Tutankam¨®n ya tiene dos tumbas en Luxor
La inauguraci¨®n de la copia facs¨ªmil de la sepultura a la entrada del Valle de los Reyes se convierte en una rogativa para la vuelta del turismo a Egipto
La inauguraci¨®n ayer en Luxor por todo lo alto de la sorprendente copia facs¨ªmil de la tumba de Tutankam¨®n provoc¨® escenas dignas de los tiempos del descubrimiento de la de verdad. Por un momento, braceando entre la sudorosa, expectante e impaciente multitud de autoridades, diplom¨¢ticos, arque¨®logos, periodistas y curiosos que se hab¨ªan colado, uno sent¨ªa que estaba en 1922 y pugnaba por entrar en el sepulcro reci¨¦n descubierto por Howard Carter y Lord Carnarvon. Solo faltaban la reina Isabel de B¨¦lgica, Lord Alllenby, algunas pamelas, tarbouches rojos, un par de borriquillos y que los soldados de vigilancia llevaran m¨¢users y no metralletas para que la ilusi¨®n fuera completa. Incluso pudo verse a un individuo vestido con traje blanco de lino, corbata y panam¨¢ que luc¨ªa bigote y que parec¨ªa el mism¨ªsimo fantasma de Carter. La tentaci¨®n de decirle ¡°?Mister Carter, supongo?¡± al facs¨ªmil del personaje era irresistible: ¡°Yes, the man himself¡±, respondi¨® gui?ando un ojo. En realidad era un miembro del cuerpo diplom¨¢tico; el verdadero Carter hubiera refunfu?ado: no le gustaba nada que se perturbara el trabajo en la tumba. La gente, incluidos varios egipcios en galabiya que contribu¨ªan a crear ambiente (uno invitaba a visitar su tienda de alabastro y a otro le son¨® el m¨®vil con la marcha triunfal de Aida), fue entrando en grupos en el peque?o recinto y mostrando un asombro digno del sepulcro original. Alguien pregunt¨® por lo bajo si no se habr¨¢ hecho tambi¨¦n un facs¨ªmil de la maldici¨®n¡
La nueva tumba de Tutankam¨®n, si se la puede llamar as¨ª, no posee nombre oficial, claro (pongamos KV 62 bis), aunque el letrero, en un simp¨¢tico acto de verismo, lo ha hecho el mismo artesano que confeccion¨® el de la aut¨¦ntica (y las otras del Valle de los Reyes). El facs¨ªmil no est¨¢ en el mismo Valle sino en su entrada frente a El Taref y muy adecuadamente a veinte pasos de la antigua casa de Carter, convertida desde hace a?os en museo y con la que a partir de ahora compone un polo de atracci¨®n cultural muy interesante.
Fundida con el paisaje des¨¦rtico, la tumba ¨Ccuyo acto de inauguraci¨®n oficial incluy¨® una aut¨¦ntica rogativa general para la vuelta del turismo- arroja una imagen muy rom¨¢ntica y transpira autenticidad. El acceso es m¨¢s f¨¢cil que en la de verdad (que sigue siendo visitable, lo que invita a comparar ambas); no hay escaleras sino una corta rampa poco empinada que introduce al visitante, a trav¨¦s de un pasillo, en la antec¨¢mara. La reja de la entrada es igual que las aut¨¦nticas del Valle.
El facs¨ªmil ha sido creado por la empresa Factum Arte de Madrid, puntera en la realizaci¨®n de copias exactas de grandes obras art¨ªsticas, mientras que la construcci¨®n arquitect¨®nica en buena parte subterr¨¢nea que lo acoge la ha realizado el Tarek Waly Center de El Cairo. En realidad, el facs¨ªmil, esto es la reproducci¨®n milim¨¦tricamente id¨¦ntica (a la micra), es solo la c¨¢mara funeraria de la tumba, con las pinturas y el gran sarc¨®fago de cuarcita rojo. El resto (la entrada, la antec¨¢mara, el anexo y la peque?a habitaci¨®n denominada tesoro) son recreaciones aproximadas para rodear con propiedad al facs¨ªmil y se ha hecho un esfuerzo para, por ejemplo, que las paredes tengan un aspecto de picado como el de la piedra de las tumbas del valle, aunque no son de roca. En la antec¨¢mara se ha instalado una exposici¨®n (con textos de Jaromir Malek y Nicholas Reeves) sobre el hallazgo y la investigaci¨®n de Carter, y en el anexo un facs¨ªmil de la pintura perdida al romper los descubridores la pared para acceder a la c¨¢mara funeraria, y una muestra muy elocuente de los da?os actuales en la tumba original.
Cuando uno entra en la tumba, si conoce la de verdad, siente una rara sensaci¨®n de ¡°esto es y no es¡± y un l¨®gico d¨¦j¨¤ vu. En la antec¨¢mara se echa a faltar la momia de Tutankam¨®n, instalada en una urna acristalada en su tumba desde 2010. ¡°Renunciamos a hacer un facs¨ªmil de la momia¡±, subraya Adam Lowe, director y fundador de Factum Arte, ¡°me parece humillante mostrarlo as¨ª a los turista¡±. Lowe considera que ser¨ªa un ¡°show freak¡± y ¡°un crimen¡± exhibir una copia del cuerpo.
Cuando uno desciende a la c¨¢mara funeraria ¨Cel sanctasanct¨®rum de la tumba y de su copia- la impresi¨®n de realidad es muy intensa aunque, siendo estrictos (o pu?eteros), se percibe la ausencia de la digamos p¨¢tina de verdad del original. Al golpear suavemente las paredes o el sarc¨®fago te das cuenta de que los materiales son falsos.
La copia de la tumba de Tutankam¨®n se ha instalado en Luxor, y eso fue enfatizado ayer en la inauguraci¨®n, en la que participaron junto a los responsables de Factum, los ministros de Turismo y de Antig¨¹edades de Egipto (que hicieron votos por la vuelta de los turistas), no solo como una atracci¨®n tur¨ªstica y una virguer¨ªa tecnol¨®gica (que tambi¨¦n lo es, ambas cosas) sino como la punta de lanza de un ambicioso proyecto de futuro de ¡°turismo sostenible¡± y ¡°uso responsable del patrimonio cultural¡±.
La idea es que la copia proporcione un respiro de momento a la maltrecha tumba original, que se deteriora m¨¢s r¨¢pidamente desde su descubrimiento que en los tres mil a?os que pas¨® escondida, al ofrecer una alternativa de visita. En la tesitura actual, las autoridades egipcias no se pueden permitir cerrar la de verdad ¨Ccomo se le escuch¨® decir a un alto responsable de antig¨¹edades, ¡°los japoneses cancelar¨ªan en masa si cerramos Tutankam¨®n¡±-. No est¨¢ el horno tur¨ªstico para bollos. Pero antes o despu¨¦s, como ha pasado con las tumbas de Seti I y Nefertari, esa decisi¨®n habr¨¢ que tomarla. Y ah¨ª estar¨¢ la copia.
¡°Los egipcios constru¨ªan sus tumbas para la eternidad, pero no para ser visitadas¡±, se?ala la paradoja Lowe. El facs¨ªmil, resalta, va a ayudar a preservar la tumba de Tutankam¨®n y marca el camino a seguir con las dem¨¢s tumbas. ¡°?Visitar¨ªas el original a sabiendas de que lo est¨¢s da?ando irremediablemente?, tenemos una responsabilidad¡±. Lowe abomina del fetichismo y recalca que hay ¡°muchos niveles de autenticidad¡±. Recuerda que la copia ¨Cal haberse recogido todos los datos del original para hacerla- garantiza adem¨¢s que la memoria de la tumba se va a preservar, esta vez s¨ª para siempre. En realidad, apunta, se pueden hacer ahora todas las copias de Tutankam¨®n que se quiera.
El facs¨ªmil, destaca Lowe, es un regalo de Factum para Egipto, que incluye adem¨¢s la transferencia a los egipcios de tecnolog¨ªa y conocimientos adquiridos en el proyecto para la creaci¨®n de un centro en Luxor que pueda acometer nuevas copias, empezando por las de las tumbas de Nefertari y Seti I. De hecho, la idea inicial, de 1988 (antes de que entrara Factum en el proyecto), era empezar por escanear la de Seti I y fue por causa de Zahi Hawass que se pas¨® en 2009 a la idea de replicar la de Tutankam¨®n.
Ayer, tras visitar la sepultura, uno pod¨ªa refugiarse de los fastos y del calor en la casa de Howard Carter. Al poco de entrar te sorprend¨ªa una voz profunda: la aut¨¦ntica del propio descubridor en un viejo documental en blanco y negro sobre la tumba que se proyecta continuamente en una de las habitaciones y que muestra gente entrando y saliendo del recinto. Un bucle perfecto para reflexionar, en la tierra de la eternidad, sobre originales y copias.
Babelia
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