Qu¨¦ ilu
A veces las tertulias televisivas funcionan al rev¨¦s que la dinamo de una bicicleta. Cuantas m¨¢s pedaladas dan, menos luz arrojan
A veces las tertulias televisivas funcionan al rev¨¦s que la dinamo de una bicicleta. Cuantas m¨¢s pedaladas dan, menos luz arrojan. Pero al margen del decorativo rifirrafe hay esperanza. Comienza a ser una exigencia la presencia de t¨¦cnicos o especialistas que en una pizarra o con gr¨¢ficos son capaces de alumbrar datos comprobables. No es rara la tentaci¨®n de apagar ah¨ª la tele y renunciar a la interpretaci¨®n desga?itada que de esos datos hacen los tenores fijos. En El objetivo de Ana Pastor si una secci¨®n tuvo eco, fue la que se destinaba a contrastar las afirmaciones de los pol¨ªticos con esa cosa tan rara llamada verdad. Las coincidencias eran tan escasas que daban ganas de regalar un peluche de feria a quienes no erraban el tiro.
La noche del s¨¢bado, en el debate de La Sexta, fue apreciable que el periodista Fernando Garea tradujera la reducci¨®n de impuestos anunciada por la Comunidad de Madrid a la econom¨ªa familiar. En muchos casos la cifra del ahorro no superaba los tres euros mensuales. Regalo contable que se compensa sin esfuerzo con la privatizaci¨®n de la sanidad y el alza de tasas educativas. En esa pantomima, siempre roban los titulares las maniobras de despiste y as¨ª la bajada de impuestos no es m¨¢s que la bajada de un velo para que nadie vea lo que hay que ver ni nadie cuente lo que hay que contar. Fue entonces cuando un contertulio afirm¨® que no se deb¨ªa despreciar el efecto que la medida tiene sobre el estado de ¨¢nimo de los ciudadanos y defini¨® el artificio, entre contable y propagand¨ªstico, como una ilusi¨®n fiscal.
Entre los primeros ilusionistas de la historia, de los que dejan constancia algunos jerogl¨ªficos egipcios, y los maestros del escapismo, ya hijos todos de Houdini, nos falta a?adir a los ilusionistas fiscales. En uno de los trucos m¨¢s celebrados este a?o, las pensiones han subido, aunque baja el dinero real del que gozan los jubilados. ?Qu¨¦ ilu!, habr¨¢n exclamado muchos abuelos, copiando la expresi¨®n de entusiasmo de sus nietos. As¨ª los madrile?os, qu¨¦ ilu, les restriegan por la cara sus tres eurazos mensuales a los rivales de otras autonom¨ªas. Rivales, s¨ª, porque la idea de pa¨ªs com¨²n y solidario anda hu¨¦rfana de ilusionistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.