La publicidad hecha un pincel
El artista Vermibus sustrae carteles urbanos de anuncios, los retoca con su brocha y los recoloca
Como todo artista callejero que se precie, no se deja fotografiar ni desvela su nombre. Sin embargo su obra se est¨¢ haciendo cada d¨ªa m¨¢s c¨¦lebre en los ¨¢mbitos art¨ªsticos europeos. Nacido en Mallorca y afincado en Berl¨ªn, Vermibus utiliza las armas olvidadas por las Bellas Artes para luchar contra la contaminaci¨®n visual publicitaria, transformando vallas y carteles en espacios expositivos. Heredero del street art, pero ajeno a las intervenciones de guerrilla art¨ªstica en plan pinta y corre, su trabajo se enmarca en una investigaci¨®n sobre los c¨¢nones est¨¦ticos, las din¨¢micas del consumismo y el uso de los Muebles Urbanos para la Presentaci¨®n de Informaci¨®n. Sus herramientas son los callejeros de Google Street, litros de disolventes y pinceles de cerda corta; su p¨²blico, los peatones y su espacio de acci¨®n, las calles.
Ahora sus intervenciones, que transforman los rostros de las protagonistas de ubicuas campa?as publicitarias en im¨¢genes chocantes, han aparecido en las vallas de Plaza Catalu?a en Barcelona. Como de costumbre, tras unos d¨ªas los posters de Vermibus han sido retirados, pero hasta el 12 de abril se pueden ver en La Tach¨¦. El galerista Carles Tach¨¦, que en esta edici¨®n se ha tomado lo que denomina ambigua y diplom¨¢ticamente ¡°un a?o sab¨¢tico de ARCOmadrid¡±, abri¨® hace unos meses este espacio, donde acoger propuestas m¨¢s experimentales, desvinculadas de la l¨ªnea de la galer¨ªa. Por La Tach¨¦ han pasado artistas sonoros como Tres, joyeros como Marc Monz¨® o el escritor Tom Sharpe, en su faceta de fot¨®grafo.
¡°Raramente se cuestiona el uso de los espacios publicitarios que, adem¨¢s de inundar los medios de comunicaci¨®n con sus mensajes subliminales, se han apoderado de las calles¡±, indica Vermibus, cuyo seud¨®nimo procede de caro data vermibus en lat¨ªn ¡°carne dada a los gusanos¡± y origen de la palabra cad¨¢ver, un gui?o a la deshumanizaci¨®n que sufren los modelos publicitarios.
Su din¨¢mica de trabajo se plasma en un v¨ªdeo que resume su ¨²ltimo proyecto, Dissolving Europe, que involucr¨® el pasado verano siete ciudades europeas (?msterdam, Bruselas, Paris, Mil¨¢n, Viena, Praga y Berl¨ªn) en performances no autorizadas: el artista extra¨ªa los carteles publicitarios en las paradas de metro y buses de una ciudad, los trasformaba a golpe de brocha y disolvente, y volv¨ªa a instalarlos en otra. Tras las primeras obras, que recolocaba en su sitio original, Vermibus amplifica el alcance de sus acciones, desplazando literalmente las pancartas manipuladas de una ciudad a otra. ¡°Me interesa la deslocalizaci¨®n f¨ªsica y temporal de cada p¨®ster, tambi¨¦n para no relacionar en la medida de lo posible mi obra con la marca¡±, asegura Vermibus, que nunca realiza actos vand¨¢licos y abre cuidadosamente los soportes con unas llaves realizadas artesanalmente.
La cr¨ªtica sobre la gesti¨®n de la imagen en publicidad es solo el primer nivel de lectura de una obra que afronta temas tan dispares como la identidad y los c¨¢nones de belleza, el agotamiento de los espacios art¨ªsticos tradicionales y el uso de materiales impropios en las Bellas Artes, como los disolventes. Dado el car¨¢cter ef¨ªmero de su trabajo, Vermibus documenta todo el proceso desde la creaci¨®n de las llaves y la sustracci¨®n del p¨®ster, pasando por la acci¨®n pict¨®rica hasta su reemplazamiento. Tambi¨¦n suele grabar en v¨ªdeo las reacciones de los transe¨²ntes, que tras el asombro a menudo se detienen para contemplarlas o fotografiarlas, consiguiendo as¨ª un resultado que va m¨¢s all¨¢ de las expectativas de los publicistas. Finalmente Internet se convierte en su altavoz para comunicar d¨®nde est¨¢ la obra y darle visibilidad m¨¢s all¨¢ del tiempo de su permanencia f¨ªsica.
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