La suprema abstracci¨®n
La obra del artista ruso Kasimir Mal¨¦vich (1878-1935) est¨¢ marcada por una pieza abstracta titulada Cuadrado negro, pintada sobre un lienzo blanco. Firmada en 1915, y repetida hasta cuatro veces a lo largo de los a?os, pretend¨ªa representar con ella ¡°la supremac¨ªa del color y la forma y empezar de cero¡±. Desde entonces, el cuadrado, manifiesto visual del suprematismo, la abstracci¨®n geom¨¦trica que invent¨®, ha dividido a los cr¨ªticos. Para los que aman su trabajo, ¡°resulta imposible entender el arte moderno sin esa figura geom¨¦trica¡±, como dice Bart Rutten, conservador de Arte Visual del museo Stedelijk, de ?msterdam. El rechazo que produce es igualmente fuerte. Seg¨²n una frase atribuida al presidente ruso Putin, ¡°solo pudo ser pintada fuera de Rusia¡±. En pleno centenario de la aparici¨®n del arte abstracto, la sala holandesa ha aunado esfuerzos con la galer¨ªa Tate Modern (Londres) y la Bundeskunsthalle (Bonn) para dedicar la mayor exposici¨®n de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas al pintor que buscaba la abstracci¨®n total. La supremac¨ªa de la nada.
El homenaje se prolongar¨¢ hasta el 2 de marzo de 2014 (despu¨¦s viajar¨¢ a Londres y Bonn), y enmarca a Mal¨¦vich en las vanguardias rusas gracias a las colecciones de Nikolai Khardazhiev y Georges Costakis, sus principales admiradores, reunidas por primera vez. La mezcla resultante es imponente. Para llegar al negro sobre blanco que romp¨ªa con la representaci¨®n visual de la realidad, Mal¨¦vich abraz¨® antes todos los estilos de sus contempor¨¢neos. Pas¨® del impresionismo y el simbolismo, al fauvismo, cubismo y cubofuturismo, con incursiones en el arte popular.
La geometr¨ªa es bella y a veces herm¨¦tica, y el artista, ¡°que ve¨ªa el arte abstracto como la m¨²sica, sin necesidad de forma reconocible¡±, seg¨²n el experto Rutten, ¡°lo convirti¨® en un nuevo realismo¡±.
Un lenguaje aut¨®nomo, que estalla al doblar la primera gran esquina del ala derecha del museo holand¨¦s, consagrada por entero a la muestra. Ah¨ª est¨¢ el famoso Cuadrado Negro de 1929 pero tambi¨¦n Composici¨®n suprematista con ocho rect¨¢ngulos rojos, de 1915. Y Suprematismo n¨²mero 38, del mismo a?o. Y claro, Suprematismo m¨ªstico, una conocida cruz roja sobre un c¨ªrculo negro, ejecutado ya en 1920-22. ¡°El fundamento del arte conceptual y el minimalismo posterior salen de estas figuras de Mal¨¦vich. Mucho m¨¢s que del holand¨¦s Mondrian, el otro gran ide¨®logo de la geometr¨ªa. El ruso fue maestro y l¨ªder de los vanguardistas de su pa¨ªs, y no part¨ªa de la intuici¨®n, sino del an¨¢lisis racional, en su ruta hacia la abstracci¨®n total¡±, dice Rutten.
La trayectoria de Mal¨¦vich es inseparable de la historia de Rusia, desde la Revoluci¨®n de 1917, ¡°que apoy¨® porque pareci¨® abrir un mundo nuevo¡±, a la llegada de Stalin al poder en 1924. El artista sufri¨® la opresi¨®n del r¨¦gimen un poco antes. Hacia 1923, fue nombrado director del Instituto de Cultura Art¨ªstica de Petrogrado (San Petesburgo). En 1926 cerr¨® por ¡°contrarrevolucionario¡±. El realismo socialista era el arte pol¨ªticamente correcto del momento, y el artista, hijo del gerente de una f¨¢brica de az¨²car y el mayor de catorce hermanos, intuy¨® el peligro. Durante un viaje a Berl¨ªn, en 1927, para presentar la retrospectiva que le hizo famoso a escala mundial, dej¨® la mayor¨ªa de los cuadros en Alemania. Regres¨® a la entonces Uni¨®n Sovi¨¦tica y ya no pudo salir m¨¢s. Una parte de aquellas obras qued¨® bajo la custodia del banquero Hugo H?ring, que acab¨® vendi¨¦ndolos al Stedelijk en 1958. Son 68 telas y dibujos que componen la mayor colecci¨®n del pintor fuera de Rusia.
La de Khardzhiev est¨¢ tambi¨¦n en el Stedelijk en calidad de pr¨¦stamo a largo plazo. Los cuadros de Costakis son del Museo Estatal de Arte Contempor¨¢neo de Tesal¨®nica. Y ah¨ª est¨¢n los vanguardistas que exploraban el cubismo, como Lyubov Popova. O su propia versi¨®n del Suprematismo, como Olga Rozanova. Y las enso?aciones de Chagal, los c¨ªrculos de Alexander Rodchenko, y el cubismo luminoso de Natalia Goncharova. La muestra ha aprovechado las gradas de teatro interior del Stedelijk para desplegar los imponentes vestuarios dise?ados por Mal¨¦vich para la ¨®pera Victoria sobre el Sol, que cumple su centenario. Al final de su vida deshizo el camino y volvi¨® a la figuraci¨®n. ?Conformismo? ¡°El blanco sobre blanco del Suprematismo marca el final de una etapa¡±, apunta Bart Rutten. ¡°Tal vez pudo m¨¢s el ansia de pintar¡±.
Babelia
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