Mu?oz Rengel, cuando la literatura es un juego
Juan Jacinto Mu?oz Rengel se adentra en el universo del microrrelato con 'El libro de los peque?os milagros' Otra lectura a los hechos min¨²sculos y su capacidad para transformar la vida
Cuando la literatura es un juego el escritor disfruta discriminando ideas, palabras y frases. Por eso cuando Juan Jacinto Mu?oz Rengel (M¨¢laga, 1974) se propuso hacer un libro de microrrelatos, no le qued¨® m¨¢s remedio que regodearse en acontecimientos a veces min¨²sculos, a veces grandiosos (ocurridos en una habitaci¨®n o en una galaxia lejana), metaf¨®ricos o sugerentes, con criaturas fant¨¢sticas o con prodigios. En poco espacio derram¨® una dosis concentrada de imaginaci¨®n y lo que obtuvo fue El libro de los peque?os milagros (P¨¢ginas de Espuma), una serie de escuetas narraciones que conforman su particular bestiario.
Mu?oz Rengel ten¨ªa 27 a?os cuando decidi¨® dejar de ense?ar filosof¨ªa en Madrid para irse a Londres. Fueron tres a?os dedicados, en su mayor¨ªa, a madurar como escritor. ¡°Quise huir de las rutinas y de los compromisos para dedicarme a lo que m¨¢s me gusta. De vez en cuando daba clases de espa?ol, como un trabajo m¨ªnimo para subsistir, pero casi todo mi tiempo lo dedicaba a escribir¡±, dice una ma?ana fr¨ªa pero soleada en el estudio de su casa madriela?a.
Antes fue un adolescente hiperactivo que escrib¨ªa por las noches y que a los 18 a?os termin¨® su primera novela. ¡°Llevo escribiendo ya m¨¢s de 20 a?os y publicando, pues.., desde 2005¡±, aclara. ¡°Tengo muchas cosas guardadas que no pienso publicar. As¨ª lo tengo decidido desde hace mucho. Me parece que ha sido muy favorable ese retraso en publicar. Me ha dado seguridad. Hay mucha gente que, por tener demasiadas ansias de publicar, luego se arrepiente. Yo creo que hay que dejar mucho en los cajones y seguir madurando de alguna manera y dejar crecer tu propio proyecto.¡±
Me parece que ha sido muy favorable ese retraso en publicar. Me ha dado seguridad. Hay mucha gente que, por tener demasiadas ansias de publicar, luego se arrepiente. Yo creo que hay que dejar mucho en los cajones y seguir madurando de alguna manera y dejar crecer tu propio proyecto
Mu?oz Rengel vivi¨® de premios literarios durante cuatro a?os. Hoy acumula m¨¢s de cincuenta. ¡°Se vive mal, pero se puede vivir de ellos. Con la crisis han desaparecido muchos y los que se conservan se han quedado con un tercio de la dotaci¨®n que ten¨ªan. Pero cuando volv¨ª a Espa?a empec¨¦ a dar clases de escritura creativa para obtener unos ingresos fijos¡±, dice con media sonrisa.
Detr¨¢s de ¨¦l, las estanter¨ªas blancas se encuentran abarrotadas de libros. Enfrente, en una mesa de cristal, su ordenador est¨¢ apagado y en un extremo permanece un grueso y amarillento ejemplar de El Quijote. Sentado en una silla negra, este hombre de pelo largo y barba rala cuenta que cuando escribe una novela empapela las paredes de su dormitorio con esquemas de l¨ªneas argumentales, puntos de giro, ¨ªndice de cap¨ªtulos, diagramas de personajes y hasta retratos de algunos de ellos.
El dormitorio est¨¢ justo frente del estudio y, por ahora, las paredes est¨¢n vac¨ªas. ¡°Por el par¨®n que implica promocionar un libro¡±, explica. ¡°Pero con El sue?o del otro o El asesino hipocondriaco, mis dos recientes novelas, estaban llenas. Es que cuando escribo no trato de no desconectar¡±. Con este libro de microrrelatos, sin embargo, no fue necesario hacer este ejercicio. ¡°Para que las historias no se convirtieran en relatos o, incluso, en novelas.¡±
Este exprofesor de filosof¨ªa descubri¨® la intensidad de la literatura breve en libros como Historias de cronopios y de famas de Julio Cort¨¢zar o Las ciudades invisibles de Italo Calvino. ¡°El microrrelato en Espa?a ha tenido una emergencia tard¨ªa. La tradici¨®n en Latinoam¨¦rica es m¨¢s fuerte. Pero en la ¨²ltima d¨¦cada ha habido una efervescencia y por eso empec¨¦ a ser lector de microrelatos. Me fui aficionando y lleg¨® el d¨ªa en que empec¨¦ a escribirlos.¡±
Para hacer textos m¨ªnimos con grandes historias se requiere mucha seriedad y paciencia. ¡°Lo vas pensando por la calle, lo vas escribiendo mentalmente. Luego le empiezas a dar forma. Otras veces tarda en llegar la forma de la idea o el enfoque. Tiene que ser un tema potencial y, a nivel de lenguaje, tambi¨¦n es muy dif¨ªcil encauzarlos. Tienes que medir las palabras, tienen que tener sonoridad y tienes que corregir mucho.¡±
El escritor que empapela con esquemas las paredes de su dormitorio dice que escribe para transmitir mensajes profundos pero, sobre todo, ¡°para sorprender y entretener. Porque pienso que todo debe tener un complemento l¨²dico. Todo El libro de los peque?os milagros est¨¢ concebido como un juego. Porque el microrrelato exige un lector jugador, un lector que participe. Si no, el microrrelato ser¨ªa un texto muerto".
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