M¨²sica para todos los p¨²blicos
Musethica a¨²na a alumnos que tocan en hospitales, colegios de sordos, albergues Naci¨® en 2012 en Zaragoza y se ha extendido a Pek¨ªn o Berl¨ªn
¡°Es un sistema de aprendizaje de la m¨²sica cl¨¢sica, no una obra de caridad¡±. Con esta frase definen Carmen Marcuello, una profesora de la Universidad experta en el Tercer Sector (el de la econom¨ªa social), y Avri Levitan, un virtuoso de la viola que act¨²a regularmente en las m¨¢s prestigiosas salas de conciertos del mundo, desde la Filarm¨®nica de Berl¨ªn hasta el Casals Hall de Tokio, el alma de Musethica ¡ªm¨²sica y ¨¦tica¡ª, una aventura que naci¨® en Zaragoza en noviembre de 2012. Levitan ten¨ªa el proyecto educativo y Marcuello el contacto con el tejido social de la ciudad. De esta coincidencia naci¨® un proyecto que acaba de celebrar su II Semana Internacional de la M¨²sica en Zaragoza y que ya se ha extendido a otras ciudades como Tel Aviv, Pek¨ªn o Berl¨ªn.
¡°Ense?amos a los alumnos que deben tocar ante quienes no han tenido contacto con la m¨²sica cl¨¢sica y en cualquier espacio. Llevar la m¨²sica a la gente, interpretar ante p¨²blicos muy diversos¡±, aseguran los ide¨®logos de un evento que re¨²ne a alumnos destacados en el aprendizaje de la m¨²sica cl¨¢sica. Junto a los profesores, celebran una especie de festival fin de curso en el que ponen en com¨²n su aprendizaje. Y lo hacen ante quienes nunca han tenido contacto con esta m¨²sica.
Levitan enfatiza: ¡°Es el p¨²blico m¨¢s exigente; los alumnos saben que se la juegan ante ellos. Mucha gente ha decidido no ir donde se interpreta m¨²sica cl¨¢sica; nosotros los buscamos, con el m¨¢ximo respeto, y les damos las gracias por dejarnos actuar¡±. Una sala de di¨¢lisis, el albergue municipal de Zaragoza, los alumnos de dos y tres a?os del colegio de sordos, una empresa, un centro social... Adem¨¢s, ofrecen conciertos en salas como el Auditorio o el Paraninfo de la Universidad por cinco euros.
¡°Hoy los alumnos no tienen oportunidad de celebrar conciertos y el proyecto les da la oportunidad de hacerlo¡±. Marcuello cuenta que todo es posible gracias a los patrocinadores y a la ayuda del Gobierno aut¨®nomo y el Ayuntamiento de la ciudad. Este a?o hay 19 m¨²sicos, vienen de Suiza, Suecia, China, Alemania, Paraguay, Israel, Portugal, Turqu¨ªa... Vienen con sus profesores, todos virtuosos del viol¨ªn, la viola o el violoncelo.
En sus interpretaciones no hacen concesiones. Bach, Ysa?e, Chaikovski... ¡°No adaptamos, la m¨²sica es m¨²sica y la gente se siente fascinada cuando la escucha¡±. Y es cierto. En el colegio de ni?os sordos, el problema no era, a priori, los implantes o los aud¨ªfonos, era la edad. Pero naci¨® la magia tras escuchar el Octeto en mi bemol mayor de Mendelssohn. Los beb¨¦s miraban asombrados, luego tocaron los instrumentos, les arrancaron m¨²sica, no quer¨ªan soltarlos. Seis profesores llegados de Berl¨ªn miraban complacidos. En el albergue son¨® el Souvenir de Florence de Chaikovski. A trav¨¦s de las ventanas abiertas del comedor se deslizaron las notas hasta el patio donde estaban los transe¨²ntes. La sala se llen¨®, y al finalizar ¡°este di¨¢logo entre instrumentos, esa conversaci¨®n que es la m¨²sica¡±, como explicaba uno de los m¨²sicos, los aplausos y los bravos fueron el premio. La jornada es dura, arranca a las diez de la ma?ana, se dividen en grupos y act¨²an en varios lugares, pero el aprendizaje est¨¢ garantizado. Lo dice Levitan: ¡°De hecho, tenemos fila para ingresar porque para participar se hacen audiciones y solo entran los mejores¡±.
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