Un mito en la nube
En el mundo contempor¨¢neo de Internet, las redes sociales y el amor a distancia, ni siquiera Don Juan es ya lo que era
En el mundo contempor¨¢neo de Internet, las redes sociales, las relaciones interpersonales en la nube (y en las nubes) y el amor a distancia, ni siquiera Don Juan es ya lo que era. Joseph Gordon-Levitt, actor y aqu¨ª director y guionista debutante, nos viene a decir que el lig¨®n por excelencia, el macho alfa tradicional sigue siendo igual de adicto al sexo que siempre, pero que cuando realmente se activa su orgasmo no es con el contacto f¨ªsico, sino a trav¨¦s de la pantalla de un ordenador y de un v¨ªdeo porno. La incomunicaci¨®n m¨¢s absoluta, la seguridad en un tipo de relaciones que siempre sale bien, la satisfacci¨®n de la autosatisfacci¨®n. Los nuevos tiempos. El ?beeep! de encendido de una m¨¢quina como expresi¨®n de familiaridad con los proleg¨®menos sexuales. Don Jon.
DON JON
Direcci¨®n: Joseph Gordon-Levitt.
Int¨¦rpretes: Joseph Gordon-Levitt, Scarlett Johansson, Julianne Moore, Tony Danza, Rob Brown.
G¨¦nero: comedia. EE UU, 2013.
Duraci¨®n: 90 minutos.
Gordon-Levitt despliega para ello un amplio cat¨¢logo de recursos cinematogr¨¢ficos tendentes a introducir al espectador en las sensaciones de su protagonista, no como simple muestra, sino como inmersi¨®n, con un montaje conceptual en el que se incrustan elementos en principio ajenos a la secuencia, pero que funcionan como entes que multiplican su significado. Junto a ello, continuos juegos con los sonidos y los silencios, y con los planos deformados por el gran angular, transmisores de universos mentales paralelos, casi en la l¨ªnea de Trainspotting. Don Jon arranca fenomenal en su primera mitad, pero acaba falt¨¢ndole complejidad para que su reflexi¨®n sobre el sexo (acompa?ada de la religi¨®n como elemento c¨®mico) alcance las cotas a las que llegaban dos pel¨ªculas tan distintas, pero tan cercanas a esta, como Alfie (la versi¨®n de Lewis Gilbert) y la reciente Shame, de Steve McQueen. No le har¨ªa falta si en el ¨²ltimo tercio no buscara una cierta redenci¨®n del personaje; es decir, si en el fondo no fuera una pel¨ªcula moral. Sin embargo, al dar ese paso, se necesita mayor trascendencia.
A pesar de ello, el debut de Gordon-Levitt, que tiene el valor de tener a un personaje [casi] toda la pel¨ªcula sin pronunciar palabra, ¨²nicamente enganchado al toqueteo de un tel¨¦fono m¨®vil, est¨¢ dotado de la suficiente efervescencia como para que, a pesar del baj¨®n de la parte final, su presentaci¨®n en sociedad sea de lo m¨¢s excitante.
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