El laboratorio de Mar¨ªa Zambrano
El sexto volumen de 'Obras Completas' ilumina a trav¨¦s de sus escritos autobiogr¨¢ficos la filosof¨ªa y la vida de la autora
Ten¨ªa alrededor de 25 a?os cuando Mar¨ªa Zambrano andaba como loca buscando la manera de transformar profundamente la Espa?a que habitaba. Ya daba clases de filosof¨ªa, ya escrib¨ªa en los peri¨®dicos, asist¨ªa a la tertulia de Revista de Occidente, estaba liada con sus amigos intelectuales en m¨²ltiples iniciativas, con ellos hab¨ªa fundado la Liga de Educaci¨®n Social. Todos quer¨ªan comerse el mundo y, como cont¨® a?os despu¨¦s, ¡°sin saberlo, renunciaban al delirio que devor¨® la vida de los espa?oles en el siglo XIX¡±. Buscaban otra cosa: ¡°Encontrar la medida justa, la proporci¨®n seg¨²n la cual la convivencia fuese efectiva, viviente, seg¨²n la cual Espa?a fuese un pa¨ªs habitable para todos los espa?oles¡±.
Las citas son de Delirio y destino, que apareci¨® en 1952 y que trata de ¡°los veinte a?os de una espa?ola¡±. Este libro es la segunda parte del volumen sexto de las Obras Completas (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores) de Mar¨ªa Zambrano, que invita a asomarse a la intimidad de la vida y al trabajo incesante de una mujer cuya trayectoria resume, como pocas, el af¨¢n de libertad que atrap¨® a todos esos espa?oles que combatieron la dictadura de Primo de Rivera y que anhelaban la llegada de la Rep¨²blica. Jes¨²s Moreno Sanz, director y coordinador de la edici¨®n, ha subray¨® hoy en Madrid durante la presentaci¨®n de esta nueva entrega, que las piezas conocidas de Mar¨ªa Zambrano son solo la punta del iceberg de un corpus mucho m¨¢s extenso. Este volumen re¨²ne unos 300 textos, de los que m¨¢s de 200 son in¨¦ditos, y el lector puede as¨ª acercarse al laboratorio de una mujer que escribi¨® d¨ªa tras d¨ªa.
La primera parte del volumen re¨²ne notas, comentarios, fulminantes iluminaciones, la minuciosa reconstrucci¨®n de lo vivido, sus ejercicios de escritura para encontrar el tono exacto, la disciplina de ponerse delante de la hoja en blanco para empezar a pensar, sus delirios y sus poemas. Mar¨ªa Zambrano, que fue sobre todo fil¨®sofa pero tambi¨¦n m¨ªstica y poeta, dijo alguna vez, como record¨® Moreno Sanz, que hab¨ªa elegido ¡°la oscuridad como patria¡±. En estos textos autobiogr¨¢ficos se la ve medirse con las sombras y afirmar, al mismo tiempo, su radical apuesta por la vida.
Mar¨ªa Zambrano naci¨® en V¨¦lez M¨¢laga en 1904 y muri¨® en Madrid en 1991. Le toc¨® vivir una juventud apasionada, y luego padeci¨® la tragedia de la Guerra Civil. Sali¨® hacia Francia por Le Perthus al comienzo de 1939 cuando las tropas franquistas liquidaban las ¨²ltimas resistencias republicanas en Catalu?a. Le toc¨®, como a tantos, un largo y doloroso exilio: La Habana, San Juan de Puerto Rico, Roma, un pueblecito del cant¨®n de Vaud en Suiza, La Pi¨¨ce o Ginebra, entre otros sitios, antes de volver a Madrid en 1984. En un art¨ªculo que public¨® en junio de 1928 en El Liberal defin¨ªa as¨ª las maneras de su generaci¨®n: ¡°Vamos a ser serios del modo m¨¢s alegre¡±. Con ese ¨¢nimo sorte¨® las tremendas dificultades de su vida, con la fortaleza de la alegr¨ªa se atrevi¨® a bajar en espiral a las zonas m¨¢s negras del coraz¨®n humano. La raz¨®n po¨¦tica es la marca de su filosof¨ªa.
¡°Oh, Dios, creo en ti, te siento y me penetras¡±, escribi¨® en su diario el 7 de octubre de 1933: ¡°Eres el gran silencio que aquieta mis sienes, el terror que invade mi coraz¨®n, el abismo de nada donde se despe?an mis pensamientos, el vac¨ªo en que naufrago y que hace brotar mi vida, mi vida, para ocultarme de ti¡±. En los d¨ªas en que sal¨ªa de Espa?a camino del exilio, Mar¨ªa Zambrano se preguntaba: ¡°Se?or, se?or, ?qu¨¦ ha hecho mi pueblo? ?Contra qu¨¦ rostro alto e imposible ha arrojado su piedra? ?Qu¨¦ monstruo lleva en sus entra?as que as¨ª ha aterrado al mundo?¡±. Poco despu¨¦s se refer¨ªa a la guerra (cuando empez¨® estaba fuera de Espa?a; decidi¨® regresar en junio de 1937 para apoyar a la Rep¨²blica): ¡°Es imposible pretender haber quedado limpio despu¨¦s de haber estado, no ya con el pueblo, sino dentro del pueblo y su contienda¡±, y explicaba que no se pod¨ªa ¡°hip¨®critamente desconocer la locura que se apoder¨® de ¨¦l¡±. Pero asum¨ªa su trozo de verdad: el haber estado pose¨ªda por ¡°esa otra lucidez que da el amor exasperado hacia algo que amenaza ser destruido antes nuestros mismos ojos¡±. Mar¨ªa Zambrano no quer¨ªa que se llevaran esa libertad por la que su generaci¨®n hab¨ªa peleado, se negaba a que les arrebataran esa Espa?a ¡°para todos los espa?oles¡±.
Junto a la narraci¨®n de trozos de su vida, donde aparecen retratos de sus amigos, la complicidad que construy¨® con su hermana Araceli, las heridas del exilio o la fascinaci¨®n por los lugares que habit¨® ¡ª¡°Se dir¨ªa que es un aire comestible, que a veces uno se siente en Roma como dentro de una fruta; de un melocot¨®n, dir¨ªa yo¡¡±, escribe en 1985¡ª, en sus textos autobiogr¨¢ficos est¨¢ sobre todo su obra: la b¨²squeda de una raz¨®n que no renunciara a los abismos, la construcci¨®n de figuras que dieran forma a su pensamiento (Cordelia, Ant¨ªgona, Diotima de Mantinea, Ofelia o Ana de Carabantes), el delirio como v¨ªa de exploraci¨®n o lo sue?os como puerta para acceder a lo desconocido.
¡°He comprendido esta ma?ana que ni siquiera es ¡ªha sido¡ª el ser persona mi proyecto, mi ¨²nico proyecto, como tantas veces me he dicho a m¨ª misma...¡±, escribi¨® en 1958. Y poco m¨¢s adelante: ¡°Ser persona es la respuesta y, por ello, el ¨²nico proyecto posible, al cual todos los proyectos deben quedar supeditados: lo moral, lo humano¡±. De muchacha quiso ser seria del modo m¨¢s alegre; de adulta, peleaba por ser persona. De esa batalla dan cuenta estos escritos autobiogr¨¢ficos.
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