Icchokas Meras, maestro lituano de la novela corta
Sus obras reflejan la Shoah, de la que se salv¨® ¡®in extremis¡¯
Icchokas Meras falleci¨® el d¨ªa 13 en Tel Aviv a los 79 a?os, en el hospital en el que llevaba meses ingresado, paliando sus crisis con cerros de libros y visitas incesantes. Acab¨® entonces su segunda vida. La primera se la arrebataron al pie de una zanja en Lituania, donde fueron fusilados sus padres a manos de colaboracionistas nazis. Meras era un ni?o de siete a?os de Kelm¨¦, una de las comunidades jud¨ªas m¨¢s antiguas del pa¨ªs, que milagrosamente logr¨® escapar. Solo le quedaba su hermana Janina. La obra del escritor lituano m¨¢s destacado de su generaci¨®n, maestro de la novela corta y de cuentos de concisi¨®n conmovedora, silencios prolongados y lirismo intenso, fue un intento de vencer aquella muerte apostando desde la ficci¨®n por la vida.
¡°El 28 de julio de 1941 me llevaron a una fosa donde me iban a disparar¡±, arranca una de sus piezas m¨¢s conocidas. Por ¡°una casualidad¡± lo devolvieron al campo de concentraci¨®n, hasta que logr¨® huir y esconderse con unos campesinos que lo convirtieron en su s¨¦ptimo hijo adoptivo.
En la escuela secundaria comenz¨® a mostrar su gusto por las letras, colaborando en un diario local. En 1958 se gradu¨® en Telecomunicaciones ¡ªla radio era su especialidad¡ª pero cada minuto libre era para la literatura. ¡°Lo llenaba todo¡±, confes¨® posteriormente. Su carrera arranc¨® pronto. Se estren¨® con un libro de cuentos. El retal amarillo (1960), compendio de sus miedos infantiles en pleno Holocausto, fue el primero de su veintena de libros, algunos tan inc¨®modos para la KGB que lo llevar¨ªan en 1972 a emigrar a Israel.
Meras, desapercibido como Alexander Tisma o Imre Kert¨¦sz, tambi¨¦n v¨ªctimas de la Shoah, fue rescatado la pasada d¨¦cada por editoriales occidentales, que ya pon¨ªan sus ojos en el tesoro escondido de la Europa oriental. Hoy sus trabajos se leen en m¨¢s de 50 pa¨ªses. Tablas por segundos (RBA, 2004) fue su consagraci¨®n. Desde que vio la luz en 1963, Meras es casi en exclusiva el padre de Isaac, el jugador de ajedrez del gueto de Vilna. Si gana la partida con el comandante nazi Schoger, conservar¨¢ la vida y morir¨¢n los dem¨¢s ni?os; si pierde, ser¨¢ asesinado y los peque?os se salvar¨¢n. Solo las tablas resolver¨¢n esta diab¨®lica encrucijada.
Saulius Friedman, investigador de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, define esta obra como ¡°un excelso intento de mantener la dignidad bajo cualquier circunstancia, donde la humanidad vence al horror, con la altura moral de Primo Levi¡±. El chaval de 17 a?os, ¨²ltimo hijo vivo de su padre, que busca flores entre el desastre para conquistar a Esther, protagoniza el que, seg¨²n Le Figaro, es ¡°uno de los mejores libros jam¨¢s escritos sobre la ocupaci¨®n nazi¡±. Su adaptaci¨®n se representa estos d¨ªas en teatros de Mosc¨² y Londres.
Meras, ¡°humilde y brillante¡±, como lo califica el embajador de Lituania en Israel, Darius Degutis, insist¨ªa en que novelar la persecuci¨®n de su pueblo no era una ¡°terapia¡± ni una ¡°misi¨®n vital¡±. ¡°Soy escritor por la fuerza espiritual que dejaron miles de v¨ªctimas. Sencillamente, ?c¨®mo puedo dejar de contar lo que pas¨®?¡±.
En paralelo a su introducci¨®n al cine como guionista de Kai as mazas buvau (Cuando yo era peque?a) y Maza Ispazintis (Peque?a confesi¨®n), comenz¨® su ¨¦poca m¨¢s cr¨ªtica, con obras que mostraban el efecto del poder sovi¨¦tico sobre los lituanos, como en Sobre lo que descansa el mundo, vida de una campesina pasada la II Guerra Mundial. Ya entonces, en el partido arrugaron la nariz. Su amargura fue en ascenso hasta que pari¨® Striptease. Par¨ªs-Roma-Par¨ªs, ¡°existencialista, abstracta, alejada de la loa¡±, explica Friedman. Las autoridades hablaron de ¡°incompatibilidad¡± con el realismo, de ¡°desviaci¨®n¡±. En los setenta, a?os de mayor concienciaci¨®n jud¨ªa, tuvo que elegir ¡°en qu¨¦ parte estaba¡±. Opt¨® por el exilio, ¡°un paso hacia lo desconocido¡±. Sus ¨²ltimos 40 a?os los vivi¨® en Holon, en el sur de Tel Aviv.
Premio Nacional de Literatura en Lituania (2010) y Premio Israel (1998), Meras fue un orador t¨ªmido ¡ªsu hebreo mezclado con el yiddish de su madre¡ª pero fiel en instituciones sionistas, empe?ado en robustecer las relaciones entre Lituania e Israel. En uno de sus ¨²ltimos discursos, remarc¨®: ¡°Hoy los hombres somos mejores y m¨¢s sabios. Estamos en el siglo XXI y no es concebible un horror como el que pas¨® mi pueblo. S¨¦ que hemos aprendido la lecci¨®n. Mi apuesta es de esperanza¡±. Su extrema confianza en el hombre como pilar de existencia y obra.
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