Ni Tom ni Jerry
El reparto de los derechos televisivos provoca una prolongaci¨®n en las ventajas bancarias de la Liga espa?ola
Tom y Jerry, as¨ª llaman a la Liga espa?ola de f¨²tbol en el extranjero. Hasta tal punto se ha convertido en la persecuci¨®n previsible entre dos contendientes. Por m¨¢s que este a?o les aguante la carrera el Atl¨¦tico de Madrid o haya alg¨²n equipo mejor afinado como el Athletic de Bilbao o el Villarreal, el realismo de la mirada exterior es concluyente. El reparto de los derechos televisivos provoca una prolongaci¨®n en las ventajas bancarias. La oscuridad contractual que rodea el fichaje de las estrellas internacionales, que ha hecho caer a Sandro Rosell de la presidencia del Barcelona, se une al plante de los jugadores contra la directiva del Racing y el desmadre valenciano.
Las instalaciones que Al Jazeera ha levantado en Doha para albergar los estudios de su cadena dedicados al deporte expresan la fuerza comercial del f¨²tbol. Diez plat¨®s dedicados a las Ligas m¨¢s comerciales, con una tecnolog¨ªa radiante y una envergadura que equivaldr¨ªa a la suma de las dos televisiones privadas espa?olas. Para evitar los prejuicios pol¨ªticos asociados a la marca televisiva catar¨ª, su divisi¨®n dedicada al deporte ahora se conoce como Be In. Es uno de los grandes aciertos expansivos, en contraste con la da?ina pol¨ªtica espa?ola con respecto a la televisi¨®n, y es muy posible que pronto sus tent¨¢culos se hagan con alg¨²n espacio en nuestro pa¨ªs, reforzados por la compra de derechos de transmisi¨®n para todo el mundo. No deja de ser expresivo que cuando retransmiten un cl¨¢sico entre Barcelona y Madrid, la audiencia supera los 80 millones, a los que habr¨ªa que sumar los incontables espectadores que se suman por variados recursos imposibles de contabilizar.
Nuestra gallina de los huevos de oro anda clueca y amenaza con pincharse como nuestra burbuja inmobiliaria, con el consiguiente efecto sobre los bancos que se prestan a la org¨ªa. Pese al inter¨¦s internacional, la clave reside en el interior, donde la competici¨®n tiene que ser rescatada de quienes consideran que la huida hacia adelante es la ¨²nica f¨®rmula pr¨¢ctica. Es posible que en las pr¨®ximas fechas asistamos a movimientos televisivos importantes, pero la clave est¨¢ en reforzar el n¨²mero de aspirantes con m¨²sculo financiero real y de esta manera su grado de competitividad, para frenar la fuga de personal hacia el modelo brit¨¢nico.
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