?lex Angulo, sin¨®nimo de generosidad
Era un int¨¦rprete ¨²nico, capaz de llenar de vida los personajes m¨¢s surrealistas
No le dije lo importante que era para m¨ª. No le dije lo mucho que le quer¨ªa. Toda justificaci¨®n es est¨²pida, y la peor, escudarse en lo imprevisto de su muerte. El cari?o no se dice ni se escribe en obituarios apresurados: se demuestra y se ejercita todos los d¨ªas.
?lex as¨ª lo hac¨ªa. Conmigo y con todos. Escribo esto desde el dolor de la p¨¦rdida, pero sobre todo bajo el peso del fracaso. Nunca podr¨¦ devolverle todo el amor y la amistad que me ofreci¨® durante a?os, en el trabajo y en la vida, desinteresadamente. Ya es tarde.
Le conoc¨ª con 18 a?os, o quiz¨¢ antes. Trabajaba en Karraka, con otro gigante de la profesi¨®n, Ram¨®n Barea. A su alrededor, figuras del teatro vasco que han iluminado con su talento cientos de obras, docenas de pel¨ªculas y series de televisi¨®n: C¨¦sar Sarachu, Mariv¨ª Bilbao, ?scar Grijalba, Elena Irureta, Ane Gabarain, Itziar Lazkano, Loli Astoreka, Nati Ortiz de Zarate, y muchos m¨¢s con los que aprend¨ª que este trabajo va de hacer, no de pretender. Que el teatro y el cine se construyen a base de humildad y paciencia. Que ante el desconsuelo solo existe una salida: re¨ªrse, y con tu sonrisa, aliviar el sufrimiento a los dem¨¢s hasta que desaparezca, abrumado por la alegr¨ªa de trabajar y vivir en lo que a uno le gusta. Acompa?ado de ?lex nada era imposible, porque los problemas se convert¨ªan en parte de la diversi¨®n. No hab¨ªa obst¨¢culos, solo retos, escollos que salvar con nuestra intr¨¦pida nave pirata.
No quiero hablar del c¨®mico sobresaliente, del individuo met¨®dico y obsesivo, del actor que trabaja en casa y viene con los deberes hechos. Eso lo intuye cualquiera que conozca su obra. Quiero presentaros al hombre que conquista y seduce con su generosidad apabullante, al amigo que convierte un rodaje de pesadilla en una taberna gal¨¢ctica en la que te perder¨ªas para siempre. Y mira que se lo puse dif¨ªcil. Cu¨¢ntas noches de insomnio, de fr¨ªo, a la intemperie. Siempre a favor. Siempre un paso por delante. Nuestros personajes imposibles cobraban vida gracias a esa incontenible humanidad, que se desbordaba a trav¨¦s de sus ojos, invariablemente risue?os. Nada funcionar¨ªa en mis historias sin los actores que las hacen veros¨ªmiles, y ?lex Angulo constru¨ªa, sobre papeles garabateados por un loco, personajes llenos de carne y alma. Quiz¨¢ ?lex sea el actor en s¨ª mismo, el dibujo m¨¢s perfecto que se puede hacer de esta profesi¨®n. ¡°Me llamo ?lex Angulo¡±, parece decirme. ¡°Lo doy todo, me vac¨ªo por dentro y te lo regalo, para que llenes de sangre esa locura tuya de cart¨®n piedra. Es para ti, haz con mi trabajo lo que quieras. Eso s¨ª, no lo malgastes, porque es mi vida. No estoy preocupado. Tienes mi alma en tus manos, y te veo jugando con ella, pero hemos venido a eso, as¨ª que, amigo, disfruta¡±.
Generosidad, una palabra inexistente en el vocablo del presente, define a este caballero de tiempos mejores. Noble, honesto, sincero, conceptos que necesitamos buscar en la Wikipedia. ?Alguien recuerda lo que significan? Ya nada ser¨¢ lo mismo sin ti, amigo m¨ªo.
Alex de la Iglesia, director de cine, rod¨® con ?lex Angulo Mirindas asesinas, Acci¨®n mutante, El d¨ªa de la bestia y Muertos de risa.
Babelia
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