Y la animaci¨®n se hizo arte
Solo Pixar est¨¢ al mismo nivel que las mejores ficciones de carne y hueso Visito la muestra de CaixaForum Madrid con tanta fascinaci¨®n como agradecimiento
Guardo con mimo, ocupando un lugar de honor en mi biblioteca, los voluminosos libros, abarrotados de fotograf¨ªas, que narran la historia de los estudios de Hollywood. Me sirven para evocar muchas de las cosas con valor inapreciable que me han ocurrido en la vida. El recuerdo de directores, actores, actrices, pel¨ªculas que me han hecho feliz, infinitas horas de mi existencia viviendo en el mejor de los sue?os. Y con alg¨²n estudio, no precisamente el m¨¢s poderoso y rico, como la productora RKO, sigo alucinando ante la personalidad, el estilo, la atm¨®sfera, el aroma, que impregnaba gran parte de su cine.
Y entiendo que la historia del cine est¨¦ en deuda permanente con Walt Disney, el hombre que populariz¨® universalmente las pel¨ªculas de dibujos animados (as¨ª se llamaba antes el cine de animaci¨®n), pero la historia de creaci¨®n tan trascendente, curiosamente, no est¨¢ entre mi colecci¨®n de libros de cine. Debo de ser un marciano, ya que el cine de Disney no forma parte de mis mejores recuerdos de infancia, con la excepci¨®n de 101 d¨¢lmatas, que disfrut¨¦ muchas veces, imagino que identific¨¢ndome con Cruella de Vil.
Y ya adulto, asocio a m¨²ltiples horas de tedio la inmensa mayor¨ªa de las pel¨ªculas de animaci¨®n que he sufrido al llevar a ni?os al cine, compensadas parcialmente observar su embeleso y escuchar sus comentarios sobre lo que ocurr¨ªa en la pantalla.
Pero disfrutar de los dibujos animados a un nivel comparable al que me provocan las mejores ficciones habitadas por seres de carne y hueso, solo me ocurri¨® desde la aparici¨®n de Pixar. Acompa?ar desde entonces a los cr¨ªos a la sala oscura para ser testigo de todo lo que llevara esa firma gloriosa, sospecho que el placer m¨¢s grande me lo otorgaba a m¨ª. Ya no necesitaba pretextos para consumir ese g¨¦nero de cine. Pod¨ªa ir en soledad, o acompa?ado de adultos, para disfrutar enormemente, re¨ªrme, emocionarme con los prodigios imaginativos, la narrativa, los personajes y la marca de f¨¢brica, que caracteriza a esa factor¨ªa habitada por m¨²ltiples talentos, que reinvent¨® y dirige el genial John Lasseter.
Consecuentemente, visito la muy bonita exposici¨®n dedicada a los 25 a?os de existencia de Pixar con tanta fascinaci¨®n como agradecimiento. Y me conmueve la frase con la define su trabajo Ralph Eggleston, dise?ador de producci¨®n de Los incre¨ªbles: ¡°Lo que me entra en el coraz¨®n, el alma y el cerebro es la narraci¨®n y el contenido emocional, y eso es lo que al final baja por el brazo y sale por la mano para terminar en el papel¡±. Y no se pierdan entrar en la habitaci¨®n oscura donde est¨¢ el zo¨®tropo resucitando a los personajes de Toy story. ?Existe un cine tan puro, un lenguaje visual tan poderoso, elegante, preciso, sugerente y conmovedor, digno de Hitchcock, Ford y Keaton, como el que utiliza Pixar en los mudos y memorables arranques de WALL.E y de Up? A mi gusto, la excepcional filmograf¨ªa de Pixar ha sufrido un baj¨®n importante en los ¨²ltimos tiempos con Cars 2, Brave y Monsters University. Ojal¨¢ que retorne aquel largo y permanente estado de gracia.
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