Un artista que lanza gritos desde las tripas
El brasile?o Paulo Nazareth, criado en una favela, utiliza su propio cuerpo para obras y denuncias callejeras
¡°Cuando la gente muere tiene el mismo destino¡±, dice Paulo Nazareth, performer brasile?o natural de la ciudad de Governador Valadares (estado de Minas Gerais). ¡°Da igual que seas pobre, o de la ¨¦lite, que seas un perro o un cerdo¡¡±, cuenta a trav¨¦s del tel¨¦fono, y transmite una de las esencias de su arte: su fascinaci¨®n por lo que supone estar vivo, algo ¡°fr¨¢gil¡±. Nazareth, de 37 a?os y ascendencia africana e ind¨ªgena, pone su propio cuerpo y experiencias al servicio de obras con las que quiere lanzar un grito de denuncia.
Con esta actitud ha sido de los pocos con su mezcla ¨¦tnica y su origen en llegar hasta los circuitos oficiales de la creaci¨®n en su pa¨ªs y a nivel internacional, tal es el caso de la ¨²ltima edici¨®n de la feria de Madrid ARCO, con la galer¨ªa paulistana Mendes Wood como casa. Raza, ecolog¨ªa, hipocres¨ªa gubernamental, migraciones... ?l lo aborda todo con actuaciones que funcionan como un taladro en el est¨®mago.
La raza es una de las obsesiones de Nazareth, como lo es el abuso de la naturaleza. En una de sus videocreaciones m¨¢s llamativas porta una m¨¢scara hecha con parches cosidos de piel de cerdo. En otra, se ha quitado sus propios dientes incisivos para provocar una reflexi¨®n sobre el tr¨¢fico de marfil procedente de los colmillos de los elefantes mientras reparte panfletos. Y estos gestos radicales as¨ª los argumenta: ¡°Creo que existe una conexi¨®n entre los frijolitos y la pol¨ªtica. Los Gobiernos de Brasil han ganado votos con la promesa de comida para el pueblo¡±. Recuerda los ochenta cuando comer carne significaba ingerir las entra?as de la vaca o su cerebro, y cuando ¨¦l cuidaba en una pocilga de unos 400 cerdos y aun as¨ª no se pod¨ªa permitir comprar su carne. ?l es ahora vegetariano ¡°como protesta¡±, tambi¨¦n por los bosques que los finqueros arrasan y de los que despojan a las comunidades ind¨ªgenas para que se transformen en pastos ¡°con la excusa de alimentar a la gente¡±.
Este hombre con aspecto entre profeta y cham¨¢n recorri¨® una decena de pa¨ªses desde su Brasil natal hasta Estados Unidos en ocho meses para plasmar en videos y fotograf¨ªa el camino hacia el prometedor Norte, hecho suyo por tantos en busca de una vida mejor. Iba descalzo y se neg¨® a lavarse los pies en todo el trayecto, hasta que simb¨®licamente lo hizo en el r¨ªo Hudson, en Nueva York. ¡°Crec¨ª en una favela en los ochenta, escuchando las historias de gente que emigraba, sobre todo a EE. UU. Aquel era un lugar con su propia cultura, donde la filosof¨ªa y la conciencia pol¨ªtica se basan en saber el precio de la vida¡±, relata.
Y el viaje de 2011 tuvo mucho que ver con todo esto, porque quer¨ªa demostrar que el polvo que arrastraba era el mismo en todos los lugares, separados por antinaturales fronteras. C¨®mo logr¨® cruzar la de Estados Unidos con M¨¦xico se lo debe, dice, a que portaba ¡°un sanjuditas¡±, patr¨®n de los imposibles, que cre¨® un extra?o lazo con los guardias de la frontera, de rasgos mestizos, de nombres y apellidos mexicanos. Al otro lado, le esperaba un pa¨ªs en que poco sucede en la calle, escenario del artista.
No importa que participe en ferias internacionales o que su trabajo se incorpore a las galer¨ªas. No es una contradicci¨®n porque ¨¦l sigue siendo an¨®nimo, asegura. El color de la piel le supone una garant¨ªa. En una Bienal de S?o Paulo en la que se expon¨ªan grandes fotograf¨ªas con su rostro, decidi¨® quedarse al final a recoger los papeles sobrantes que ¨¦l pod¨ªa utilizar, al igual que cuando era ni?o reconstru¨ªa viejos juguetes con materiales reciclados en su Governador Valadares natal. ¡°Los guardas enseguida vinieron¡ solo cuando averiguaron qui¨¦n era cambiaron el argumento y dijeron que hab¨ªan acudido por mi seguridad¡¡±.
Nazareth insiste en que el discurso racial en Brasil, un pa¨ªs ¡°que solo ha mirado a Europa¡±, est¨¢ cargado de hipocres¨ªa. ¡°Cuanto m¨¢s sucio es el trabajo, m¨¢s negra es la piel. Por ejemplo, los guardas de seguridad o los porteros son de raza negra¡ Cuando te impiden el paso no les puedes acusar de racismo porque su piel es m¨¢s oscura que la m¨ªa. Es un sistema que perpet¨²a una mentalidad colonizada¡¡±.
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