Cumplea?os feliz en Montecarlo
Jean-Christophe Maillot celebra su 20? aniversario en los Ballets de Montecarlo con Diana Vishneva y una revisi¨®n del ¡®Cascanueces¡¯
Los Ballets de Montecarlo est¨¢n de fiesta y dos montajes de lujo lo celebran estas navidades. Primero el programa en solitario de la diva de San Petersburgo, Diana Vishneva (San Petersburgo, 1976) en la primorosa Sala Garnier del casino (la antigua ¨®pera) ayer 18 y hoy 19, y luego una versi¨®n del cl¨¢sico Cascanueces reinventado para el nuevo gran teatro del principado a partir de la funci¨®n de gala del pr¨®ximo d¨ªa 26. El programa de Vishneva lo centran dos solos, uno creado para ella por Carolyn Carlson y otro redactado por Maillot. En el caso de Cascanueces, el precedente est¨¢ en el que ya hiciera Maillot en 1999 para ser estrenado en el Circo de Montecarlo, con la participaci¨®n de elementos circenses.
La celebraci¨®n de los 20 a?os de Maillot al frente del ballet monaguesco tuvo hace una semana su momento m¨¢s emotivo en la funci¨®n homenaje de la Escuela de Ballet del Principado, instituci¨®n que aup¨® la princesa Grace y que estuvo dirigida hasta su muerte por la eminente maestra Marika Bessobrasova. Maillot estudi¨® ballet primero en el conservatorio de Tours, pero despu¨¦s viaj¨® a la Costa Azul, a la vecina escuela de Rosella Hightower para perfeccionarse, siguiendo la cornisa, a pocos kil¨®metros, otra escuela maduraba poco a poco, donde Grace llev¨® a sus hijas Estefan¨ªa y Carolina a estudiar ballet; la otrora estrella rusa se hab¨ªa establecido modestamente en el principado abriendo una escuela privada a la vez que se encargaba de los bailables de la Opera del casino Garnier. En Carolina prendi¨® el amor por la danza, continuando la obra de su madre, pues fue esta princesa quien llam¨® a Maillot para dirigir y renovar los Ballets de Montecarlo, que gozaban de heroicas tradiciones desde la ¨¦poca de los Ballets Rusos de Serguei de Diaguilev. Despu¨¦s Maillot estrech¨® los lazos con Besobrasova y la escuela es hoy una instituci¨®n mod¨¦lica de alcance y perspectivas.
No ha habido azar en la elecci¨®n de Vishneva por parte de maillot para esta ocasi¨®n irrepetible. La diva rusa es la figura m¨¢s internacionald en una generaci¨®n excepcional salida de la escuela vaganova y que se consolidaron en el escenario del Teatro Mariinski de San Petersburgo. Diana Vishneva descoll¨® enseguida y fue la primera en darse a conocer en Occidente; la otra gran figura generacional, Uliana Lop¨¢tkina, ha hecho tambi¨¦n una carrera estelar, pero m¨¢s en los m¨¢rgenes del gran repertorio can¨®nico. Ambas divas se llevan muy bien, sus carreras no han colisionado y Vishneva, tras su primera temporada en Nueva York dentro de las filas del American Ballet Theatre, opt¨® a la vez y m¨¢s agresivamente por la experimentaci¨®n y los nuevos productos esc¨¦nicos. Ella es una soberbia princesa Aurora en La Bella Durmiente (para los especialistas la mejor de hoy) pero a la vez ha trabajado profundamente con Moses Pendleton (director de Momix) y otros core¨®grafos actuales, como Maillot y Carlson.
El modelo que ha seguido Jean-Christophe Maillot en Montecarlo puede asociarse al de su principal mentor, John Neumeier, director del Ballet de Hamburgo desde hace 50 a?os, con lo que dobla holgadamente al mandato de Maillot. Pero Maillot desarroll¨® su carrera de bailar¨ªn en Hamburgo desde 1978 precisamente cuando Neumier lleg¨® a la direcci¨®n en 1973 y en sus primeras temporadas renov¨® en profundidad la plantilla y fund¨® su propia escuela asociada a la compa?¨ªa. Maillot ha hecho otro tanto en la agrupaci¨®n monaguesca, que tambi¨¦n es una figurada compa?¨ªa de autor con grandes presupuestos y con una actitud m¨¢s sutil ante el repertorio ajeno. Tanto es as¨ª que en el Principado de M¨®naco no ha faltado de Balanchine a Forsythe, por poner dos ejemplos cimeros.
Pero lo cierto es que lo que le ha dado a Montecarlo una personalidad distintiva en el panorama global del ballet contempor¨¢neo son los trabajos de Maillot, que han ido desarroll¨¢ndose de menos a m¨¢s hasta conformar un perfil propio, gusto que llega hasta la elecci¨®n de sus bailarines ic¨®nicos. ?Cu¨¢nto tiempo m¨¢s estar¨¢ Maillot al frente de los Ballets de Montecarlo? No hay manera de predecirlo; el ejemplo de Neumaier en Hamburgo y su m¨¦todo dice a todas luces que va para largo.
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