Cambaleo se revuelve contra el presente
La compa?¨ªa estrena este s¨¢bado su nueva creaci¨®n 'Nunca debimos empezar por ah¨ª'. Desde su teatro en Aranjuez, este colectivo nacido en los ochenta resiste la embestidas del tiempo
Cambaleo Teatro es como un sustento, como las reservas federales de un teatro que pareciera muerto, el independiente, pero que esta compa?¨ªa longeva ha conseguido remozar como un Frankenstein. Una criatura bella que hoy se nos aparece vapuleada pero a¨²n viva, cosida durante tres decenios a base de empe?o, renovaci¨®n, inquietud, errores, cansancios y empe?o. Y tambi¨¦n a base de cierto punto de mala leche que al que empieza en el teatro callejero, como ellos, no se le va nunca.
Desde su teatro en Aranjuez, La Nave de Cambaleo, este colectivo nacido en los ochenta, con toda la fuerza de la tranquilidad que da una ¨¦poca que pide afasia y promueve par¨¢lisis, han ido gestando una nueva obra que estrenan este mismo s¨¢bado, Nunca debimos empezar por ah¨ª, t¨ªtulo que parece testamentario pero que el autor y director de la obra, Carlos Sarri¨®, se preocupa en relativizar: ¡°La verdad es que la frase no se dice hasta el final, y ahora me estoy acordando que la precede un quiz¨¢s. En este trabajo sobretodo de lo que se habla es del presente¡±, explica sobre este montaje que ya es el n¨²mero veintinueve realizado por la compa?¨ªa si no contamos la otra decena que el colectivo ha dedicado al teatro infantil.
¡°Trata sobre este golpe de estado financiero que nos quieren imponer¡ En la obra se habla del llanto, de las instituciones, de por qu¨¦ seguimos haciendo teatro, del sistema, del despilfarro, de la impotencia ante lo que sucede, de la terrible sensaci¨®n de que nos quitan todo y que lo hacen porque lo consentimos, de los productos art¨ªsticos, de los jefes de todo esto, de las frases perdidas en viejos cuadernos, del concepto de casa, de construir, de destruir lo construido, de algunas cosas que nos sucedieron en el pasado y de que nunca debimos empezar por ah¨ª¡¡±, sigue explicando Sarri¨® sobre este trabajo que sigue la estela de su ¨²ltimo montaje, El mapa no es el territorio, un obra en el que la compa?¨ªa ahond¨® en un teatro que supuso una clara evoluci¨®n y que podr¨ªa definirse, seg¨²n su director, por ¡°un trabajo m¨¢s f¨ªsico y un lenguaje m¨¢s po¨¦tico que se apoya en proyecciones. Seguimos trabajando en un espacio austero, vac¨ªo; y bueno, seguimos con esos di¨¢logos que realmente son una falsa conversaci¨®n que tanto definen nuestro trabajo¡±, explica.
Al preguntarle sobre el movimiento alternativo, Sarrio con se?or¨ªo declina. Su comienzos en la d¨¦cada de los ochenta como compa?¨ªa de calle durante los ¨²ltimos coletazos del teatro independiente, su paso por la junta directiva de la Coordinadora de Salas Alternativas en la que se dio un giro estructural importante a lo que hoy se conoce como Red de Teatros Alternativos, y sus m¨¢s de treinta a?os en escena, conforman un pasado que lo habilita para poder se?alar y apuntar caminos posibles o equ¨ªvocos de este teatro que muchas veces se etiqueta como reducto del teatro de investigaci¨®n y experimentaci¨®n teatral de nuestro pa¨ªs. Pero Sarri¨® prefiere abstenerse y sigue hablando de su trabajo: ¡°Esta obra la hemos ensayado con mucho tiempo. Ante la situaci¨®n actual pensamos que lo menos que pod¨ªamos hacer es tom¨¢rnoslo con calma, ir despacito y que el proceso fuera interesante para los actores, que pudieran probar e investigar. Creo que eso se ha conseguido¡±, cuenta Sarri¨®. ¡°Ahora tienes que reinventar que quiere decir hacer una producci¨®n teatral. Porque est¨¢ claro que el concepto ha cambiado. Antes ten¨ªas una o dos cosas, alg¨²n bolo, alg¨²n festival, tampoco gran cosa, pero con ello pod¨ªas conformar un calendario. Todo eso ha desaparecido, hay que olvidarse de producir como antes¡±, razona. ¡°De ah¨ª tambi¨¦n un poco la reflexi¨®n hacia el pasado en la obra que estrenamos ahora. Piensas en tus convicciones, en los hitos de tu historia personal, en lo que ha ido conform¨¢ndote; y te das cuenta de que realmente no son hitos, no son importantes y tampoco fue eso lo que te ha conformado como persona¡±, explica.
Yo no hago teatro alternativo, yo hago teatro", dice Carlos Sarri¨®
Insistimos sobre el ¡°movimiento alternativo¡±, sobre su estructura de red, sobre c¨®mo ha cambiado en estos m¨¢s de veinte a?os de andadura: ¡°?Buen momento? ?Mal momento? No tengo los datos. Pero no creo que exista un teatro alternativo. Lo que s¨ª existi¨® y sigue existiendo es un tipo de danza contempor¨¢nea que se ha visto obligada, por falta de espacios, a estar programada en este tipo de sala. Pero yo no hago teatro alternativo, yo hago teatro. Lo he dicho siempre. Es cierto que nuestra sala est¨¢ en la Red. El colectivo cuando naci¨® al principio de los noventa se llam¨® as¨ª para diferenciarse de los teatros oficiales, diferenciarse en el qu¨¦ y en el c¨®mo se hac¨ªa teatro¡±, explica Sarrio. ¡°Pero realmente ahora estoy alejado de eso, estoy centrado en ver c¨®mo nuestra propia estructura de sala puede salir adelante y c¨®mo podemos hacer para que sea ¨²til y beneficiosa. La realidad ha cambiado de manera tan radical que una estructura como la Red de Teatros Alternativos va a tardar un tiempo en adecuarse, o en enfrentarse, al presente¡±, concluye.
Este s¨¢bado, en escena, Bego?a Crespo, Eva Blanco, Antonio Sarrio, Julio C. Garcia y el propio Carlos Sarrio. Actores que son gestores, contables, educadores, empresarios, jefes de sala y lo que haga falta al mismo tiempo. Y un texto que todav¨ªa no hemos visto en escena pero del que sabemos que su autor en los ¨²ltimos a?os y en obras como el citado El mapa no es el territorio, Cuando todo esto haya terminado, Extranjeros o Di¨¢logos, ha ido construy¨¦ndose, ha ido llenando su pluma de sabidur¨ªa triste al mismo tiempo que de humor inteligente, de mala leche subversiva al mismo tiempo que de la distancia del hombre bueno.
Babelia
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