Charlas en el ¡®hammam¡¯ solo para mujeres
'La piel del agua' recrea un ba?o turco y las complicidades femeninas que se labran en ¨¦l El espect¨¢culo, que no est¨¢ abierto a los hombres, es una muestra de teatro de los sentidos
Cuando el p¨²blico entra al hammam improvisado en la sala madrile?a Sol de York, una actriz les ofrece una naranja y, susurrando, explica: ¡°Hace muchos a?os, las mujeres se reun¨ªan en los ba?os p¨²blicos, detr¨¢s de las celos¨ªas, para tejer los delgados hilos de sus complicidades¡±. Hace muchos a?os, quiz¨¢, que las espectadoras (los hombres no est¨¢n permitidos, este hammam, como los originales, no es mixto) no son ba?adas por otras mujeres, no se sienten c¨®modas desnudas ante desconocidas o no comparten confidencias lejos de la mirada masculina. La compa?¨ªa Teatro en el Aire, con La piel del agua, se ha propuesto levantar de nuevo ese telar olvidado.
Informaci¨®n ¨²til
La piel del agua. Idea original y direcci¨®n: Lidia Rodr¨ªguez. Dramaturgia: Lidia Rodr¨ªguez y Ana Ramos a partir de textos de Carlos Javier Sarmiento.
D¨®nde: Sala Sol de York. C/ Arapiles, 16. Metro Quevedo.
Cu¨¢ndo: Hasta el 30 de marzo. Jueves a las 20h, viernes y s¨¢bado a las 21h, domingos a las 19h30
Precio: 20€ (ni?os entre 0 y 3 a?os, entrada gratuita).
El proyecto se le apareci¨® a Lidia Rodr¨ªguez, directora de la obra, entre la bruma de un ba?o en Turqu¨ªa: ¡°Las mujeres est¨¢n all¨ª desnudas o con su pestemal [un pa?uelo usado en el hammam], depil¨¢ndose, ba?¨¢ndose, charlando¡¡±. La imagen que se crea en una calle cualquiera de Madrid no dista mucho de esa. Las cinco actrices (Laura de Casas, Roc¨ªo Herrera, Mercedes Salvadores, Mar¨ªa Otero y la propia Lidia Rodr¨ªguez) ofician una suerte de ritual en el que, estaci¨®n a estaci¨®n, el p¨²blico va perdiendo defensas y ganando confianza. No se trata solo de un desnudo f¨ªsico, sino emocional. Se empieza comiendo una naranja y, dos horas m¨¢s tarde, se termina riendo y conversando, vestida solo con un pareo, como entre amigas.
¡°Yo siempre me sorprendo. Antes pensaba: ¡®?Y si no se desnudan, qu¨¦ hacemos?¡±, recuerda Mar¨ªa Otero. Ese es el saber hacer de la ¡°po¨¦tica de los sentidos¡± que investiga Teatro en el Aire: hacer que el espectador explore qui¨¦n es ¡°tras el espejo de Alicia¡±. Despu¨¦s de las primeras vacilaciones, el cuerpo se amolda a la realidad paralela creada entre algodones, agua templada y luces tenues. Rodr¨ªguez explica la importancia del espacio esc¨¦nico: ¡°La penumbra ayuda al anonimato. Si pones 18.000 focos aqu¨ª, te aseguro que nadie se iba a desnudar, porque entre otras cosas se nos iban a ver los pelos, ?y nosotras tenemos un rollo con los pelos!¡±.
Se habla de pelos. Y de arrugas. Y del dolor y el placer de ser madre. Y del primer amor, y del ¨²ltimo, y del deseo, y de la fidelidad. De todo lo que propone la dramaturgia apenas perceptible de Lidia Rodr¨ªguez, Ana Ramos y Carlos Javier Sarmiento, y de todo lo que recogen e incorporan las espectadoras. Aquella confiesa el piropo m¨¢s bonito que le han dicho, mientras dos ni?as juegan con el agua, el p¨²blico es refregado con cari?o y vigor con manoplas h¨²medas y aquella otra mujer cuenta su historia con su ex marido. Imposible diferenciar qui¨¦n act¨²a y qui¨¦n asiste al espect¨¢culo. Se repiten, eso s¨ª, los pronombres: ¡°yo¡±, ¡°nosotras¡±. ¡°Nuestra energ¨ªa¡±, ¡°nosotras como mujeres¡±. ?Y ellos?
V¨ªdeo promocional de 'La piel del agua', de Teatro en el aire.?
Ellos no pueden entrar. Este es el ¨²nico espect¨¢culo de la compa?¨ªa, de los ocho que representan, que no es mixto. Y el que levanta m¨¢s controversia. ¡°Lo llevan mal. Un tipo nos hizo una vez un poema sat¨ªrico. Para ¨¦l era indignante no poder estar aqu¨ª¡±, cuenta Herrera. Salvadores reflexiona: ¡°Yo lo entiendo. Si a m¨ª me dijeran que hay un espect¨¢culo solo para hombres, pondr¨ªa el grito en el cielo¡±. Gran revuelo. Laura de Casas espeta: ¡°Pues muy bien, que hagan cosas, que est¨¦n juntos¡¡±. Risas de nuevo. Justamente, Mercedes tiene algo que contar: "El otro d¨ªa vino a verlo uno de los chicos de la sala durante los ensayos, y dec¨ªa: 'Me he dado cuenta de que si esto se hiciera para hombres, solo con actores, muchos hombres no vendr¨ªan¡±. Entonces Roc¨ªo Herrera sentencia: el machismo afecta tanto a hombres como a mujeres. "Me da pena que a ellos no se les permita mostrar sus sentimientos, o estar tan ricamente ba?ando a otro hombre. ?Pero qu¨¦ tiene eso de malo? Qu¨¦ manera de limitar el mundo".
Es Lidia Rodr¨ªguez, que revolotea de un lado a otro colocando guirnaldas de c¨¢scara de naranja tejidas por el p¨²blico, la que sintetiza las ideas: ¡°Una vez que vives el rito, te das cuenta de que lo que ha pasado aqu¨ª solo puede pasar si estamos entre mujeres. El di¨¢logo que hemos tenido solo pod¨ªa pasar en una situaci¨®n de g¨¦nero. Si no, se dar¨ªan otras conversaciones igualmente ricas, igualmente leg¨ªtimas, pero diferentes¡±. El grupo afirma. ?Qu¨¦ se siente, entonces, ante la ausencia de la mirada masculina? ¡°Tranquilidad, una tranquilidad tremenda¡±.
De la muerte, el amor y la cama
Teatro en el Aire atesora ocho espect¨¢culos. Los ocho han pasado o pasar¨¢n por la sala Sol de York, de la que son, desde principios de a?o, compa?¨ªa residente. Todos son parte del teatro de los sentidos y fruto de la experiementaci¨®n en la "po¨¦tica de los sentidos" de la compa?¨ªa:
La cama. La obra, que ya ha pasado por Sol de York, explora el espacio de las s¨¢banas y almohada como reducto de la memoria com¨²n. De los juegos infantiles, a los sue?os o el sexo, todo tiene cabida en la enorme cama que construye la compa?¨ªa.
Bailando tus huesos. Teatro en el Aire afronta la muerte desde el punto de vista del folclore mexicano. Una gran cena de cochinita pibil y tequila para exorcizar el miedo a la Catrina que ya ha programado Sol de York.
El secreto. Una pareja invita al p¨²blico a asistir a su cena de aniversario, que termina convirti¨¦ndose en una bacanal en la que se persigue el secreto del buen amor.
El viaje de nadie. Una odisea en la que los espectadores viajan de isla en isla pasando de ser Ulises a Pen¨¦lope.
Plagio a m¨ª misma. El p¨²blico presencia el proceso, con sus sufrimientos y hallazgos, de la creaci¨®n po¨¦tica.
Sue?os en el arrozal. Espect¨¢culo infantil basado en la figura del cuentacuentos, transformada en "hilandera de los sue?os".
Nido azul. Espect¨¢culo infantil en el que se construye, junto al p¨²blico, la creaci¨®n de un nido f¨ªsico y emocional para acoger a una nueva vida.
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