Los grises del treinta?ero

En las pr¨®ximas semanas coincidir¨¢n en la cartelera dos pel¨ªculas que, partiendo de semejantes fuentes estil¨ªsticas y dram¨¢ticas, pueden acabar conformado un gran programa doble para una tarde de reflexi¨®n del treinta?ero a la deriva: la estadounidense Frances Ha, de Noah Baumbach (estreno: 4 de abril), y la alemana Oh boy, magn¨ªfico debut de Jan Ole Gerster, afrontan las idas y venidas de sus seres por ciudades en principio tan distantes como Nueva York y Berl¨ªn de un modo tan particularmente referencial que se terminan hermanando. Eso s¨ª, no del todo.

Porque, naciendo ambas de ese cine en blanco y negro de americanos como Woody Allen, Jim Jarmusch o el Martin Scorsese de Who's that knocking at my door? (?Qui¨¦n llama a mi puerta?), en realidad Baumbach se queda ah¨ª, pero Gerster regresa hasta la fuente primigenia, el cine de calle de la nouvelle vague y sus alrededores, especialmente las pel¨ªculas de Louis Malle que utilizaban la m¨²sica jazz como sello de estilo y como pincelada de car¨¢cter, con Ascensor para el cadalso a la cabeza. En realidad, el casi son¨¢mbulo recorrido por Berl¨ªn del protagonista de Oh boy no est¨¢ muy lejos de aquel deambular del alcoh¨®lico ser de El fuego fatuo, de Malle, como uno de esas mentes que, sabedora de que las utop¨ªas no existen, prefer¨ªa agarrarse a la certeza de la desesperanza. Gerster elige para retratar Berl¨ªn las esquinas que nunca escoger¨ªan los turistas y, en su recorrido moral adem¨¢s de f¨ªsico, plantea continuas preguntas sin llegar nunca a las respuestas, a trav¨¦s de una serie de encuentros entre lo absurdamente burocr¨¢tico y lo terriblemente desolador, aunque con cierto sentido del humor, que dibujan un panorama de la sociedad que, en un tono muy distinto, tambi¨¦n marcaba la reciente Gente en sitios. 0h boy, ganadora de seis Premios del Cine Alem¨¢n, entre ellos el de mejor pel¨ªcula, se configura as¨ª como un estupendo soplo de realidad, al tiempo que brillante ejercicio de estilo.