El juego de las trincheras y de la vida
¡®Valiant hearts¡¯ reta al usuario a sumergirse en el primer conflicto mundial sin disparar al enemigo
![Tommaso Koch](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F68f039d0-7e15-4275-b68c-0f5747bd8547.jpg?auth=ab477fa72e4d40980cc54ff252de262685cd61f4b72ce8c852dce82548a7134e&width=100&height=100&smart=true)
![Una ilustración para 'Valiant hearts'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WFTVFYTP7KKB2XXDVEZGA2QFAU.jpg?auth=1b35d415a37a64f0b0aa11b88496895b046e7be1a76597a5c10546487a2a71c2&width=414)
Los d¨ªas en la trinchera se hacen largos. Y los a?os, claro, m¨¢s a¨²n. Entre 1914 y 1918, miles de soldados se pasaron demasiado tiempo tumbados en el barro, a la espera de jugarse la vida contra el enemigo. Para cuidar su moral y aguantar la Gran Guerra, precisaban esperanza. As¨ª, a lo largo del conflicto, los combatientes y sus familiares intercambiaron hasta 10.000 millones de cartas y postales, seg¨²n Mission Centenaire 14-18, una comisi¨®n francesa que se encarga de la organizaci¨®n del 100? aniversario del estallido de la contienda.
Los papeles hoy amarillentos desvelaban deseos, miedos, inseguridades y alivios que se escond¨ªan detr¨¢s de los uniformes. Y a ese tesoro de las emociones acudi¨® Ubisoft para construir un videojuego que retratara el alma de los soldados m¨¢s que las balas que disparaban: Valiant hearts (disponible para consolas y Pc, aunque no tabletas y m¨®viles).
¡°Es una aventura a base de puzles que sigue el viaje emocional de cuatro personajes. No es un juego de guerra sino sobre la guerra. Los usuarios no matar¨¢n a ning¨²n soldado¡±, aclara Guillaume Cerda, productor asociado del juego. Traducido con el mando en la mano, significa que el jugador apenas dispara en Valiant hearts. M¨¢s bien arrastra al personaje por un mundo de dos dimensiones, a medias entre el c¨®mic y el dibujo animado, solucionando los enigmas que le permitan avanzar y resolviendo de ven en cuando alguna secci¨®n de acci¨®n. Los especialmente sedientos de violencia pueden, como mucho, tumbar a un soldado con un golpe de cazo. Pero es posible atravesar todos los c¨¦lebres escenarios, de la batalla de Ypres a la del Somme, sin herir al enemigo.
Otra cosa, sin embargo, es que alrededor de los protagonistas la guerra siga su curso: los compa?eros caen, los edificios estallan, los heridos agonizan y el propio personaje controlado por el jugador puede morir si es alcanzado por una ametralladora o una bomba. ¡°Busc¨¢bamos tratar la Gran Guerra desde el punto de vista de la gente y c¨®mo sus vidas fueron afectadas por ella¡±, a?ade Cerda. Una enfermera belga, un granjero franc¨¦s obligado a enrolarse, uno de los (pocos) voluntarios que desde EE UU se lanzaron a batallar en Europa y un alem¨¢n reclamado al frente por su pa¨ªs son las cuatro caras con las que Valiant hearts cuenta su melanc¨®lico relato. Los acompa?a Walt, un perro que sirve de mascota e hilo conductor de los cap¨ªtulos.
¡°Quer¨ªamos mostrar que no hay malos o buenos, sino personas que fueron metidas en una guerra¡±, agrega Paul Tumelaire, director art¨ªstico y creativo, responsable de unos gr¨¢ficos que, reconoce, est¨¢n inspirados en los tebeos de Jacques Tardi y en pel¨ªculas como Senderos de gloria. De hecho, entre esas gentes que acabaron sumidas en un conflicto que nunca hab¨ªan pedido, estaban incluso familiares de los programadores. En concreto, Yoan Fanise, director de audio y contenido de Valiant hearts, hall¨® una misiva especialmente emotiva de su bisabuelo, atrapado en 1915 en la trinchera. ¡°Les dec¨ªa a sus padres que a la semana siguiente probablemente se enfrentar¨ªa a los alemanes. Esperaba que todo acabara bien o que, en el peor de los casos, terminara herido y hospitalizado. Y siete d¨ªas despu¨¦s le dispararon¡±, relata Fanise.
Por suerte, su bisabuelo fue ingresado y sobrevivi¨®. M¨¢s de 16 millones de personas tuvieron menos fortuna y se dejaron la vida en la guerra. Para no olvidarles, y para recordar lo que fue aquel ba?o de sangre, Valiant hearts cuenta tambi¨¦n con un lado pedag¨®gico, asesorado por la comisi¨®n Mission Centenaire 14-18 ¡ªque ha sellado el juego con la certificaci¨®n Centenario, otorgada a los proyectos m¨¢s innovadores sobre la Gran Guerra¡ª. De ah¨ª que el usuario pueda repasar acontecimientos, batallas y curiosidades tanto en el archivo del juego como en su p¨¢gina web. Y descubrir, por ejemplo, que los soldados franceses recib¨ªan una raci¨®n de vino cotidiana, que la guerra emple¨® m¨¢s de 500.000 palomas viajeras y que hasta la mism¨ªsima Agata Christie particip¨® en el conflicto: antes de narrar tantas muertes, la escritora se dedic¨® a evitarlas como enfermera en un hospital de Torquay, en Reino Unido.
¡°Tratamos de ense?ar lo que aprendimos leyendo cartas y libros e ir m¨¢s all¨¢ del videojuego en s¨ª¡±, asegura Cerda. Tambi¨¦n porque las artes se han dedicado a contar cada detalle de la Segunda Guerra Mundial y han dejado la Primera para el olvido. De Medal of honor a Call of duty, pasando por el espa?ol Commandos, decenas de videojuegos han permitido al usuario armarse de fusil o hasta de un tanque y acabar con las tropas de Hitler. Pero pocas veces se ha combatido en la pantalla la Gran Guerra. Menos a¨²n, sin disparar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Tommaso Koch](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F68f039d0-7e15-4275-b68c-0f5747bd8547.jpg?auth=ab477fa72e4d40980cc54ff252de262685cd61f4b72ce8c852dce82548a7134e&width=100&height=100&smart=true)