Desaparece el banco utilizado en la pel¨ªcula ¡®Bajo la misma estrella¡¯

El gastado banco de madera verde donde se besan Shailene Woodley y Ansel Elgort, los actores que interpretan a sendos enfermos de c¨¢ncer en la pel¨ªcula Bajo la misma estrella (que se estrena ma?ana en Espa?a), ha desaparecido. A pesar de que lo vigilaba, el Ayuntamiento de la capital holandesa ha admitido no saber d¨®nde est¨¢. Supone que pudo retirarlo un fan de la pel¨ªcula, pero no descarta que un operario se lo llevara para repararlo. En su lugar, eso s¨ª, hay ahora un flamante macetero.

El banco, muy sencillo, es similar a los que bordean los canales de la ciudad: con dos planchas de madera como asiento y una en el respaldo, sujetas por v¨ªas de metal. En la pel¨ªcula, all¨ª se sientan, hablan y acaba bes¨¢ndose los protagonistas de una pel¨ªcula dedicada al p¨²blico juvenil. Tr¨¢gica como la m¨ªtica Love story (1970), donde la chica, encarnada por Ali MacGraw, muere de leucemia, la pareja de Bajo la misma estrella est¨¢ tambi¨¦n sentenciada. Ellos se han conocido en un grupo de apoyo, y el momento del banco es muy emotivo. La enfermedad de Hazel (Shailene), ha llegado ya a sus pulmones y tiene a su lado una mochila con la botella de ox¨ªgeno que le ayuda a respirar. Gus (Ansel) padece c¨¢ncer de huesos y ha perdido ya una pierna. El estadounidense John Green, autor de la novela que ha dado pie al filme ¡ªdirigido por Josh Boone¡ª ha aparecido este a?o en la lista de las cien personas m¨¢s influyentes del mundo elaborada por la revista Time.

Trailer de 'Bajo la misma estrella'.?

Los portavoces del consistorio de ?msterdam aseguran que llevan la cuenta de los bancos ciudadanos y le abochorna haber perdido el que se hab¨ªa convertido en un polo de atracci¨®n en Leidsegracht. El canal en cuesti¨®n es perpendicular a los tres m¨¢s famosos del casco antiguo, Herengracht, Prinsengracht y Keizergracht, y les estaba robando cierto protagonismo. La Casa de Ana Frank, visitada asimismo por los j¨®venes actores, es otra de las direcciones que ha visto aumentada su demanda. A pesar de que el ¨¢tico donde ellos vuelven a besarse est¨¢ cerrado al p¨²blico, las peticiones para entrar all¨ª son frecuentes estos d¨ªas.

Si el banco no ha ca¨ªdo en manos de los cin¨¦filos, o bien de un concienzudo empleado municipal, otra posible explicaci¨®n apunta a los propios vecinos del canal. Tal vez les molestara tanto ajetreo en una zona estrecha, donde apenas cabe la acera, los coches y las bicis, adem¨¢s de los paseantes.