Una obra de Matisse robada de un museo de Caracas regresa al pa¨ªs
Estados Unidos recuper¨® la ¡®Odalisca de pantal¨®n rojo¡¯ tras 15 a?os sin rastro. La pieza esta valuada en tres millones de d¨®lares
La Odalisca de pantal¨®n rojo, una de las obras m¨¢s conocidas del artista franc¨¦s Henri Matisse, valorada en unos 3 millones de d¨®lares, regresar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas al Museo de Arte Contempor¨¢neo de Caracas, de donde fue hurtada hace casi tres lustros sin que hasta ahora haya un relato oficial que explique esta historia. Le ha tocado al periodismo local y a la justicia de EE UU ofrecer explicaciones parciales, que no disimulan el esc¨¢ndalo que revela la desidia del Estado venezolano a la hora de velar por el patrimonio cultural de la naci¨®n.
La fiscal Luisa Ortega D¨ªaz anunci¨® el pasado viernes la buena noticia para el arte venezolano. El ministro de Cultura, Fidel Barbarito, volvi¨® a referirse al tema con mucho regocijo e indic¨® que el Ministerio P¨²blico a¨²n contin¨²a con las investigaciones para determinar c¨®mo fue sustra¨ªdo y los responsables directos. La declaraci¨®n no ha ca¨ªdo muy bien en el reducido mundillo local del arte. Casi nadie cree en una pesquisa local incapaz de proporcionar resultados en m¨¢s de una d¨¦cada. Cuando dentro de dos semanas el cuadro vuelva a exhibirse, las ¨²nicas certezas sobre ese misterio desvelado ser¨¢n las que ofreci¨® un gobierno que no es precisamente aliado de la autodenominada revoluci¨®n bolivariana.
En julio de 2012 el FBI, despu¨¦s de una larga investigaci¨®n, captur¨® en un hotel de Miami a dos personas que intentaban negociar La Odalisca de pantal¨®n rojo en Estados Unidos. El cubano Pedro Antonio Marcuello Guzm¨¢n y la mexicana Mar¨ªa Ornellas Lazo fueron condenados a 33 y 21 meses de prisi¨®n respectivamente por el transporte interestatal de una propiedad robada y la posesi¨®n de una obra robada. En los documentos del juicio no se especifica la participaci¨®n de las autoridades venezolanas en la recuperaci¨®n del cuadro. Pero el Gobierno celebraba el inminente regreso como un ¨¦xito de la revoluci¨®n y un compromiso con la conservaci¨®n del patrimonio cultural.
La Odalisca de pantal¨®n rojo fue sustituida por una copia falsa en una fecha que nadie ha podido precisar. La periodista Marianela Balbi, autora del libro El rapto de la Odalisca (2009), cree que el cuadro desapareci¨® en 1999, en medio del deslave en el estado Vargas, que borr¨® bajo toneladas de lodo parte del entramado costero. En aquellos d¨ªas la directiva del museo quer¨ªa poner a salvo su colecci¨®n en un lugar seguro. Es posible que en ese momento haya ocurrido el cambio, pero nadie lo sospechaba porque en una ocasi¨®n posterior el entonces presidente Hugo Ch¨¢vez se fotografi¨® frente a una r¨¦plica casi exacta de la obra, que a simple vista no es posible identificar. A finales de 2002, comenzaron a llegar las primeras noticias de la desaparici¨®n del Matisse de la colecci¨®n venezolana. El chavismo lo neg¨®, pero tuvo que reconocerlo en enero de 2003 y entonces prometi¨® investigar.
Wanda de Guebriant, la coordinadora del archivo Matisse en Par¨ªs, dio algunas pistas en el libro de Balbi sobre el probable destino del cuadro. En diciembre de 2002 dijo que sab¨ªa que la estaban vendiendo en M¨¦xico porque una persona con acento cubano la hab¨ªa llamado para ofrec¨¦rsela. No hubo reacci¨®n oficial. A?os despu¨¦s se supo que dos agentes de seguridad del museo estaban relacionados con el hurto, pero la fiscal¨ªa jam¨¢s?avanz¨® sobre esa pista y no los llamaron a declarar. Fue una posibilidad perdida a la luz de lo que se conocer¨ªa en el juicio celebrado en EE UU. Los implicados confesaron que los empleados del museo hab¨ªan sustituido el original por la copia.
El rapto de la obra y el tiempo que ha tardado en regresar es el ejemplo m¨¢s visible del misterio con el que el Estado suele tratar las creaciones que le pertenecen. No se conocen las condiciones en las que encuentran las colecciones de los museos nacionales, ni si est¨¢n a buen resguardo. Los entendidos que vayan a ver el cuadro m¨¢s c¨¦lebre del patrimonio local lo tienen en cuenta.
Babelia
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