¡°Hay que ir a un capitalismo que priorice el bien com¨²n¡±
La fil¨®sofa reivindica "m¨¢s pensamiento" en un mundo acelerado por las tecnolog¨ªas
Victoria Camps es una mujer que reivindica la calma, la lectura, la reflexi¨®n, el pensamiento. ¡°Yo creo que la gente echa de menos el silencio¡±, dice en la silenciosa sala de estar de su silenciosa casa de Sant Cugat, a las afueras de Barcelona, rodeada de cuadros y libros, muchos libros. La fil¨®sofa barcelonesa particip¨® en junio en unas jornadas en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB) en las que se analizaba el impacto de Internet en nuestras vidas. Reivindic¨® la pausa, el silencio y la soledad. ¡°Necesitamos m¨¢s pensamiento¡±, sostiene. ¡°Vamos tan acelerados en todo que lo dif¨ªcil es tomarnos un tiempo para reflexionar, discutir, escuchar a los dem¨¢s y contrastar las opiniones antes de tomar una decisi¨®n¡±.
La autora de El gobierno de las emociones (Herder), obra con la que en 2012 consigui¨® el Premio Nacional de Ensayo, observa la realidad desde su multidisciplinar trayectoria profesional. Profesora em¨¦rita de Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, ha hecho incursiones en la pol¨ªtica ¡ªfue senadora del Partido Socialista de Catalu?a de 1993 a 1996¡ª, los medios de comunicaci¨®n ¡ªconsejera del Consell Audiovisual de Catalunya de 2002 a 2008¡ª y la bio¨¦tica ¡ªes miembro del Comit¨¦ de Bio¨¦tica de Catalu?a¡ª. Disc¨ªpula de Jos¨¦ Luis Aranguren, su ¨²ltima obra es Breve historia de la ¨¦tica (RBA). La ¨¦tica, uno de sus grandes caballos de batalla.
Pregunta.??Andamos cortos de ¨¦tica para hacer frente al mundo que viene?
Respuesta.?Tenemos m¨¢s principios ¨¦ticos de los que somos capaces de cumplir. Lo que nos falta es voluntad y valent¨ªa para actuar en consecuencia con lo que decimos que creemos. Por eso yo abogo por la ¨¦tica de las virtudes, porque pienso que el problema est¨¢ en las personas, no en la falta de discurso.
P.?Los avances que se est¨¢n produciendo en campos como el de la gen¨¦tica nos van a situar ante importantes dilemas ¨¦ticos. ?A qu¨¦ retos nos vamos a enfrentar?
R.?En el campo de la gen¨¦tica lo m¨¢s importante es poder manipular los genes con fines terap¨¦uticos. Los l¨ªmites son imprecisos. Los padres que quieren tener un ni?o porque solo han tenido ni?as, ?qu¨¦ hacen?, ?d¨®nde colocamos el l¨ªmite?
P.??D¨®nde lo colocamos?
R.?Yo no puedo decir aqu¨ª, depende de los casos. Pero el l¨ªmite est¨¢ en el sentido com¨²n. Hay que poner l¨ªmites.
P.?Tras participar en las jornadas del CCCB, ?a qu¨¦ conclusi¨®n lleg¨®? ?Ad¨®nde nos conduce esta nueva era digital que lo est¨¢ cambiando todo?
R.?Yo creo que es muy positiva. La comodidad de tener un tel¨¦fono a mano, de obtener informaci¨®n de cualquier cosa o de comprar por Internet no tiene por qu¨¦ llevarnos a una forma de vida muy diferente si sabemos a?adir ese modo de comunicarnos a formas de vivir que siempre tuvimos.
No hay trabajo para todos, hay que reorganizarse: quiz¨¢, trabajando menos y ganando menos
P.?En su libro Virtudes p¨²blicas, que public¨® en 1996, reflexionaba usted acerca de una cierta indiferencia ante la vida en com¨²n y la pol¨ªtica que se produce en la sociedad cuando hay libertades y bienestar.
R.?La indiferencia hacia el bien com¨²n es un defecto tanto de la pol¨ªtica como de la sociedad civil. La formaci¨®n que tenemos dentro de una econom¨ªa que fomenta el ego¨ªsmo, la competitividad y los beneficios materiales hace personas muy individualistas que ponen por delante el inter¨¦s privado, el inter¨¦s corporativo; y aqu¨ª tambi¨¦n pienso en el inter¨¦s partidista de los partidos pol¨ªticos. Ese inter¨¦s privado elimina casi totalmente el bien com¨²n, que en pol¨ªtica es absolutamente fundamental. Uno de los defectos de nuestra democracia, que es muy partidista, es no pensar en el bien com¨²n, no pensar m¨¢s all¨¢ de las pr¨®ximas elecciones, de modo que los proyectos siempre son a corto plazo. Y, en general, la ciudadan¨ªa act¨²a poco como ciudadan¨ªa.
P.?En los ¨²ltimos a?os s¨ª que parece que una parte de la ciudadan¨ªa se ha movilizado. ?Hacia d¨®nde cree que caminamos, hacia un mayor individualismo o todo lo contrario?
R.?La indiferencia o apat¨ªa hacia lo com¨²n es muy habitual en ¨¦pocas de bienestar o de bonanza. La crisis econ¨®mica pone de manifiesto mucha miseria, mucha desigualdad, y eso ha llevado a las personas a unirse. Ha sido el rasgo m¨¢s positivo de la crisis, han proliferado los movimientos sociales, la gente se ha asociado. Ha habido asociaciones muy altruistas, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, o la de los afectados por las preferentes; pero la pregunta es: ?eso se perder¨¢ en el momento en que se supere la crisis?
Queremos que todo sea gratuito de la mejor calidad, pero eso es imposible: hay que racionar las prestaciones
P.?Usted ha escrito mucho sobre el descontento ciudadano, los recortes, la connivencia de pol¨ªtica y mercado, la lejan¨ªa de los partidos pol¨ªticos. En ese contexto, ?hacia d¨®nde cree que camina la izquierda?
R.?La izquierda es la que m¨¢s desorientada est¨¢ en estos momentos: tiene que luchar por la igualdad. Lo que se ha producido desde los a?os ochenta en el mundo occidental ha sido el crecimiento exponencial de las desigualdades. Los m¨¢s ricos cada vez son menos y acumulan m¨¢s riqueza y el resto cada vez se empobrece m¨¢s. Es verdad que se ha mantenido un modelo social en Europa, el Estado de bienestar, defendido por la izquierda. Pero una vez conseguido, hay que sostenerlo, y la izquierda no sabe c¨®mo hacerlo.
P.??El Estado de bienestar corre el riesgo de acabar siendo un mito perteneciente al siglo XX?
R.?No lo creo. Eso dir¨ªa muy poco de nuestra lucidez mental. No podemos prescindir de una sanidad y una educaci¨®n p¨²blicas; los desempleados deben recibir una compensaci¨®n. No vamos a dejar que nos arrebaten eso. Otra cosa es de qu¨¦ manera se mantiene. En sanidad, las nuevas tecnolog¨ªas permiten hacer cada vez m¨¢s cosas y nosotros queremos que todo sea gratuito y de la mejor calidad, pero eso es imposible: hay que racionar las prestaciones, establecer prioridades, y eso es duro, y poco popular. Ning¨²n pol¨ªtico lo quiere hacer.
P.??Y qu¨¦ habr¨ªa que hacer?
R.?Afrontarlo con valent¨ªa y determinar qu¨¦ es lo imprescindible y qu¨¦ no. Y educar a la gente a que aquello que no es imprescindible, que se lo sufrague cada cual.
Cuatro ideas
- ??Un libro??Sobre la libertad, de John Stuart Mill. Creo que es una visi¨®n liberal de la libertad, que es la que hoy tenemos todos. Y es muy exigente con la libertad individual.
- ?Una cita? "La persona ejemplar es aquella que sigue intent¨¢ndolo aunque sabe que es en vano" (Confucio).
- ?Una voz que deber¨ªa ser escuchada? La del papa Francisco. Est¨¢ rompiendo con los esquemas vaticanos en sus gestos y en las reformas que est¨¢ emprendiendo. Ha sido una sorpresa.
- ?Una idea o medida concreta para un mundo mejor? Intentar que las grandes desigualdades se corrijan.
?Victoria Camps estima que la desigualdad es uno de los grandes problemas de nuestra sociedad. Reclama medidas ante el desempleo: ¡°No hay trabajo para todos, hay que reorganizarse: quiz¨¢, trabajando menos y ganando menos¡±. Asegura que la tesis liberal de que, cuando la riqueza crece, en general, todos ganan, ha sido desmontada. ¡°No ganamos todos; unos ganan mucho m¨¢s y los dem¨¢s perdemos¡±.
?P.??Considera que est¨¢ en cuesti¨®n el sistema capitalista?
R.?Yo creo que no. Hay alternativas que habr¨ªa que considerar. A m¨ª la que m¨¢s me convence hasta ahora es la llamada econom¨ªa del bien com¨²n que promueve Christian Felber. Es una forma moderada de corregir los desprop¨®sitos del capitalismo e ir hacia un capitalismo de m¨¢s cooperaci¨®n que ponga por delante el bien com¨²n. No todos los beneficios de las empresas tienen que revertir en el inter¨¦s corporativo, sino que hay que pensar en el bien de todos y establecerlo por ley.
P.?Usted ha escrito sobre esa imparable necesidad de satisfacer deseos que tenemos en este mundo en que vivimos...
R.?Eso es algo que el mercado inculca: satisfacer los deseos m¨¢s inmediatos y lo m¨¢s r¨¢pidamente posible. Y nosotros, con nuestra forma de maleducar a nuestros hijos, lo fomentamos: piden una cosa y se la damos enseguida.
P.?Parece que esa necesidad condujera a una sociedad de seres ansiosos.
R.?Recuerdo a un soci¨®logo, Robert Bellah, que dec¨ªa: hoy, la divisi¨®n de las clases sociales no es entre clase baja y clase alta; en medio est¨¢ la clase ansiosa, angustiada; creo que la clase angustiada cada vez crece m¨¢s. No s¨®lo por c¨®mo llegar a fin de mes, sino por estar instalados en una vida de precariedad total que es algo muy propio de las generaciones m¨¢s j¨®venes, que no saben si el empleo les va a durar y tienen que posponer sus planes de futuro, los hijos, la compra de una casa. Es algo sobre lo que hay que reflexionar.
Babelia
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