Con uno basta
Un bolso camale¨®nico con asa telesc¨®pica se abre paso en el dif¨ªcil camino de las patentes de inventos
¡°Los grandes bolsos de la historia de la moda reciente ¡ªel Kelly de Herm¨¦s o el Amazonade Loewe¡ª est¨¢n registrados pero no patentados¡±, explica El¨ªas Ortiz. Para patentar un producto, este debe incluir una invenci¨®n y debe, por tanto, ser algo m¨¢s que un bolso: ¡°Nunca se hab¨ªa patentado un bolso de mano multifuncional¡±, explica su autor. Ortiz no es un dise?ador al uso. Antiguo banquero, contable, exrestaurador y ex un mont¨®n de profesiones ¡ªadem¨¢s de renacido tras un accidente¡ª, ha patentado, con 72 a?os, ese primer bolso. La idea es la de un elemento para todo: de mano, de maleta de fin de semana, de mochila o de malet¨ªn de trabajo. La voluntad fue que tambi¨¦n pudiera ser para todos, de precio no prohibitivo y, por tanto, no exclusivo para las marcas de lujo. ?C¨®mo hacer posible un invento y, luego, c¨®mo hacerlo rentable?
Ortiz explica que, a pesar de haber tenido una idea rompedora, ¨¦l y sus dos hijas ¡ªEstefan¨ªa y Marta¡ª van a empezar la casa por los cimientos. De entrada no comercializar¨¢n sus flamantes bolsos multiusos (ya presentados y registrados como Alpaso Bags) hasta que hayan conseguido pagar las matrices para fabricar la estructura telesc¨®pica que es el mango de su invento. Conseguir esas matrices es clave para realizar la estructura en ABS, y no en aluminio, que servir¨¢ para que el precio del bolso no se dispare por ese componente.
As¨ª, de la ambiciosa idea inicial ¡ªpatentada¡ª se han quedado, de momento, en el esqueleto: el mango telesc¨®pico, el coraz¨®n del invento que han decidido vender a otras empresas productoras de bolsos. Deben compartir el invento para hacerlo realidad. Pero piensan que es el mejor principio: empezar por lo fundamental.
Sin formaci¨®n acad¨¦mica como proyectista, El¨ªas Ortiz est¨¢ m¨¢s cerca de un inventor que de un dise?ador. ?l habla de dise?ar a partir de la comodidad para llegar a la utilidad. Considera que el siglo XXI dar¨¢ prioridad a ese asunto, la comodidad, la facilidad, y por eso concentrar usos en un ¨²nico elemento parec¨ªa una simplificaci¨®n razonable, y, por tanto, una soluci¨®n. Conseguido, y reconocido el invento, solo le queda allanar el camino para hacerlo posible. Tal como ¨¦l quiere: para todos. Est¨¢ en ello.
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