Modiano, vidas en busca de autor
'La hierba de las noches' es el relato en tono de novela negra de un hombre en pos de su pasado
Toda vida es narraci¨®n. Nunca sabemos precisamente en qu¨¦ cap¨ªtulo nos encontramos, ni qu¨¦ sucedi¨® en los cap¨ªtulos precedentes, ni c¨®mo se desarrollar¨¢ la trama en el cap¨ªtulo siguiente. La memoria y los deseos intentan reparar esas faltas narrativas con el empe?o de inspirados pale¨®grafos, pero la reconstrucci¨®n de aquel texto perdido es azarosa y deficiente. Si toda novela trata de imaginar los cap¨ªtulos que faltan en una vida, toda biograf¨ªa es de alguna manera una inspirada ficci¨®n. A lo largo de una obra considerable, Patrick Modiano ha intentado construir esos cap¨ªtulos de los cuales el autor no conoce a ciencia cierta m¨¢s que algunos retazos. Sin embargo, estos bastan para dar a las novelas de Modiano una verosimilitud y convicci¨®n extraordinarias. La biograf¨ªa de Modiano abarca la segunda mitad del siglo XX y los comienzos del XXI; su obra tambi¨¦n. En el centro est¨¢n los pavorosos a?os de la Segunda Guerra Mundial y la ocupaci¨®n de Francia, y la larga sombra del Holocausto; tambi¨¦n, la guerra de Argelia. La hierba de las noches no escapa a esa consabida trayectoria.
La hierba de las noches es el relato de un hombre en busca de su pasado, contado en el tono de una novela negra; a la vez, una denuncia de la inmoralidad com¨²n de la sociedad francesa, y la ¨ªntima confesi¨®n de c¨®mo nace en Modiano (o en Jean, como se llama el protagonista) la vocaci¨®n de escribir. Ambos actos tienen en com¨²n el intento de entender por qu¨¦ hacemos lo que hacemos. ¡°Frases que sorprendemos cuando nos cruzamos con dos personas que van charlando por la calle¡±, comenta Jean. ¡°Y nunca sabremos a qu¨¦ se refer¨ªan¡±. Y agrega: ¡°Un tren pasa por una estaci¨®n a demasiada velocidad para que se pueda leer el nombre de la estaci¨®n en el cartel. Entonces, con la frente pegada al cristal de la ventanilla, nos fijamos en unos cuantos detalles: que se cruza un r¨ªo, que hay un pueblo con campanario, que una vaca negra est¨¢ meditabunda debajo de un ¨¢rbol, apartada del reba?o. Albergamos la esperanza de que en la estaci¨®n siguiente leeremos un nombre y por fin sabremos en qu¨¦ comarca estamos¡±. As¨ª se escribe una novela, as¨ª se medita sobre los a?os vividos: buscando descubrir ¡°en qu¨¦ comarca estamos¡±. Nunca lo logramos por completo.
Y, sin embargo, hay claves. Jean recuerda que, a los 20 a?os, anotaba en una libreta nombres de personas con quienes se cruzaba despu¨¦s de su llegada a Par¨ªs, nombres de hoteles y de caf¨¦s, de calles oscuras, de personas que no volver¨¢ a ver y de lugares ya desaparecidos. A partir de esos nombres, Jean vuelve sobre sus propios recuerdos y empieza a desentra?ar una trama de amores traicionados, amistades equ¨ªvocas, secretos pol¨ªticos, mentiras y enga?os; en una palabra, la ficci¨®n que la realidad ofrece al escritor y que exige ser contada. ¡°Vives una ¨¦poca breve de tu vida ¡ªd¨ªa a d¨ªa, sin hacerte preguntas¡ª en circunstancias raras¡±, dice Jean, ¡°entre personas que son raras tambi¨¦n. Y hasta mucho m¨¢s adelante no puedes entender por fin qu¨¦ viviste y qui¨¦nes eran exactamente esos que te rodeaban, siempre y cuando te proporcionen por fin el medio para resolver un lenguaje en clave¡±. Esa ¨²ltima condici¨®n es esencial.
Las personas ¡°raras¡± incluyen a la joven y seductora Dannie, al complejo y enigm¨¢tico Ghali Aghamouri, al inquisitivo y taciturno Langlais, y algunos nombres m¨¢s que pueblan el Par¨ªs del pasado de Jean, y que resultan ser todos, sin excepci¨®n, m¨¢scaras que ocultan no una sino varias identidades con las que Jean debe enfrentarse a lo largo de las p¨¢ginas para intentar descubrir su propia identidad. Como la de los personajes con quienes se encuentra, la historia de Jean tambi¨¦n es misteriosa, atisbada apenas en algunas frases lanzadas como por casualidad, a partir de las cuales el lector empieza a sospechar una verdad subyacente y quiz¨¢s atroz.
La prosa sutil, minuciosa, alusiva de Modiano ha tenido la fortuna de ser vertida al castellano por la pluma de Mar¨ªa Teresa Gallego, que ha encontrado el tono exacto para la voz de Jean: un tono cauteloso, medido, en el cual el lector intuye emociones contenidas a punto de estallar. La narraci¨®n de Jean est¨¢ jalonada por t¨ªtulos de libros rescatados, al parecer arbitrariamente, de su propia historia: Se acabaron los sue?os, La eternidad por los astros, Un hombre se inclina sobre su pasado. El lector sospecha que estos t¨ªtulos contienen una clave: personajes de identidades ocultas, la tentaci¨®n de culpar al destino por nuestros actos, la intuici¨®n de que nuestro pasado intenta decirnos algo que no llegamos a distinguir. Sin embargo, nada en Modiano es lo que aparenta ser. ¡°?El pasado?¡±, pregunta Jean. ¡°No, qu¨¦ va, no se trata del pasado, sino de los episodios de una vida so?ada, intemporal, que le arranco, p¨¢gina a p¨¢gina, a la desabrida vida cotidiana para proporcionarle algunas sombras y algunas luces. Esta tarde, estamos en el presente, llueve; las personas y las cosas est¨¢n ahogadas en la grisura y espero con impaciencia la noche, cuando todo destacar¨¢ de forma clara precisamente por los contrastes de la sombra y de la luz¡±.
La hierba de las noches. Patrick Modiano. Traducci¨®n de Mar¨ªa Teresa Gallego. Anagrama.? Barcelona, 2014. 168 p¨¢ginas. 14,90 euros
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