Arquitectos estrella... de la propaganda
Lo nuevo de Zaha Hadid en Azerbaiy¨¢n es el ¨²ltimo ejemplo de c¨®mo los dirigentes totalitarios emplean proyectistas de fama para erigir s¨ªmbolos de supuesta apertura
Hace unos a?os, Rem Koolhaas declar¨® estar convencido de que su sede para la televisi¨®n china en Pek¨ªn, un enorme rascacielos espectacularmente fotog¨¦nico, contribuir¨ªa a llevar el progreso y la democracia a China. No se le ocurri¨® pensar que si ya ten¨ªan el s¨ªmbolo puede que no necesitaran el cambio. Por esas fechas, Norman Foster conclu¨ªa en Astan¨¢, la actual capital de Kazajist¨¢n, su primera gran aportaci¨®n al urbanismo de esa ciudad: la inmensa pir¨¢mide del Palacio de la Paz y la Reconciliaci¨®n. M¨¢s all¨¢ de Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev ¡ªel presidente kazajo que, en 1997, hizo coincidir la fundaci¨®n de esa nueva urbe con el d¨ªa de su cumplea?os¡ª, Foster es el gran protagonista de la operaci¨®n urban¨ªstica que quiere transformar un antiguo pueblo de la estepa en la primera capital del siglo?XXI. El ¨²ltimo ejemplo de c¨®mo la mejor arquitectura est¨¢ sirviendo a reg¨ªmenes totalitarios para enviar un mensaje de progreso adquiere las formas curvas del nuevo edificio firmado por Zaha Hadid: el Centro Cultural Heydar Aliyev. Levantado en Bak¨² (Azerbaiy¨¢n), quiere contribuir a la modernizaci¨®n y, por tanto, democratizaci¨®n, de la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica. Pero evidentemente no lo tiene f¨¢cil.
Siendo para muchos el trabajo m¨¢s completo de la arquitecta, ¡°una inmersi¨®n total en su universo por dentro y por fuera¡±, explica Rowan Moore en The Observer, siendo un trabajo en el que los pliegues y las ondulaciones alcanzan la perfecci¨®n gracias a nuevos sistemas constructivos y al empleo de nuevos materiales ¡ªcomo el hormig¨®n o el poli¨¦ster armados con fibra de vidrio (GFRC y GFRP)¡ª es dif¨ªcil querer vender progreso en un pa¨ªs gobernado, desde hace 40 a?os, por la misma dinast¨ªa.
Foster tiene tantos planes para Astan¨¢ como el presidente Nazarb¨¢yev
La operaci¨®n recuerda poderosamente a la de Astan¨¢ (cuya traducci¨®n es, precisamente, capital) cuando sustituy¨® a la antigua, Almaty. All¨ª, en 2010, Norman Foster sum¨® a su pir¨¢mide el Centro de Entretenimiento Khan Shatyr, un edificio que, de concursar en el libro Guinness de los r¨¦cords, ganar¨ªa en la categor¨ªa de la mayor tienda de campa?a del mundo. Bajo un m¨¢stil de 50 metros, kil¨®metros de efte envuelven un jard¨ªn bot¨¢nico, playas artificiales, una catarata, un minigolf y un mont¨®n de comercios utilizables ahora sin necesidad de hacer frente al clima adverso del lugar. El arquitecto brit¨¢nico ha anunciado ya m¨¢s proyectos en esa ciudad. Parece tener tantos planes para ella como el propio presidente Nazarb¨¢yev y su ambici¨®n vitalicia de poder que lo ha perpetuado 23 a?os al mando del Estado m¨¢s importante de Asia Central.
Problemas similares de opacidad pol¨ªtica los sufren los habitantes de Azerbaiy¨¢n, donde Hadid es la nueva reina. Tras las filtraciones que propici¨® Wikileaks, el peri¨®dico The Guardian describi¨® como ¡°federalismo medieval¡± el tipo de pol¨ªtica que organiza la vida de este pa¨ªs de nueve millones de habitantes que se publicita en la camiseta del Atl¨¦tico de Madrid. Es cierto que el monumental edificio de Hadid ofrece, como apuntan en su estudio, un gran espacio p¨²blico dentro y fuera del inmueble en pleno coraz¨®n de la capital, pero poco ha trascendido de las condiciones en las que miles de habitantes fueron desalojados para levantarlo.
No es esta la primera vez que Hadid tropieza con una situaci¨®n as¨ª. En Pek¨ªn, la asociaci¨®n que vela por mantener el patrimonio arquitect¨®nico chino le hizo ya esa recriminaci¨®n cuando comenz¨® a construir su complejo Soho Galaxy. Y, efectivamente, todo lo f¨¢cil que resulta comprender que el nuevo centro es fruto de la investigaci¨®n se vuelve dif¨ªcil a la hora de buscar en ¨¦l im¨¢genes de progreso real o incluso interpretaciones de la cultura azer¨ª de las que hablan los arquitectos.
El sinuoso centro cultural se ha convertido ya en un icono instant¨¢neo, un s¨ªmbolo nacional que rompe la monoton¨ªa del antiguo urbanismo sovi¨¦tico. Los bloques de viviendas grises y desnudos son ahora el tel¨®n de fondo de esta burbujeante creaci¨®n que lleva el nombre del padre del actual presidente Ilham Aliyev ¡ªrecientemente elegido para gobernar otro lustro su pa¨ªs, no sin acusaciones de fraude por parte del opositor, y antiguo asesor, Jamil Hasanli¡ª. Antes de que Ilham Aliyev llegara al poder en 2003, su padre, el antiguo jefe del partido comunista que da nombre al centro cultural de Hadid, gobern¨® durante 30 a?os. Heydar Aliyev se convirti¨® en el presidente del nuevo pa¨ªs cuando este se independiz¨® de la URSS en 1991. A esa ¨¦poca se remonta la voluntad de modernizar una rep¨²blica con libertad de culto. Y, a juzgar por las ¨²ltimas obras inauguradas, el arte y la arquitectura les debieron de parecer la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida para esa transformaci¨®n.
Primero lo intentaron con un Guggenheim a orillas del mar Caspio, pero la iniciativa no cuaj¨®. Por eso, en 2007 convocaron el concurso que gan¨® Hadid y que dio como resultado el centro cultural reci¨¦n inaugurado. A pesar de su tama?o y repercusi¨®n, ese edificio no est¨¢ solo. Este oto?o se ha abierto tambi¨¦n el Museo de Arte Moderno de la ciudad, que re¨²ne la colecci¨®n de la primera dama, Mehriban Aliyeva, construido por su cu?ado. Los Pashayevs, su familia, ocupan varios puestos de poder en el Gobierno de su pa¨ªs y concentran, adem¨¢s de los 10 bancos principales, compa?¨ªas de seguros, la principal televisi¨®n del pa¨ªs y un conglomerado de constructoras.
En ese contexto, el extraordinario proyecto de Hadid podr¨ªa quedar en m¨¢scara gigante. Son admirables el talento, la investigaci¨®n y los ejercicios de ingenier¨ªa que hay detr¨¢s de muchos de los edificios que afloran en pa¨ªses en expansi¨®n, pero es importante darse cuenta de que, llegado un punto, la arquitectura en lugar de encubrir descubre c¨®mo funciona el poder.
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