El esp¨ªa que nunca fue

Plot for peace tiene todo lo que debe poseer un gran documental: la revelaci¨®n de un personaje oculto y de unas acciones casi desconocidas incluso para los muy bregados en el tema; unas materias con intereses hist¨®ricos, pol¨ªticos, period¨ªsticos y emocionales, caso de la ca¨ªda del apartheid en Sud¨¢frica, la liberaci¨®n de Nelson Mandela, la guerra fr¨ªa africana (y tambi¨¦n la caliente) entre los propios estados africanos, con la influencia econ¨®mica, estrat¨¦gica y pol¨ªtica de las grandes potencias mundiales; un gu¨ªa que por fin sale de las sombras, el empresario franc¨¦s Jean-Yves Ollivier, para contar con carisma, sentido de la narraci¨®n e incluso del espect¨¢culo y de la interpretaci¨®n una historia apasionante con un punto de maquiavelismo, pero con hondura, pasi¨®n y hasta gracia.

Por si fuera poco, los responsables de la pel¨ªcula, el espa?ol Carlos Agull¨® y la sudafricana Mandy Jacobson, han logrado entrevistar a los grandes protagonistas de estos eventos de los a?os ochenta, exjefes de Estado de Sud¨¢frica, Mozambique y Congo, exsecretarios de Estado y exministros de Asuntos Exteriores, un militar secuestrado... Un conglomerado de informaci¨®n, sin necesidad de narrador en off, en el que se nota la mano de Agull¨®, hasta ahora montador, pero nunca director de largometrajes, que ha sabido mezclar entrevistas, material audiovisual de archivo (mucho e importante) y una simb¨®lica recreaci¨®n con Ollivier, con los que acaba conformando un producto mayor, que lo mismo debe servir para ense?ar en cualquier facultad de Historia, Periodismo o Pol¨ªticas que para adentrarse en las aguas del espionaje m¨¢s subyugante.

Que a este tipo "peque?ito y rechoncho", como alguien lo define en el documental, le den las gracias mandatarios de la izquierda y de la derecha, admiren su valent¨ªa y su val¨ªa, y le hayan condecorado tanto un presidente sudafricano del apartheid como el primer presidente de la nueva Sud¨¢frica, es como para no dudar de sus intenciones, sobre todo porque una de las pocas voces discordantes en la pel¨ªcula la ofrece una activistas de una ONG que de lo m¨¢s que le acusa es de "poco democr¨¢tico", al no haber sido elegido en las urnas, ocupar cargo alguno ni tener que reportar a nadie de arriba. Ollivier, a diferencia de El hombre que nunca existi¨®, aquel m¨ªtico personaje de pel¨ªcula, parece que s¨ª lo hizo. As¨ª que habr¨¢ que definirlo simplemente como el esp¨ªa que nunca fue.