¡®Animales dif¨ªciles¡¯, de Rosa Montero: la replicante Bruna Husky se despide con una investigaci¨®n sobre una empresa tecnol¨®gica
La cuarta y ¨²ltima entrega de la detective tecnohumana es un ameno c¨®ctel de ciencia ficci¨®n y policial, aunando el potencial de denuncia de ambos g¨¦neros
A Rosa Montero (Madrid, 1951) la tenemos tan cerca que, en ocasiones, no la vemos. Algo a corregir porque ojal¨¢ cundiera m¨¢s su propuesta de libros para todos los p¨²blicos sin tratar de imb¨¦ciles a ese ¡°todos los p¨²blicos¡±. Como esta ¨²ltima entrega de la detective tecnohumana Bruna Husky. La saga han sido proyectos bien trabajados y argumentados porque Montero respeta la m¨¢xima del g¨¦nero de la ciencia ficci¨®n en cuanto rigor cient¨ªfico de lo imaginado. Puedes saltar al abismo del siglo XXII e imaginarlo, pero la rampa de despegue ha de estar firmemente asentada sobre la ciencia, lo real y lo posible.
Los libros de Rosa Montero podr¨ªan ser m¨¢s oscuros y quiz¨¢s su peso espec¨ªfico literario fuera mayor por intranquilizador, pero ella busca en la escritura lo que sus lectores en la lectura: una cierta esperanza en lo humano. Montero nunca te amargar¨¢ el final de trayecto de ninguna de sus novelas. No porque no pueda o no sepa sino porque no le da la gana. Opci¨®n de autor que conoce a sus lectores pero que se conoce m¨¢s a ella como escritora, cu¨¢les son sus motivaciones para ponerse a escribir: la denuncia, la obsesi¨®n, la injusticia, el contar historias s¨ª, pero tambi¨¦n la luz en esa puerta que a¨²n no est¨¢ del todo cerrada.
Animales dif¨ªciles es la cuarta y ¨²ltima entrega de Bruna Husky, despu¨¦s de L¨¢grimas en la lluvia, El peso del coraz¨®n y Los tiempos del odio. Estamos en el Madrid de 2111 ¡ªy, en cierto modo, en el Madrid de dentro de dos d¨ªas¡ª, y Husky es contratada para investigar un atentado terrorista en las instalaciones de una gran empresa tecnol¨®gica que permite a quien se lo puede pagar una eternidad en modo mental. Bruna Husky es y no es Bruna Husky. Quien haya seguido las anteriores entregas sabe que su cuerpo ya no es de una tecno de combate ¡ªuna imponente m¨¢quina de guerra¡ª sino el de algo m¨¢s peque?o y menos intimidatorio, una rep de c¨¢lculo. No es f¨¢cil para ella el cambio. Ni para el deseo ni la autoestima. Esos conflictos los debe a su parte de clon humano. Como la noci¨®n de culpa o la gesti¨®n de lo emocional, como restos de lo que significa ser humano, con lo que Montero dise?a lo mejor de la personalidad de su personaje serial, en pleno uso del g¨¦nero: para hablar de lo que pasa y lo que me pasa hago servir la ficci¨®n futura. Lo que sucede, est¨¢ sucediendo, lo que me pasar¨¢, me est¨¢ pasando.
La novela se apoya casi de inmediato sobre otra de las patas de la propuesta, la novela negra, negociado de lo policial ¡ªel mal se combate desde el orden, los resortes del poder solo pueden ser denunciados desde la individualidad y lo ¨¦tico¡ y algo de violencia¡ª. Las primeras pesquisas de la ahora rep de c¨¢lculo le llevan a un periodista y al inspector Lizard, quienes se enfrentan al poder desatado de la Inteligencia Artificial en manos de los populismos, la estupidez y la ambici¨®n de ser al mismo tiempo Tony Stark y Zaratustra.
Animales dif¨ªciles es un serio a la vez que ameno c¨®ctel de ciencia ficci¨®n con policial, aunando el potencial de denuncia de ambos g¨¦neros. Reitero lo del trabajo de documentaci¨®n e informaci¨®n que nunca es farragoso, pero tampoco una excusa para apuntalar cualquier cosa. Tiene un gran inicio sobre una secta extrema pol¨ªtica y discurso sobre la eternidad mental que luego echamos de menos un mayor recorrido en el resto de la novela. Escenas de acci¨®n bien orquestadas y mejor colocadas (la primera con un coche, un secuestrado y dos secuestradores es una demostraci¨®n de c¨®mo resolver un clich¨¦ con imaginaci¨®n y rigor). Secundarios en su punto de verosimilitud libresca, buen ritmo, y un cierto punto de confusi¨®n necesario para, como en los policiales que se precien, estar t¨² igual de perdido que quien investiga.
La traves¨ªa del libro tiene escollos y alg¨²n naufragio evitable al embarrancar en clich¨¦s ¡ªcient¨ªficos y villanos locos, hero¨ªna a punto de morir que es salvada a ¨²ltima hora¡ª o incurrir en un plato muy f¨¢cil al identificar personajes de la actualidad en el siglo XXI ¡ªaunque lo del peinado Dama de Elche es de matr¨ªcula de honor¡ª, pero el vigor y las ganas de sacar adelante el proyecto novelesco de Montero lo salva todo, en parte por el drama ¡ªsin estridencias, tan humano, tan nuestro¡ª de su protagonista, que trata de encontrar su lugar dentro de un cuerpo y un mundo, con una familia construida casi con restos de serie, en un mundo ¡ªinterior y exterior¡ª cay¨¦ndose en ruinas.
Es obvia la influencia desde el primer libro de la serie en el mismo t¨ªtulo de Blade Runner, la pel¨ªcula de Ridley Scott basada en un libro de Philip K. Dick. Por un lado, Rosa Montero tom¨® prestada la premisa del tiempo en contra, ya que a Bruna Husky le diferencia de nosotros en que ¡ªcomo los replicantes¡ª sabe perfectamente cu¨¢ndo morir¨¢. Por otro, el que los tecnohumanos tengan memoria. El recuerdo les hace m¨¢s fr¨¢giles pero m¨¢s impredecibles, animales dif¨ªciles como nuestra especie suicid¨¢ndose y salv¨¢ndose a la vez. Hay un tercer pr¨¦stamo que Montero decide no tomar de Blade Runner, que es el de un final ambiguo, abierto, en el que ni el final feliz sea tranquilizador. Reitero lo dicho. No porque no sepa o pueda ¡ªsu final permite la ambig¨¹edad¡ª sino porque no le da la gana. En ese mismo libre albedr¨ªo personal, me permito un Montaje del Lector, y fantaseo con un final absolutamente intranquilizador.
Animales dif¨ªciles
Seix Barral, 2025
368 p¨¢ginas. 20,98 euros
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