¡°Fomentar la lectura es facilitar que seamos m¨¢s due?os de nuestra vidas¡±
Daniel Goldin, director de la biblioteca Vasconcelos, una de las mayores de Latinoam¨¦rica, cree que, aunque cambie la relaci¨®n con el libro, seguir¨¢ el deseo de saber
El tercer recinto cultural m¨¢s visitado de M¨¦xico no es un museo, ni una pir¨¢mide ni una catedral y apenas se menciona en las gu¨ªas tur¨ªsticas. La impresionante biblioteca Vasconcelos, una de las mayores de Latinoam¨¦rica, situada al nordeste del DF y rodeada de apacibles jardines, parece la materializaci¨®n de la gigantesca biblioteca de Babel donde Borges situ¨® el universo de todos los libros posibles. Su director, Daniel Goldin (M¨¦xico, 1958), editor y ensayista, ha participado en la elaboraci¨®n de las dos encuestas nacionales de lectura. Cree que m¨¢s que discutir sobre si se lee mucho o poco es necesario plantear la manera en que esa actividad puede producir sentido, valor para el lector.
P. ?Por qu¨¦ hay que fomentar la lectura, si es que hay que hacerlo?
R. Me parece bien atreverse a preguntar por qu¨¦ y no dar por obvias las bondades de la lectura. En una primera instancia, en un mundo cada vez m¨¢s construido por palabras escritas y crecientemente complejo, fomentar la lectura es facilitar mayores posibilidades de ser un ciudadano del mundo y de ser un poco m¨¢s due?o de nuestras vidas. Participar en el presente, conocer el pasado, imaginar o construir futuros.
En ese sentido no se debe reducir el fomento a la lectura a acercar a toda la poblaci¨®n a un corpus libresco fundamentalmente literario. Es importante fomentar un acercamiento a la palabra escrita desde una perspectiva m¨¢s amplia en cuanto a los campos del saber y sobre todo que busque integrar lectura, escritura y conversaci¨®n. Leer, escribir, conversar, supone releer, reescribir, revisar; algo que cualquier egresado de la escuela deber¨ªa estar en condiciones de hacer. S¨®lo desde esta perspectiva se puede sostener el v¨ªnculo entre lectura y ciudadan¨ªa.
P. Entonces. ?Qu¨¦ pueden hacer los poderes p¨²blicos para fomentarla?
R. El estado debe garantizar la formaci¨®n lectora en la educaci¨®n b¨¢sica desde esa perspectiva integradora de oralidad, lectura y escritura. Sin ella no habr¨¢ jam¨¢s igualaci¨®n de oportunidades ni una democracia participativa. El estado debe tambi¨¦n ampliar las posibilidades de acceso a la cultura escrita. Pero esto no se puede conseguir s¨®lo multiplicando el n¨²mero de bibliotecas o librer¨ªas. Es preciso trabajar de manera integral y coherente. Por ejemplo, si buscas generar lectores aut¨®nomos, el propio bibliotecario debe tener un margen de autonom¨ªa en la gesti¨®n de sus acervos. ?Qu¨¦ sentido tiene lanzar una campa?a para estimular que los padres lean 20 minutos diarios a los hijos, si no hay material de lectura adecuado en los hogares? Se puede garantizar que todas las familias lo dispongan si desarrollas las bibliotecas escolares y estimulas el pr¨¦stamo domiciliario desde ellas. Pero al tiempo que se lanz¨® esa campa?a se redujeron los presupuestos para la compra de acervos escolares. Cosas as¨ª hacen que la promoci¨®n a la lectura se vuelva una consigna huera.
En t¨¦rminos hist¨®ricos cada vez se lee m¨¢s y el ejercicio de la lectura es necesario para una mayor diversidad de actividades
P. ?Se lee poco en este pa¨ªs, que organiza la mayor feria del libro en espa?ol del mundo?
R. En t¨¦rminos hist¨®ricos cada vez se lee m¨¢s y el ejercicio de la lectura es necesario para una mayor diversidad de actividades. Si queremos esclarecer la situaci¨®n de la lectura en M¨¦xico hay que poner ciertos predicados a esos enunciados. ?Qui¨¦n lee? ?Qu¨¦ lee? ?Para qu¨¦ se lee? ?Cu¨¢ndo se lee? ?C¨®mo se lee? Por ejemplo, ?por qu¨¦ no se leen los mails de m¨¢s de 10 renglones que nos llegan? La respuesta es totalmente distinta a la pregunta por qu¨¦ no se lee poes¨ªa, teatro o los peri¨®dicos.
Cuando dise?amos la Encuesta Nacional de Lectura buscamos proveer esta informaci¨®n para facilitar una discusi¨®n m¨¢s sustentada y el dise?o y la evaluaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas. Junto con ella publicamos un volumen ensayos sobre la misma, pues tambi¨¦n los datos que arroja una encuesta son susceptibles de ser le¨ªdos de muchas maneras. Pero la discusi¨®n p¨²blica se centr¨® en el dato menos relevante: el promedio de libros le¨ªdos en un a?o.
En este momento, en la sociedad mexicana, y en el mundo, se lee y se escribe m¨¢s que hace 50 a?os.
P. Bueno, puede que no se lea menos, pero s¨ª se leen menos libros¡
R. No los j¨®venes ni los ni?os, que leen m¨¢s que lo que hicieron sus padres o sus abuelos durante su infancia o juventud. Pero la inquietud por la lectura de libros es pertinente. Y eso puede tener que ver con una menor disponibilidad de tiempo de ocio o con la diversificaci¨®n de pr¨¢cticas de lectura. Tambi¨¦n vivimos distinto. Los v¨ªnculos afectivos y profesionales son diferentes. ?Por qu¨¦ suponer que el v¨ªnculo con el libro va a ser fijo? Lo que permanece es la insatisfacci¨®n con lo real, la necesidad de informarse, el deseo de saber, la rebeld¨ªa contra nuestra condici¨®n o contra el mundo¡ Es ah¨ª donde debemos centrar la atenci¨®n. Hoy en d¨ªa consultamos el internet y el tel¨¦fono m¨®vil todo el tiempo ¨C Leer, especialmente libros, supone un ejercicio de atenci¨®n, dedicar un tiempo que por diferentes razones se ha convertido para muchos en un bien escaso. Aunque tal vez s¨®lo estoy reflejando mi propia nostalgia. Un lector de hoy tiene capacidad de atenci¨®n m¨²ltiple, mientras el de antes pod¨ªa concentrarse mejor. Tal vez leemos m¨¢s y retenemos distinto.
P. ?Cree entonces que los formatos electr¨®nicos fomentan un lector m¨¢s distra¨ªdo, con una peor calidad de la lectura?
R. Hay estudios sobre eso, y cr¨ªticas a esos estudios, y cr¨ªticas a las cr¨ªticas. Estamos en un momento de transformaci¨®n de una velocidad pasmosa y no debemos sacar conclusiones tajantes. Me parece que debemos investigar con m¨¢s detenimiento y profundidad el v¨ªnculo entre la materialidad del objeto escriturario, el espacio de lectura y la producci¨®n de pensamiento.
No s¨¦ c¨®mo vaya a ser el futuro, pero el presente de la lectura s¨®lo se puede comprender desde la coexistencia de lo digital y lo anal¨®gico, de la misma manera que la vida social y afectiva de todos supone encuentros virtuales y presenciales.
P. ?Actividades como las ferias de libros, y en concreto la de Guadalajara, contribuyen al fomento de la lectura?
R. Sin duda. Es un espacio que multiplica las posibilidades de encuentro con libros, lectores y escritores. Y estos encuentros pueden estimular el desarrollo lector del p¨²blico pero tambi¨¦n enriquecer el desarrollo profesional de los autores y editores. Guadalajara es adem¨¢s importante porque te permite visibilizar la producci¨®n literaria en lengua espa?ola como ning¨²n otro escaparate del mundo.
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