Once piezas cadenciosas
Dhafer Youssef firma en 'Birds requiem' un disco dif¨ªcil por su linealidad y ascetismo
El impacto inicial, profundamente conmovedor, que nos sugiri¨® el arte del tunecino se ha ido diluyendo por mera habituaci¨®n, pero lo esencial permanece. En su caso, una capacidad hipn¨®tica para detener el tiempo con ese repiqueteo hondo, parsimonioso y lastimero del oud (la¨²d ¨¢rabe), por no hablar de esa voz que parte en susurro y se eleva hasta unos quejidos tan profundos y ancestrales como los de la mejor tradici¨®n flamenca. El car¨¢cter elegiaco de este ¨¢lbum se oficializa desde el t¨ªtulo y lo corroboran once piezas cadenciosas, contemplativas, abonadas a un dolor sereno y cat¨¢rtico. Birds requiem le exige tiempo al oyente, lo cual seguramente constituya hoy una pretensi¨®n suicida. Es un disco dif¨ªcil por su linealidad y ascetismo, pero seguramente m¨¢s eficaz para el desasosiego que las benzodiacepinas. Y con un tratamiento de los vientos en permanente deuda con Jan Garbarek y Jon Hassell, al que se le dedica Sevdah.?
Dhafer Youssef. Birds requiem. Okeh / Sony
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