¨¢xima de Roland Barthes seg¨²n la cual, con la fotograf¨ªa, el pasado dej¨® de ser una especulaci¨®n de los narradores. ¡°La fotograf¨ªa se asocia a la verdad y, como la historia, es un asunto de consenso. Depende de los fragmentos que escojamos podemos montar una historia u otra, pero todas las piezas son verdaderas.¡±
La gran aportaci¨®n como documento hist¨®rico de la fotograf¨ªa ha consistido en dar protagonismo a las clases humildes y medias, a todos aquellos que nunca hubieran aparecido en los grandes documentos hist¨®ricos.¡±Los pioneros empezaron mirando a la arquitectura y a las miniaturas¡±, prosigue Castellote, ¡° para despu¨¦s volcarse en la gente de la calle. Las c¨¢maras han recogido la modernidad, la miseria, la transformaci¨®n de la mujer, los conflictos laborales, el poder de la calle durante la transici¨®n...¡±
La etapa posterior a la dictadura es una de las m¨¢s ricas en im¨¢genes dentro de la exposici¨®n. Sobrecogedor resulta ahora contemplar al Guernica en el Cas¨®n del Buen Retiro protegido en una jaula de cristal y custodiado por un agente de la guardia civil (Antonio Su¨¢rez, 1981). Conmueve contemplar la imagen en la que el presidente Su¨¢rez anuncia su dimisi¨®n, el 29 de enero de 1981 (Alberto Schommer), lo mismo que perturba el chaval inyect¨¢ndose hero¨ªna junto a las v¨ªas del tren en Portugalete (Juantxu Rodr¨ªguez, 1985). Para desengrasar, nada mejor que la festiva imagen del alcalde Enrique Tierno entregando un premio del diario Pueblo a Susana Estrada luciendo una teta al aire (Marisa Fl¨®rez, 1978).
Junto a las fotograf¨ªas y v¨ªdeos extra¨ªdos del No-Do, se encuentran las vitrinas en la que los maniqu¨ªes dan cuenta de la evoluci¨®n de los gustos est¨¦ticos y del canos de belleza de la sociedad espa?ola, dependiendo de los cambios pol¨ªticos. La profusi¨®n de modelos de pantal¨®n femenino durante la Rep¨²blica contrasta con el lujo de los tejidos de etapas anteriores o con las posteriores inspiraciones m¨¢s cosmopolitas. ¡°Como la pintura, el traje recuerda que no hay una ¨²nica visi¨®n de la realidad¡±, opina Amalia Descalzo, ¡°todo es posible de ser so?ado o interpretado¡±.
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