Desdoblamientos

La popularidad que el cine de terror oriental, en especial en sus variantes japonesas, obtuvo en los mercados occidentales trajo consigo una f¨¦rtil discusi¨®n sobre las inercias de los modelos dominantes heredados del cine estadounidense de los ochenta. El miedo volv¨ªa a ser una cuesti¨®n de puesta en escena y no una de las funciones de las mesas de posproducci¨®n. Mi otro yo, inesperada incursi¨®n de la catalana Isabel Coixet en el g¨¦nero, parte de esa convicci¨®n, aunque no logra mantenerse firme en su apuesta estil¨ªstica y el conjunto acaba siendo menos que la suma de sus partes ¡ªalgunas de ellas, realmente afortunadas¡ª.

En Mi otro yo, Coixet adapta la novela destinada al p¨²blico juvenil Another me, de la escocesa Catherine MacPhail: antes que llevar la novela a su terreno, da la impresi¨®n de que la directora ha encontrado en la protagonista adolescente del relato ¡ªFay (Sophie Turner), una joven tan aislada en su instituto como en su entorno familiar que siente el acoso de una doble fantasmag¨®rica¡ª un material cercano al de los complejos personajes femeninos que han poblado sus perseverantes puestas al d¨ªa del melodrama.

Tras la apuesta de riesgo que supuso Ayer no termina nunca (2013), Coixet sigue buscando, pero aqu¨ª se ha reencontrado, a ratos, con esa est¨¦tica publicitaria que su cine ya hab¨ªa logrado conjurar.