Enrique Herreros regresa a la monta?a
Los Picos de Europa acogen el primer museo dedicado a la obra del dibujante y cartelista All¨ª falleci¨® el tambi¨¦n cineasta y monta?ero en un accidente de coche, en 1977
¡°Pintor, cineasta, humorista y monta?ero¡±. La placa que luce la madrile?a calle Alburquerque casi se queda sin espacio para se?alar la casa natal de Enrique Herreros (Madrid, 1903 ¨C ?liva, Picos de Europa, 1977). Pintor seguidor de Solana, cineasta comparado con Bu?uel, humorista maestro de Forges o el Roto, monta?ero hasta el ¨²ltimo suspiro. Adem¨¢s ¡ªy esto ya deb¨ªa de salirse del cartel de lat¨®n¡ª, fue uno de los art¨ªfices de la ¨¦poca dorada de los cines de Gran V¨ªa en los 30, hoy cerrados o sustituidos por grandes cadenas de ropa barata procedente de Bangladesh. Herreros dibuj¨® los carteles de La l¨ªnea general, de Eisenstein, de Cuatro de infanter¨ªa, de G. W. Pabst. Herreros invent¨® a Sara Montiel. Herreros abri¨® la senda de la publicidad con la promoci¨®n de la productora y distribuidora Film¨®fono. Y, por si fuera poco, marc¨® el imaginario humor¨ªstico y pol¨ªtico de varias generaciones con sus portadas de la revista sat¨ªrica La Codorniz.
¡°Si tuvi¨¦ramos que hacer un cuadro de la historia de la Gran V¨ªa, all¨ª estar¨ªa Herreros, hablando con Hemingway¡±, afirmaba el director Jos¨¦ Luis Garci en el documental realizado por Javier Rioyo sobre el pintor, Enrique Herreros. Cuando Hollywood estaba en la Gran V¨ªa. Pero el verdadero Herreros quedaba lejos de la plaza de Callao y el luminoso de Schweppes. Su mente, asegura Enrique Herreros hijo a sus 86 a?os, estaba en los Picos de Europa, su otra casa. ¡°Si me preguntas qu¨¦ es lo que m¨¢s propio le era, yo dir¨ªa que indudablemente El Quijote [del que ilustr¨® tres ediciones] y la monta?a¡±. All¨ª qued¨® tambi¨¦n su cuerpo: el artista fue enterrado en Potes tras el accidente de coche que sufri¨® subiendo al Macizo Occidental el 18 de septiembre de 1977. Y all¨ª est¨¢, desde el 30 de marzo, la ¨²nica sala dedicada de forma permanente a su memoria. El Museo de Enrique Herreros en los Picos de Europa, en el municipio asturiano de Cabrales (con algo m¨¢s de 2.000 habitantes), exhibe parte de su obra, quiz¨¢s la m¨¢s desconocida: 81 ¨®leos y 30 vi?etas que componen un canto de amor a la nieve y la roca.
¡°Mi padre era un hombre muy polifac¨¦tico, y le gustaba mucho, por desgracia para m¨ª, la monta?a¡±. Pese al lamento, Enrique Herreros hijo narra orgulloso una de las grandes haza?as monta?eras de su padre: ser uno de los primeros en dormir en el Naranjo de Bulnes, una cumbre de m¨¢s de 2.500 metros de altitud. ¡°Lo hizo con F¨¦lix Candela y Roberto Cu?a, sin preparaci¨®n, con camisas de verano. Y cuando baj¨® dijo que lo que m¨¢s le hab¨ªa sorprendido era ver las estrellas tan cerca¡±. Una pasi¨®n que, aunque viv¨ªa en solitario con frecuencia, sol¨ªa compartir con sus amigos. La actriz y cantante Nati Mistral, uno de los descubrimientos del tambi¨¦n cineasta, narra con cari?o un d¨ªa de julio de 1947 en el que su director se empe?¨® en hacerla trepar por la roca. El resultado: Mistral acab¨® casi descalza y aterrada entre las risas y las indicaciones del maestro. ¡°No has amado nada en este mundo, salvo a esas monta?as que desafiabas¡±, escribe la actriz en una carta a Herreros con motivo de la inauguraci¨®n del museo.
Que, por cierto, no ha sido f¨¢cil. En 2007 se anunci¨® que los cuadros ir¨ªan a parar a Potes, pero el proyecto qued¨® en suspenso hasta que Cabrales ech¨® un capote a la Fundaci¨®n Enrique Herreros, coorganizadora de la exposici¨®n. ¡°Apareci¨® Pedro P¨¢ramo [que es tambi¨¦n comisario de la muestra], nativo de Cabrales y que hab¨ªa sido director de Tiempo. Empezamos a hablar y me dio muchas facilidades. Yo lo que quiero es que el pueblo vea su obra¡±, explica Herreros hijo. Por esa misma raz¨®n cedi¨® parte de la obra de su padre al Ayuntamiento de Madrid en 1993, con la condici¨®n de que se mostraran de forma permanente. Hace 12 a?os que esas 50 piezas (35 dibujos y 15 aguafuertes) est¨¢n guardadas en un s¨®tano, pero el consistorio no quiere devolverlas al heredero. Hoy mismo, como sostiene Herreros, se re¨²ne de nuevo con el Ayuntamiento para tratar de resolver el problema.
El af¨¢n divulgador de Herreros hijo no se detiene ah¨ª. Ahora que su padre ha vuelto a conquistar la monta?a, fantasea con conseguirle un hueco en ese primer h¨¢bitat suyo, el del Chicote, el bar del Palace o el Riscal. "Mi sue?o ser¨ªa que este pa¨ªs, si no fuera como es, le guardara un lugar aqu¨ª en la fachada del Palacio de la M¨²sica, donde exponer sus carteles y grabados". A Herreros se le ilumina la voz con la posibilidad de que la figura de su padre regrese a la sala que albergaba los grandes estrenos de Film¨®fono en la ¨¦poca en la que la butaca de patio costaba 25 pesetas, esa sala en la que Enrique Herreros hijo visti¨® pantalones largos por primera vez. La empresa resulta m¨¢s dif¨ªcil a¨²n que la de abrir un museo en un pueblecito min¨²sculo de los Picos de Europa. El Palacio de la M¨²sica cerr¨® en 2008 y parece que su suerte va a ser la misma que la del vecino cine Avenida, hoy convertido en una tienda H&M. "Resulta que Cajamadrid [Bankia, propietaria del edificio] est¨¢ mal de dinero y va a venderlo a quien sea...".
Enrique Herreros, hijo, se despide maldiciendo el fr¨ªo asturiano ("Yo soy m¨¢s de la plaza Callao, ahora tengo que subir para la inauguraci¨®n y no me hace ninguna gracia") y el futuro probable, un Palacio de la M¨²sica lleno de m¨¢s ropa barata de Bangladesh y que no recuerda en lo m¨¢s m¨ªnimo al que engrandeci¨® Enrique Herreros, padre, con sus carteles.
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