El Hay Festival, de cine
El argentino Campanella y el mexicano Gael Garc¨ªa Bernal confirmaron la fuerza identitaria del cine latinoamericano en el mundo desde Cartagena de Indias
Cuando nac¨ªa el siglo XXI, por mayo de 2000, la gran plataforma del cine mundial que era Cannes, quiso celebrarlo en su secci¨®n oficial con una selecci¨®n de monstruos sagrados entre los que estaban Ingmar Bergman ¡ªcomo guionista de Infiel¡ª, Lars von Trier o los hermanos Coen. Pero lo que realmente sorprendi¨® fue una peliculita mexicana fuera de concurso que vol¨® la cabeza de todos los que la pudieron admirar y que se titulaba Amores perros.
A lo largo de esa primera d¨¦cada, en Argentina, Juan Jos¨¦ Campanella, un director realmente curioso sobre todo aquello que afectara las relaciones humanas en contextos de crisis, labraba una carrera llena de t¨ªtulos que despertaban inter¨¦s internacional como El mismo amor, la misma lluvia, El ni?o que grit¨® puta, El hijo de la novia o estudiaba la forma sonata y como este lenguaje musical pod¨ªa influir en la narraci¨®n f¨ªlmica para su obra m¨¢s compleja: El secreto de sus ojos.
La primera la protagonizaba Gael Garc¨ªa Bernal, un chico barbilampi?o con ojos de diablillo tierno que de estudiar teatro en Londres pas¨® a trabajar a las ¨®rdenes de un DJ radiof¨®nico que se convertir¨ªa en uno de los directores de cine m¨¢s importantes del mundo llamado Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu. El actor llen¨® el teatro Adolfo Mej¨ªa, de Cartagena, para hablar en el Hay Festival, que termina este domingo, de c¨®mo con los a?os, aquel juego de principiantes cuyo esp¨ªritu alumbr¨® la moderna, impactante y bu?ueliana Amores perros cambi¨® para siempre sus vidas y de paso el cine latinoamericano. Hizo historia, vamos.
Antes, en el mismo escenario, Campanella, ante las preguntas de Roberto Pombo, director de diario El Tiempo, se atrevi¨® a desgranar el brillante plano secuencia de El secreto de sus ojos en el que detienen al asesino que luego se va de rositas en un campo de f¨²tbol. ¡°Nos cost¨® tres d¨ªas de rodaje¡±. Para el espectador fue una sola toma, no se sent¨ªan los cortes a lo largo de aquellos tensos minutos. Pero Campanella sorprendi¨® a la audiencia admitiendo que s¨ª, que no uno, ni dos, sino ni m¨¢s ni menos que ?ocho!, remendados por la discreta tijera de la t¨¦cnica digital, pero intactos en la tensi¨®n que provocan en quien se sienta en la butaca. ¡°En la sala ibas notando como quienes la ve¨ªan, de estar medio recostados se iban incorporando, no importa que no fuera puramente un plano secuencia, un solo corte, lo que realmente me interesaba era provocar la reacci¨®n de esa t¨¦cnica en el espectador. Y lo logramos¡±.
Ambos han sido testigos y conscientes de c¨®mo el cine latinoamericano es hoy una referencia mundial. De c¨®mo a diferencia de antes, cuando Hollywood llamaba y las estrellas hispanas o latinas acud¨ªan, ahora, esta generaci¨®n se siente con el peso suficiente, la confianza y el orgullo necesarios como para preferir ser libres y que Hollywood, si quiere, acuda a ellos. ¡°Cada quien elige, pero por qu¨¦ yo iba a preferir estar en Hollywood haciendo?Walter Mitty a quedarme en mi terreno para rodar ¡®Diarios de motocicleta¡±, se preguntaba Garc¨ªa Bernal.
El chico que sedujo con su frescura a medio mundo tom¨® otro camino. Y el tiempo le ha dado la raz¨®n. No s¨®lo se bautiz¨® con I?¨¢rritu, con quien adem¨¢s trabaj¨® en su obra maestra Babel, y sigui¨® con otro de los referentes latinoamericanos internacionales hoy en d¨ªa, Alfonso Cuar¨®n, candidato este a?o a los Oscar como mejor director por Gravity y mentor de Garc¨ªa Bernal desde que trabaj¨® con ¨¦l en Y t¨² mam¨¢ tambi¨¦n. ¡°Cuando la gente sal¨ªa de ver aquella pel¨ªcula a todos les ocurr¨ªa lo mismo. ?Ten¨ªan ganas de vivir!¡±.
A aquel t¨ªtulo le siguieron otros importantes en su mundo, desde El crimen del padre Amaro a La mala educaci¨®n, de Almod¨®var, a colaboraciones con grandes estudios o pel¨ªculas comprometidas como ¡®No¡¯. Pero jam¨¢s dej¨® de lado un compromiso con su entorno y hoy es uno de esos raros int¨¦rpretes que habla por ejemplo de identidad.
Campanella, a su vez, lo ha sido ya todo y ha probado todo. Sus filmes son cl¨¢sicos, gan¨® un Oscar por El secreto de sus ojos, film¨® cap¨ªtulos en series de ¨¦xito como House y se meti¨® hasta en los dibujos animados, como ahora en Futbol¨ªn. La curiosidad y la b¨²squeda le mueven y le conmueven, como a Garc¨ªa Bernal, pero ambos han decidido que es preferible liderar y ensanchar sus voces desde el continente en que se sienten en casa que emigrar a ser engullidos por una industria que los nuble en el espejismo de su propio estrellato.
¡°Tenemos las herramientas para explorar qui¨¦nes somos, en un continente joven, donde la mitad de la poblaci¨®n est¨¢ por debajo de 30 a?os. Es necesario dar la cara¡±, coment¨® Garc¨ªa Bernal. Al fin y al cabo, el mexicano no es de esos actores que ¨¦l compara con Cristiano Ronaldo. ¡°Hay dos tipos de int¨¦rpretes, a los que s¨®lo les interesa su personaje y los que se centran en la pel¨ªcula, la historia que est¨¢n contando, yo me siento parte de estos ¨²ltimos. Los otros me parecen como Cristiano Ronaldo, que no le importa tanto que su equipo gane como que sea ¨¦l quien mete los goles¡±.
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