Mundo nuevo, m¨¦todo viejo
Una pena que a veces las reivindicaciones necesarias, el triunfo de la historia, no vayan acompa?ados de tratamientos con talento
A veces no han transcurrido ni dos minutos de pel¨ªcula y el castillo ya se ha venido abajo. M¨²sica de piano de ¨ªnfima calidad, voz en off narrativa de corte meloso y vagamente interpretativa, montaje pedestre, escenificaci¨®n casi de teatrillo de la llegada de una profesora a una clase... Las manos en la cabeza casi no permiten escuchar lo verdaderamente importante, una de las frases: "El principio de la Rep¨²blica fue ese d¨ªa que maestros y maestras retiraron el tabique de madera que separaba a los ni?os de las ni?as en las aulas, y salieron todos juntos a la terraza de juegos por primera vez". Una pena que a veces los grandes temas, las reivindicaciones necesarias, el triunfo de la historia, no vayan acompa?ados de tratamientos con talento. Las maestras de la Rep¨²blica, aproximaci¨®n documental de Pilar P¨¦rez Solano al compromiso social con la educaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica, para construir una sociedad m¨¢s libre, justa, solidaria y equitativa, no pasa de discret¨ªsimo reportaje informativo de programa televisivo semanal.
LAS MAESTRAS DE LA REP?BLICA
Direcci¨®n: Pilar P¨¦rez Solano.
Int¨¦rpretes: Laura de Pedro, Marta Barriuso (voz de la narraci¨®n en off).
G¨¦nero: documental. Espa?a, 2013.
Duraci¨®n: 63 minutos.
Hay buen material documental (fotograf¨ªas, peri¨®dicos, documentos legales y judiciales, archivo audiovisual...) y, sin embargo, se acude a la ya t¨®pica mezcla de testimonios de expertos con familiares de implicados en el tema, y a la ya consabida escenificaci¨®n creada especialmente para la pel¨ªcula, con textos de Josefina Aldecoa de fondo. Una pena que algo tan moderno y tan libertario como el hecho de la plena incorporaci¨®n de la mujer al desarrollo de la educaci¨®n en Espa?a se haya trasladado con m¨¦todos cinematogr¨¢ficos tan a?ejos y con un ritmo tan monocorde. Aun as¨ª, y a pesar de que la presencia de la m¨²sica casi se carga la primera parte de su testimonio, el impactante recordatorio de una mujer, hija de maestros fusilados en la Guerra Civil Espa?ola, sobre c¨®mo vivi¨®, con apenas cinco a?os, la llegada del boato franquista a las calles, casi logra hacer olvidar lo vulgar que, en general, es el resto de la pel¨ªcula.
Coda: que se le otorgara el Goya al mejor documental solo demuestra la confusi¨®n de la Academia entre premiar una figura a reivindicar, y reivindicar un trabajo que no lo merec¨ªa.
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