Una familia de hierro

Los misterios de la distribuci¨®n cinematogr¨¢fica provocan a veces hechos tan poco habituales como que se estrenen un mismo d¨ªa dos pel¨ªculas procedentes de pa¨ªses de la extinta Yugoslavia (una, serbia; la otra, bosnia), de distinto a?o (2012 y 2013), con la discriminaci¨®n hacia los gitanos como tema central de sus relatos, y con la Guerra de los Balcanes como inevitable hecho colateral. Eso s¨ª, aun siendo notables, nada tienen que ver en sus estilos Al nacer el d¨ªa, de Goran Paskaljevic (ver cr¨ªtica), y La mujer del chatarrero, de Danis Tanovic.

En su trabajo m¨¢s austero, Tanovic, que tras el ¨¦xito de la magn¨ªfica comedia negra En tierra de nadie (2001) ha deambulado con resultados menores entre el cine m¨¢s comprometido (Cirkus Columbia) y un cine de autor de qualit¨¦ quiz¨¢ m¨¢s pomposo que emocionante (El infierno, Triage), experimenta con la fina l¨ªnea que separa a veces la ficci¨®n del documental. La mujer del chatarrero est¨¢ basada en un hecho real, e interpretada por la propia familia protagonista (actores no profesionales, claro), con estilo cuasi documental (las miradas a c¨¢mara y las zalamer¨ªas de las ni?as como hecho se?ero), pero con poso de cine de ficci¨®n (la presencia de las c¨¢maras nunca se delata). As¨ª, Tanovic compone un sencillo y certero retrato de la odisea de una mujer v¨ªctima de un aborto natural, que deambula por el infierno de la burocracia sanitaria para conseguir que le hagan un legrado sin necesidad de pagar un past¨®n por la visita. Un recorrido duro y veraz, en el que solo asoma el tremendismo en un momento en el que, tras el paso l¨®gico de la tentativa de ayuda de una ONG, ella se niega a volver al hospital. Momento, o exagerado, o no demasiado bien explicado, que se reconduce m¨¢s tarde con un desenlace en el que se funden la esperanza y la desesperanza, el dolor y el amor, la amistad y el horror.