Pero ?qui¨¦n es Chimamanda?
El premio de la cr¨ªtica estadounidense a ¡®Americanah¡¯, editada ahora en espa?ol, confirma a Ngozi Adichie como una de las escritoras j¨®venes m¨¢s interesantes en lengua inglesa
Adem¨¢s de ser mujer, escritora, nigeriana, negra, ganadora la semana pasada del premio que conceden cada a?o los cr¨ªticos neoyorquinos por Americanah,su m¨¢s reciente novela, ?qui¨¦n es Chimamanda Ngozi Adichie?
Hay en la p¨¢gina del TED, organizaci¨®n creada en Estados Unidos para potenciar ideas que puedan transformar al mundo, un v¨ªdeo de Chimamanda. Fue su invitada en el 2009 y su charla ha sido vista por m¨¢s de seis millones de internautas.
¡°Cuento historias¡±. As¨ª, con una sola frase, defin¨ªa su actividad esta novelista que arriba a los 36 a?os con tres novelas y un libro de relatos escritos en ingl¨¦s, todos traducidos al espa?ol, y que inmovilizada en ese 2009 se dispon¨ªa a hablar del peligro que implica la existencia de una sola historia, en un tema que es de ida y vuelta. El que la cuenta la impone, el que la recibe puede creerse que es la ¨²nica.
Obra y premios
La flor p¨²rpura (Grijalbo, 2004). Recibi¨® el Commonwealth Writers' Prize for Best First Book.
Medio sol amarillo (Literatura Random House, 2007). Ganador del Orange Prize for Fiction.
Algo alrededor de tu cuello (LRH, 2010).
Americanah (LRH, 2014). Chicago Tribune Heartland Prize y el Premio Nacional de la Cr¨ªtica de EE UU
Lo sabe por experiencia propia, adquirida en su infancia en una casa de clase media en la que habl¨® y ley¨® muy r¨¢pido literatura inglesa y estadounidense y tambi¨¦n muy r¨¢pido empez¨® a escribir historias en las que sus protagonistas eran rubios, de ojos azules, se desenvolv¨ªan en paisajes nevados y tomaban cerveza de jengibre, aunque ni la cerveza existiera en su natal Nigeria ni la nieve cayera en Nsukka, ciudad donde pas¨® su infancia.
Por fortuna para la futura escritora, tambi¨¦n llegaron a sus manos autores como su conterr¨¢neo Chinua Achebe, padre de la literatura africana moderna, o el guineano Camara Laye, que la salvaron de los personajes que describ¨ªa en sus primeras letras y la centraron en su Nigeria, desde la cual Chimamanda cuenta y se cuenta, descubre y se descubre, porque es innegable que el escritor, en este caso la escritora, es ¨¦l o ella de muchas maneras en lo que escribe.
Una Chimamanda que vive y concilia Nigeria, en ?frica, continente que sigue siendo un desconocido, y Estados Unidos, donde inicia la narraci¨®n de Americanah (Literatura Random House, traducci¨®n de Carlos Milla Soler) y en la que Ifemelu puede distinguir por sus olores las ciudades americanas que ha visitado. Tal vez un poco de la Chimamanda que vive y recibe premios en Occidente y regresa todos los veranos a Lagos para dictar talleres de escritura en la sede del Fondo Farafina, que cre¨® con su editor nigeriano para impulsar la lectura y la escritura.
Sus protagonistas eran rubios de ojos azules hasta que ley¨® a Chinua Achebe
No s¨¦ si ella lo dir¨ªa as¨ª, pero la presencia de los dos mundos en la vida de sus personajes es el cambio que se ha ido sintiendo en sus novelas. El clic lo hizo con Algo alrededor de tu cuello, en el que varios de sus relatos son de nigerianos en los Estados Unidos, mientras que Nigeria es el centro de sus dos novelas anteriores: La flor p¨²rpura y Medio sol amarillo. Americanah deriva en tres continentes porque Chimamanda se hace cada vez m¨¢s universal, sin abandonar Nigeria, su centro de gravedad.
Lo seguir¨¢ siendo porque no est¨¢ dispuesta a que la historia de su mundo la cuenten desde la otra orilla, mal contada, distorsionada o llena de prejuicios, como los que ella misma vivi¨® cuando al llegar a los Estados Unidos su compa?era de cuarto en la universidad no pudiera creer que hablara un buen ingl¨¦s, idioma oficial nigeriano, conociera a Mariah Carey o supiera usar una estufa. ¡°Su visi¨®n de m¨ª, como africana, se reduc¨ªa a una l¨¢stima condescendiente¡±, algo similar a la experiencia vivida con un profesor que le dijo de una de sus novelas que ¡°no era aut¨¦nticamente africana¡± porque sus personajes eran de clase media.
Convencida de que ¡°una sola historia roba la dignidad a los pueblos¡±, Chimamanda elige contar desde ?frica donde no deja de preguntarse ¡°?Por qu¨¦ no decimos nada [¡ ]? ?Por qu¨¦ nunca decimos nada?¡±. Lo hace a trav¨¦s de personajes como Ujumwa, en Jumping monkey hill, una nigeriana invitada a un taller de escritores en Sud¨¢frica, organizado por un ingl¨¦s lascivo, prejuiciado y arrogante.
Hoy es cada vez m¨¢s universal: su ¨²ltima novela deriva en tres continentes
Llegado el momento de compartir los textos, el ingl¨¦s encuentra trascendental la narraci¨®n de un tanzano sobre las matanzas en El Congo pero anticuada una historia de pastores escrita por una zimbabuense, no representantivo de ?frica un amor l¨¦sbico contado por una senegalesa e inveros¨ªmil la escrita por la protagonista que volvi¨® relato una experiencia propia: los favores sexuales que esperaba un acaudalado hombre de negocios a cambio de depositar su dinero en el banco que representaba Ujumwa.
Nunca pol¨ªticamente correcta, Chimamanda declara en ese relato ¡°imperdonable¡± a Isak Dinesen que afirm¨® que ¡°todos los ni?os kikuyu se hab¨ªan vuelto retrasados mentales a los nueve a?os¡± y toma aire para seguir contando porque est¨¢ segura de que ¡°cuando nos damos cuenta que nunca hay una sola historia sobre ning¨²n lugar, recuperamos una suerte de para¨ªso¡±. Para¨ªso que sus lectores esperamos seguir disfrutando.
* Marbel Sandoval Ord¨®?ez es periodista y autora de la novela En el brazo del r¨ªo y la biograf¨ªa Gloria Cuartas, porque no tiene miedo.
Babelia
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