¡°Hoy lo que m¨¢s me inspira es ver el rostro de mi ni?a durmiendo¡±
El japon¨¦s Kore-eda estrena el drama familiar ¡®De tal padre, tal hijo¡¯ Steven Spielberg adaptar¨¢ el filme en Estados Unidos en 2014
El a?o que viene Hirokazu Kore-Eda (Tokio, 1962) tendr¨¢ el honor ¨Cy ¨¦l as¨ª se lo ve, feliz- de ver adaptada en versi¨®n hollywoodiense su De tal padre, tal hijo, que se estrena hoy en Espa?a. Y lo har¨¢ ni m¨¢s ni menos que Steven Spielberg, en una curiosa carambola: el estadounidense presidi¨® el jurado del pasado festival de Cannes, donde concursaba el cineasta japon¨¦s con su ¨²ltimo trabajo, y aunque la Palma de Oro recay¨® en La vida de Ad¨¨le (que Spielberg defendi¨® fervientemente ante la prensa) estaba claro que De tal padre, tal hijo, por su reflexi¨®n sobre la familia, por la interpretaci¨®n de los ni?os y por el tono, era el filme m¨¢s cercano al gusto del director de E.T., el extraterrestre. Efectivamente, a las pocas semanas, Spielberg compr¨® los derechos para adaptar en Estados Unidos este drama, que se llev¨® el premio del Jurado de Cannes, y la filmar¨¢ a inicios del pr¨®ximo a?o.?Kore-Eda ya ha estado en DreamWorks, donde, cuando le ofrecieron participar en el guion, declin¨® amablemente la oferta, y el proceso va r¨¢pido: Spielberg est¨¢ escogiendo el reparto. ¡°No me atrev¨ª a preguntarle por qu¨¦ le hab¨ªa interesado tanto mi filme. S¨ª me dijo que le hab¨ªa atra¨ªdo mucho mi trabajo con los ni?os. A Spielberg siempre le ha motivado el tema del ni?o abandonado por sus padres¡±. ?Y no tuvo ganas de reprocharle que no le diera la Palma de Oro? ¡°No, con c¨®mo fue recibida la pel¨ªcula en el certamen me doy por satisfecho¡±.
Kore-Eda?es uno de los grandes maestros del cine actual. Sus historias suenan a cercanas, su manera de dirigir a los ni?os es soberbia, su forma de huir de lo almibarado en tramas sobre la familia es clarividente. Su estilo naturalista, su visi¨®n del sofocamiento en la sociedad de los sentimientos, se acerca al de Ozu. En De tal padre, tal hijo, describe la sorpresa que reciben dos familias ¨Cuna de clase alta, padre ejecutivo; otra de clase media-baja, padre con taller de reparaciones- cuando el director del hospital donde nacieron sus hijos hace siete a?os les confiesa que los beb¨¦s fueron intercambiados. ?Qu¨¦ hacer: quedarse con el ni?o con el que han vivido o intercambiarlos y reunificar a las familias biol¨®gicas?
Y todo ello contado desde el punto de vista del frustrado padre ejecutivo, al que encarna Masaharu Fukuyama, uno de las grandes estrellas de la canci¨®n en Jap¨®n. ¡°Hay algo que no hecho antes: una historia barata. Barata, por sencilla. No hay elementos extras, solo una l¨ªnea de trama¡±, cuenta Kore-Eda, que s¨ª tiene claro que desde que ¨¦l ha sido padre, su cine ha cambiado. ¡°Aprendo a¨²n como padre, mi hija es peque?a, y eso se refleja claramente en el protagonista principal, alguien que reacciona ante lo que le ocurre, que va detr¨¢s de los acontecimientos. Es una sensaci¨®n que vivo en la vida diaria, y que quer¨ªa reflejar en la pantalla. Y s¨ª, ahora el punto de vista de mi c¨¢mara es el del progenitor, cuando antes eran los ni?os quienes protagonizaban mis guiones¡±. Eso s¨ª, siempre dentro de la familia: ¡°Es que no hay nada m¨¢s importante. Todo el mundo tiene una. Pero es cierto que yo cambio y as¨ª lo hacen mis pel¨ªculas. Cuando rod¨¦ en 2004 Nadie sabe yo no era padre y a¨²n viv¨ªa mi madre. Se nota, ?verdad? En Still walking (2008) quer¨ªa hablar de la generaci¨®n de mis progenitores, que ya estaba desapareciendo, y en Kiseki (2011) ya me puse en manos de los ni?os porque yo acababa de ser padre¡±. Y que su cine influye en su vida diaria: ¡°Cuando descans¨¢bamos entre tomas, me descubr¨ª mirando a los ni?os como si yo fuera su padre. Hoy lo que m¨¢s me inspira es ver el rostro de mi hija durmiendo¡±.
Pregunta. En Cannes le pregunt¨¦ si sent¨ªa la influencia de Ozu y me dijo que solo en la secuencia de los juegos paternofiliales y que necesitaba tiempo para reflexionar su respuesta. Han pasado siete meses, ?lo tiene m¨¢s claro?
Respuesta. S¨ª, creo que a ambos nos interesa mucho las historias de hijos que no cumplen las expectativas de los padres, y c¨®mo encajamos los seres humanos en la sociedad. Pero nada m¨¢s, creo que nuestros estilos son muy distintos¡±.
Kore-Eda?ama los riesgos en el rodaje: ¡°Los dos ni?os del filme ten¨ªan agente pero nunca hab¨ªan actuado. Es curioso por qu¨¦ los contrat¨¦ si no ten¨ªan experiencia previa. Lo hice porque quer¨ªa que sencillamente mostraran sus aut¨¦nticas emociones, y yo solo poner la c¨¢mara. Eso nos dio grandes momentos de improvisaci¨®n de los ni?os. A los actores infantiles, desde Nadie sabe, nunca les ense?o los guiones¡±. El japon¨¦s reh¨²ye la posibilidad de un mensaje final: ¡°No existe lo correcto o lo err¨®neo en la decisi¨®n que toman, en si quedarse con su hijo biol¨®gico o con el que han vivido. No quiero que nadie se tome mi opci¨®n como una la ¨²nica respuesta. Mi intenci¨®n era hablar de sangre contra tiempo. S¨¦ que chocan dos clases sociales muy distintas, porque no se puede negar la realidad que vivimos en Tokio. Pero, por favor, que nadie entienda que una familia me parece mejor que la otra¡±.
La entrevista acaba con una carcajada de Kore-Eda. Jap¨®n, en realidad el comit¨¦ de siete personas encargadas de la selecci¨®n, no ha enviado ¡®De tal padre, tal hijo¡¯ a los Oscar. Y eso que ven¨ªa desde Cannes acompa?ada de todo tipo de parabienes. ?Le duele? ¡°[R¨ªe] Sal¨ª de Cannes muy bien encaminado¡ Pero en mi pa¨ªs ese comit¨¦ siempre ha primado lo local, t¨ªtulos muy encerrados en su peque?ez. Me da pena¡±.
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