¡®Rubber soul¡¯, la primera cumbre

En oto?o de 1965, a su regreso de una agotadora gira por Europa y Estados Unidos, los Beatles ten¨ªan poco tiempo para tener listo un disco para Navidad. La presi¨®n de una Beatleman¨ªa insaciable, el fren¨¦tico ritmo que impon¨ªa la industria, no era el mejor modo de conseguir una obra maestra. Sin embargo, Rubber soul es uno de los mejores discos de su carrera, el m¨¢s perfecto que hab¨ªan hecho hasta ese momento. El ¨¢lbum (que este domingo puede comprarse con EL PA?S en versi¨®n remasterizada por 9,90 euros) muestra a unos Beatles maduros que toman el control de su sonido y de su carrera. Ya no explotan el pop fresco y encantador, pero intrascendente, de sus inicios. Como se apuntaba ya en Help!, sus inquietudes son otras.

La presi¨®n comercial era insoportable pero su momento creativo era el ideal. Los Beatles eran otros a su regreso de sus giras americanas de 1964 y 1965. No tanto por la experiencia de llenar los estadios de b¨¦isbol: estaban hartos de los fans. Pero en aquellos viajes se empaparon de otras m¨²sicas, de otras formas de componer. Bob Dylan se convirti¨® en su amigo y su gran referencia.

No volver¨ªan a cantar ¡°ella te quiere, ye-ye¡±. ¡°Las cosas estaban cambiando en direcci¨®n contraria a ese rollo popero¡±, recordaba Paul McCartney en Anthology. ¡°Dylan fue una influencia muy fuerte en ese momento¡±. John Lennon lo confes¨® de forma fotunda: hasta que conoci¨® la obra de Dylan, solo hab¨ªa hecho ¡°letras de usar y tirar¡±. No fue mucho menor la importancia en su evoluci¨®n de otros colegas como The Byrds o los Beach Boys, con quienes mantuvieron una rivalidad/admiraci¨®n mutua que obsesion¨® y estimul¨® a ambos.

El resultado de ese viaje que iniciaron unos veintea?eros abrumados por el ¨¦xito es Rubber soul. Domina el folk, lo ac¨²stico antes que lo el¨¦ctrico, lo sugerente mejor que lo obvio. Las letras son instrospectivas. Es un disco reposado, con medios tiempos y baladas, aunque alguna descarga r¨ªtmica, como el rotundo Drive my car que abre el disco. Avanza la experimentaci¨®n, la apertura de los horizontes: los Beatles incorporan instrumentaciones arriesgadas, desde el ex¨®tico sitar indio (en Norwegian wood) a un falso clavicordio que remite al barroco (In my life).

Cuesta creer que ninguno de los 14 temas del LP se editara en el Reino Unido como single, cuando lo dif¨ªcil ser¨ªa elegir cu¨¢les, porque contiene m¨¢s de un pu?ado de joyas. Est¨¢n en una etapa tan fecunda que las canciones que lanzan como sencillos son otras distintas a las de los ¨¢lbumes. Igual de buenas. As¨ª van de sobrados.

Tenemos al mejor Lennon, plet¨®rico como autor. Se pone seductor y p¨ªcaro en Norwegian wood, melanc¨®lico en Girl, reflexivo en Nowhere man, y nost¨¢lgico en In my life, quiz¨¢s la mejor pieza del ¨¢lbum. Con permiso de McCartney, que aporta la rom¨¢ntica Michelle, una vieja composici¨®n suya, y varias de esas canciones bonitas y sencillas que le salen con facilidad: I'm looking through you o You won't see me. Ya despunta George Harrison, que compone y canta un energ¨¦tico Think for yourself y la muy suya If I needed someone. A Ringo le dejan la voz en una pieza menor de country al estilo rural, What goes on.

Es el primer ¨¢lbum de los Beatles con una idea, un hilo, el concepto de obra cerrada. Hasta entonces se sent¨ªan manejados. Lo cont¨® as¨ª Lennon: ¡°Por fin fuimos capaces de dominar el estudio. Al principio hac¨ªamos lo que se nos dec¨ªa. Esta vez controlamos todo. Hasta la portada¡±. Es una tapa ic¨®nica, obra del fot¨®grafo Robert Freeman con las letras redond¨ªsimas del artista Charles Front.

El ¨¦xito ya no les atropellar¨¢, nadie elegir¨¢ su repertorio: ahora mandan ellos. Su siguiente exigencia, meses despu¨¦s, ser¨ªa abandonar las giras y volcar todo su esfuerzo y su talento en el estudio. Vendr¨ªan detr¨¢s Revolver, Sgt. Pepper's y todav¨ªa m¨¢s singles maravillosos que tampoco cab¨ªan en los LP. Todo hab¨ªa cambiado despu¨¦s de Rubber soul.