El Globe del siglo XXI
Un bonito edificio de forma poligonal funciona como r¨¦plica del pasado construido apenas a 200 metros del emplazamiento que tuvo el original
El p¨²blico que se reparte entre los tres niveles de galer¨ªas sabe que los pilares que las sostienen oscurecer¨¢n en alg¨²n punto la visibilidad de la acci¨®n, o que la ausencia de calefacci¨®n puede exponerles a los caprichos del clima de Londres incluso en primavera o el verano. Al menos est¨¢ resguardado bajo el techo de paja, no como aquellos que han pagado una cantidad casi simb¨®lica por una entrada para apretujarse al borde del mismo escenario, en el que los actores sirven el drama o la comedia al aire libre. La recompensa para todos es revivir la maravillosa experiencia del teatro al modo de los tiempos isabelinos, en un espacio que hoy aparece casi id¨¦ntico a aquel m¨ªtico Globe donde William Shakespeare estren¨® algunas de sus grandes obras y particip¨® como un actor m¨¢s en su puesta en escena.
El Shakespeare¡¯s Globe es en el siglo XXI un bonito edificio de forma poligonal que tiene como vecina la moderna estructura del museo Tate Modern en la orilla sur del T¨¢mesis, frente a frente con el conjunto creciente de rascacielos de la City del otro lado del r¨ªo. Una r¨¦plica del pasado construida apenas a 200 metros del emplazamiento que tuvo el original. Su antecesor no fue el primer teatro de Londres en el que recal¨® el hijo de un comerciante de provincias nacido en Stratford-upon-Avon en 1564, pero s¨ª el escenario en el que aflor¨® todo su potencial creador. William Shakespeare empez¨® a bregarse en el oficio de las tablas junto a la compa?¨ªa creada por James Burbage en The Theatre, el primer teatro comercial levantado en una ciudad cuyo alcalde consideraba las artes esc¨¦nicas una actividad de depravados. En aquella sede de Shoreditch (barrio del nordeste) someter¨ªa el Bardo sus primeros trabajos a la prueba del p¨²blico y, tras una disputa del due?o por la renovaci¨®n del alquiler, tambi¨¦n all¨ª ayudar¨ªa unos a?os despu¨¦s a desmontar el teatro tabla a tabla para trasladarlo a una nueva parcela en el sur del r¨ªo. Los hijos de Burbage ¡ªentonces ya muerto¡ª afrontaron el coste ofreciendo a otros miembros de la troupe participar en la nueva empresa. Shakespeare fue uno de los cuatro actores que aceptaron: as¨ª nac¨ªa el Globe en 1599, que prosper¨® durante los siguientes tres lustros de la mano de muchas de las obras firmadas por quien hoy es considerado el mejor dramaturgo de todos los tiempos.
Durante una representaci¨®n de su Enrique VIII en 1613, una tela de escenario prendi¨® y el fuego acab¨® extendi¨¦ndose al techo de paja, reduciendo a escombros el teatro. Fue r¨¢pidamente reconstruido y, tras la muerte de Shakespeare tres a?os despu¨¦s, sigui¨® siendo la casa de su compa?¨ªa hasta que la administraci¨®n puritana decidi¨® clausurar todos los teatros en 1642. El Globe fue derribado dos a?os m¨¢s tarde para construir en su lugar nuevas viviendas.
En el antecesor de este teatro aflor¨® todo el potencial creador del Shakespeare, all¨ª empez¨® a bregarse en el oficio de las tablas
Tres siglos despu¨¦s, un actor procedente de la otra orilla del Atl¨¢ntico que se hab¨ªa estrenado en las tablas con la obra shakespiriana, acariciaba la idea de reconstruir el antiguo Globe a ra¨ªz de su primera visita a Londres en 1949. Ya instalado en el Reino Unido, el int¨¦rprete y director Sam Wanamaker acabar¨ªa creando una fundaci¨®n destinada a captar fondos e ideas para llevar adelante un proyecto en el que se volc¨® durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. ?C¨®mo era el Globe original? Nadie lo sab¨ªa con certeza. Las im¨¢genes del recinto que legaron los mapas de Londres dibujados por los cart¨®grafos de la ¨¦poca, o los relatos escritos que han sobrevivido sobre aquel espacio, procuraban una cierta idea. Pero fueron las excavaciones arqueol¨®gicas realizadas en 1989 en el antiguo recinto del Globe y en el de su rival, el Rose Theatre, las que confirmaron que los teatros isabelinos no eran estructuras circulares, sino poligonales, y en el caso del primero revelaron el perfil de un edificio de veinte lados con un di¨¢metro de 100 pies.
El sue?o de Wanamaker se hizo realidad utilizando las mismas t¨¦cnicas de corte y trabajo de las maderas de roble que en el siglo XVI. Sus responsable admiten que el escenario es el espacio que m¨¢s obedece a la conjetura, porque apenas existen datos que sugieran cu¨¢l era su apariencia, pero aun as¨ª se ha conseguido en conjunto la reconstrucci¨®n lo m¨¢s fiel posible al Globe de 1599 con las evidencias disponibles. Cuando la reina lo inaugur¨® en 1997, Sam Wanamaker ya hab¨ªa muerto tres a?os y medio antes. Con su nombre se ha bautizado un teatro adjunto estrenado el pasado enero y que emula los espacios de la ¨¦poca jacobina donde se representaban las obras puertas adentro y a la luz de las velas durante el invierno.
Las visitas guiadas a todo el complejo del Globe constituyen hoy uno de los atractivos tur¨ªsticos del Londres perenne. Pero la verdadera experiencia pasa por apuntarse a una de las representaciones que, desde mayo hasta octubre, consiguen transportarnos a los tiempos en los que Shakespeare hizo de este teatro su casa y pudo dar rienda suelta a todo su genio.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.