¡°Sin ideolog¨ªa y sin sexo no se puede ser actor¡±
Como directora de una escuela de interpretaci¨®n, cree que se aprende m¨¢s de la vida
?M¨¢s de ense?ar que de actuar? La meta era ser actriz y dirigir. Pero en Espa?a me di cuenta de que mis hijos y yo no ¨ªbamos a ser felices si yo no era un referente de festejo por la vida. Postergu¨¦ lo de ser actriz y cre¨¦ el centro para ense?ar.
Maestra, pues... Tuve buenos maestros, generosos. Nos daban clases clandestinas: ?en la dictadura no dejaban leer a Her¨¢clito y burlaban esa prohibici¨®n!
?Por qu¨¦ lo prohibieron? No se argumentaba en la dictadura; nosotros lo sab¨ªamos: hablaba de que la vida cambia. Prohibieron a Kant, las Matem¨¢ticas modernas, todo lo que expand¨ªa el pensamiento. ?Si te descubr¨ªan con un libro de Mafalda...! ?Un chiste!
Esas prohibiciones suelen provocar el efecto contrario... Si tienes maestros generosos, desafiantes. Algunos fueron despedidos. Hice un trabajo sobre Ant¨ªgona, que se rebela contra el poder. Me dijo el profesor: ¡°Yo no lo puedo presentar, ni ponerte nota; vamos a negociar qu¨¦ hacemos¡±. Y me dijo algo que no olvid¨¦: ¡°No estrelles tu cabeza contra un muro cuando la causa est¨¦ perdida: ve por los costados, busca la orilla¡±. Aprend¨ªamos clandestinamente.
¡°El festejo de la vida es aceptar el dolor, la salida del sol, los conflictos, el hambre, la angustia...¡±
?C¨®mo le afectaron las prohibiciones, su propio drama? Forja un car¨¢cter, te prepara mejor para la vida. Si tienes buenos referentes no te estrellas. Ten¨ªa un compromiso: cambiar todo eso.
Rehizo su vida porque quer¨ªa que fuera un festejo para sus hijos No, no la rehice. No creo que se rehaga una vida. Segu¨ª un proceso l¨®gico de lo que hab¨ªa aprendido: estar en la vida, ver la realidad. No permit¨ª hacer un corte en mi historia. Pas¨¦ de emigrante a inmigrante, una condici¨®n muy extra?a, sin identidad. Si cortaba con mi historia iba a enfermar.
?Y c¨®mo se cambia del dolor a la decisi¨®n de hacer de la vida un festejo? Aceptando que en la vida nos educan mal. Nos preparan para un fest¨ªn que siempre llegar¨¢ cuando seamos mayores. Es una mentira: el festejo en la vida es que todo lo que viene lo tienes que elaborar como puedas, pero no olvidar. El festejo de la vida es aceptar el dolor, la salida del sol, los conflictos, el hambre, la angustia...
?Cu¨¢l es la huella m¨¢s imborrable? La desaparici¨®n de Diego. Me oblig¨® a replantearme muchas cosas, a adoptar una responsabilidad muy fuerte con respecto a la educaci¨®n de mis hijos para que no fueran infelices, para que no prendiera en ellos el rencor, para que no aprendieran a odiar.
Dif¨ªcil tarea ense?ar eso. Fue doblemente doloroso porque ten¨ªa que medir palabras, acciones, y no ser una madre depresiva y triste. Lorca dec¨ªa que ¨¦l escrib¨ªa para resta?ar las heridas. Lo hacemos incluso para reparar los errores de nuestros padres. Estamos los que tratamos de reparar y los viven en el rencor. No es f¨¢cil.
Aqu¨ª hubo mucho odio. Ahora estamos otra vez a la gre?a. Cuando no resuelves en el momento adecuado e intentas enterrarlo todo, los muertos siempre salen a la luz. La transici¨®n fue en parte perversa; negociaciones quiz¨¢ demasiado r¨¢pidas, tal vez por miedo a perder cada uno su cuota. Una democracia forjada as¨ª te deja en el mismo sitio. Es como si Espa?a siguiera estancada en igual discusi¨®n.
?Qu¨¦ les ense?a primero a los j¨®venes que quieren ser actores? Que se aprende m¨¢s de la vida, lo dem¨¢s es t¨¦cnica. Si no veo al otro, si no me conecto con los conflictos humanos, sin ideolog¨ªa y sin sexo no se puede ser actor. Es lo primero que comunico. Lo segundo es que el primer deseo del actor es ser actor.?
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