Lecci¨®n de afici¨®n

La afici¨®n se sienta en el tendido. Suena obvio pero no lo es tanto si se tiene en cuenta lo cuesta arriba que se le ha hecho la temporada a la empresa. Tanto que pensaron en saltarse las costumbres no escritas, esas que son ley en el toreo, para poder dar toros el domingo, m¨¢s c¨®modo supuestamente para ellos, que celebrar la corrida el 12 de octubre. Entre los argumentos de la empresa estaba que ir¨ªa m¨¢s gente en domingo. La realidad ha sido otra, a pesar de ser un cartel con aliciente relativamente medido y ya metidos en el oto?o hubo m¨¢s de un tercio de entrada. Los domingos que se roza el cuarto del aforo son casi un milagro.

Igual resulta que la gente prefiere ir a los espect¨¢culos los s¨¢bados, mucho m¨¢s c¨®modo si se es de Lorca y se sigue al torero local, Paco Ure?a, que si se quieren desplazar un domingo y despu¨¦s volver a casa de madrugada. Esto quiz¨¢ fue lo m¨¢s interesante del festejo, ver que en Madrid siguen despertando inter¨¦s los toros a poco que se haga una propuesta con gusto.

Lo dem¨¢s estuvo dentro de los derroteros habituales. Una corrida que se tapaba por delante, que medio se dej¨® en el caballo, se vino abajo en la muleta, pero no termina de romper. Como pasan el reconocimiento sin problemas y tampoco despiertan revuelo ni grandes pitadas, son c¨®modas para organizar la cita sin complicaciones pero las posibilidades de ¨¦xito son bastante limitadas.

La elecci¨®n de los toreros se hizo con la intenci¨®n de dar un toque hispanoamericano. Luis Bol¨ªvar, de Colombia, bien conocido, anduvo mand¨®n, sobrado, en el sitio, pero quiz¨¢ falto de mimo. El torero, acostumbrado a tragar casi todas las tardes, oblig¨® en exceso a su lote y terminaron por rajarse.

Paco Ure?a, luchador incansable, volvi¨® a dar la cara. Desde el primer quite, por gaoneras, al toro del compa?ero, al ¨²ltimo lance. Se le aplaudi¨® la colocaci¨®n con el segundo de la tarde y lo intent¨® sin suerte en el quinto. Tendr¨ªa que corregir la forma de entrar a matar, con la mano del estoque m¨¢s adelantada que la izquierda, es dif¨ªcil que los toros se muevan y pueda encontrar el hoyo de las agujas. Se tira, pero a toro parado. A¨²n as¨ª, a la segunda intentona del quinto recet¨® el mejor volapi¨¦ de la tarde.

El mexicano Sergio Flores, promesa en sus tiempos de novillero, acus¨® lo mucho que le han castigado los toros este ¨²ltimo a?o. Estuvo por encima de la corrida, pero con algunas dudas y sin argumentos claros.