Arte para iluminar ?frica
El keniano Evans Wadongo presenta en la feria PAD de Londres su dise?o de l¨¢mpara solar en una instalaci¨®n que une moda con ingenier¨ªa
Evans Wadongo (1986) caminaba diez kil¨®metros cada d¨ªa para asistir a su escuela. Y relata que fue afortunado porque sus padres, ambos maestros, pod¨ªan permitirse comprar queroseno para alumbrar una l¨¢mpara con la que estudiar por las noches en su casa de barro y sin agua corriente, situada en una zona rural al oeste de Kenia. El ingeniero tiene ahora graves problemas en la vista por culpa del humo que emanaba del artefacto, que adem¨¢s puede provocar da?os respiratorios e incluso c¨¢ncer de garganta y de pulm¨®n, o incendios en viviendas que est¨¢n construidas de hierba y de madera. Cuanto m¨¢s estudie un chaval, mayor ser¨¢ el riesgo para su salud.
Wadongo lleg¨® a la universidad y fue entonces cuando decidi¨® ir ahorrando de su pr¨¦stamo estudiantil para hacer uso del sol africano y llevar luz por la noche a los hogares gracias a una l¨¢mpara simple, realizada en un 50% de materiales reciclables, ¡ª y de chatarra¡ª. As¨ª naci¨® la MwangaBora en 2004 que en suajili significa ¡°luz buena¡±, y que funciona con energ¨ªa solar.
La ingenier¨ªa se ha mezclado con la creaci¨®n de moda y el arte, el del neoyorquino Reed Krakoff, en una instalaci¨®n de decenas de estos faroles en la feria PAD de arte y dise?o en Londres, que se clausura hoy. All¨ª cada pieza se vende a 250 d¨®lares (182 euros) a beneficio de la ONG Sustainable Development for All Kenya (desarrollo sostenible para toda Kenia, SDFA-Kenya) y el proyecto Just one lamp; su coste fuera del evento es de 25 d¨®lares (unos 18 euros) y cambia las vidas de personas que no tienen acceso a la luz el¨¦ctrica.
En Kenia solo el 18% de la poblaci¨®n tiene acceso a la electricidad. Cuanto m¨¢s estudie un chaval con una l¨¢mpara de queroseno, mayor ser¨¢ el riesgo para su salud
¡°Muchos de mis amigos abandonaron la escuela porque no pod¨ªan hacer los deberes y eran castigados. Los profesores no lo entend¨ªan¡¡±, cuenta Wadongo, que fue nombrado uno de los H¨¦roes de la cadena estadounidense CNN en 2010 por su iniciativa, ante las hileras de estas l¨¢mparas que han sido ataviadas con telas de vivos colores para su visita a Londres. El continente vive en la oscuridad en un 90%, explica, y este es un problema especialmente grave en los pa¨ªses subsaharianos; en Kenia solo el 18% de la poblaci¨®n tiene acceso a la electricidad, seg¨²n datos del Banco Mundial.
Pero los ni?os en el mundo rural deben atender al ganado durante el d¨ªa y van al colegio por la noche, o estudian ya cuando ha anochecido, despu¨¦s de cumplir con otras obligaciones que contribuyen al sustento de sus hogares. Tener luz que d¨¦ vida a los apuntes es un lujo para ellos. ¡°Aunque haya una red cerca, la conexi¨®n es muy cara. Cuesta 500 euros para personas [m¨¢s de 30 millones en Kenia] que deben mantener a sus familias con uno o dos d¨®lares al d¨ªa¡±, afirma Wadongo. Comprar el peligroso queroseno para disponer de ¨¦l a diario, prosigue, les hace gastar alrededor del 70% de ese salario.
¡°Algo importante es que el dise?o fuera simple, de manera que no se necesita mucha pericia t¨¦cnica para construir la l¨¢mpara¡±. Y que la gente se pudiese identificar con un modelo hecho a semejanza del farol de queroseno ha sido otra de las premisas de la creaci¨®n. La MwangaBora posee un panel solar, una bombilla LED y una bater¨ªa que sirve para 3.000 cargas.
La exposici¨®n al sol debe hacerse durante unas cuatro horas y dura seis. Ni que decir tiene que la intensidad de la luz que ofrece es 200 veces m¨¢s brillante que la d¨¦bil llama del queroseno, seg¨²n sus impulsores. Tambi¨¦n de acuerdo con los datos que aportan, el ahorro es de 20.2 millones de libras en CO2 (casi 24 millones de euros), cantidad que se ha calculado tras la distribuci¨®n de 30.000 l¨¢mparas hasta ahora.
Conseguir 25 d¨®lares para comprar una l¨¢mpara era una barrera para muchas familias kenianas, por lo que el siguiente paso que dio Wadongo fue pensar m¨¢s all¨¢ de la luz en un modelo de ingresos que la hiciera posible y aumentara su impacto. Ahora hay talleres para formar a los j¨®venes en la t¨¦cnica muy artesanal de confeccionar las l¨¢mparas. El keniano ha lanzado un programa para que los grupos de mujeres que ya est¨¢n formados en las aldeas adquieran "habilidades b¨¢sicas" para iniciar negocios. A cada una de ellas se le entrega la primera l¨¢mpara MwangaBora.
?Y el arte? Evans Wadongo lo ve ligado a la manufactura de su invento. ¡°Cuando la dise?¨¦ pens¨¦ en que hiciera el bien, pero tambi¨¦n fuera un objeto que la gente desea tener¡±, asegura. Mientras, espera que otras 20.000 ¡°luces buenas¡± se prendan en 2014 para que un ni?o como el que ¨¦l fue pueda llegar a la universidad sin perder sus ojos o sus pulmones.
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