Oscuridad y sombra
Zilla Leutenegger construye, a partir de sencillas escenas protagonizadas por diferentes personajes, una serie de atm¨®sferas e im¨¢genes que habitan el espacio expositivo
¡°Yo soy el espacio donde estoy¡±. Este verso de No?l Arnaud, citado por Gaston Bachelard en La po¨¦tica del espacio, sintetiza la intenci¨®n que recorre la exposici¨®n dedicada a Zilla Leutenegger (Z¨²rich, 1968) en el Centro de Arte Caja de Burgos (CAB): construir, a partir de sencillas escenas y situaciones protagonizadas por diferentes personajes, una serie de atm¨®sferas e im¨¢genes que proceden a habitar, m¨¢s que a ocupar, el espacio expositivo. Aunque no es la primera monogr¨¢fica que se le dedica en nuestro pa¨ªs, s¨ª se trata de la m¨¢s extensa y representativa realizada hasta ahora sobre la artista suiza, compuesta por nueve piezas realizadas entre 2006 y 2013. Durante bastante tiempo su obra ha sido definida, y a menudo encasillada, a partir de dos aspectos claramente presentes en los inicios de su trayectoria: la animaci¨®n digital y la referencia autobiogr¨¢fica. Su posterior evoluci¨®n, sin embargo, difumina y deja lejos estas dos referencias, hasta el punto de que la caracter¨ªstica combinaci¨®n de dibujo y v¨ªdeo, planteada cada vez con mayor claridad en t¨¦rminos de instalaci¨®n, poco tiene que ver ya con esa doble definici¨®n. Algunos rasgos de dicha evoluci¨®n son perceptibles en las obras de esta exposici¨®n: sus personajes abandonan la conexi¨®n existencial con la artista para convertirse en figuras o im¨¢genes gen¨¦ricas y arquet¨ªpicas; el dibujo tiende a un mayor esquematismo; la luz y su di¨¢logo con la oscuridad o con la sombra, as¨ª como el acto de dibujar con la propia luz, cobran protagonismo; la animaci¨®n ya no tiene como funci¨®n primordial dotar de vida a las figuras, con un eminentemente sentido narrativo, sino construir una temporalidad o duraci¨®n para la escena; del mismo modo que cobra una importancia fundamental el di¨¢logo de las obras con el espacio. El t¨ªtulo de la muestra, at night, avanza ya la condici¨®n fundamental que domina la atm¨®sfera y la tem¨¢tica de la propuesta: la noche, la oscuridad, la sombra. Un repaso a las escenas: en medio de la oscuridad una mujer sentada en el suelo mueve r¨ªtmicamente con la mano una l¨¢mpara encendida que cuelga del techo; una mujer acostada en la cama con un antifaz recibe sobre su cabeza la luz de una l¨¢mpara que se enciende intermitentemente; una mujer sentada en una silla, junto a una escalera a ninguna parte, mantiene entre sus dedos un cigarrillo humeante; un perro dormido sobre su cama cambia de posici¨®n durante el sue?o; una mujer sentada en el suelo dispara estrellas a la pared; la sombra de un dedo dibuja puntos sobre una superficie trasl¨²cida; la sombra de una farola se proyecta sobre la pared, sobre la sombra de la farola un personaje hace acrobacias; en un aparcamiento subterr¨¢neo, donde se dibujan con regularidad las luces de los coches, una mujer aparece desde detr¨¢s de uno de los pilares para desaparecer de nuevo tras ¨¦l. Los personajes, con su presencia y su actividad, construyen los espacios que ocupan, al mismo tiempo que los espacios, una vez figurados, terminan de definir la situaci¨®n y condici¨®n de los diferentes personajes. El tedio, el sue?o, la inmovilidad, el dejar pasar el rato o la reiteraci¨®n, caracterizan la temporalidad y duraci¨®n de las escenas. En ocasiones, se juega a afirmar o alterar la mimesis de la sombra como germen para la imaginaci¨®n. Las im¨¢genes de la soledad, el aislamiento, el ensue?o, la intimidad o el refugio habitan el espacio. Volviendo de nuevo a Bachelard, y su po¨¦tica del espacio, ¡°a veces, cuanto m¨¢s simple es la imagen, m¨¢s grandes son los sue?os¡±.
Zilla Leutenegger. at night. Centro de Arte Caja de Burgos (CAB). Salda?a, s/n. Burgos. Hasta el 1 de junio
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.