Rossini en todo su esplendor
El festival de Pesaro, especializado en el compositor italiano, contribuye a la valorizaci¨®n de su legado con una f¨®rmula que suma musicolog¨ªa y teatro
Dos de los m¨¢s importantes festivales europeos est¨¢n dedicados este verano a la memoria de Claudio Abbado. En Lucerna hablan en su declaraci¨®n de intenciones de gratitud, en Pesaro de afecto y orgullo. En la ciudad suiza, Abbado vivi¨® su d¨¦cada sinf¨®nica prodigiosa al frente de una orquesta a su medida creada con criterios de solidaridad. En Pesaro el maestro milan¨¦s se puso al frente de una de las producciones de ¨®pera m¨¢s ingeniosas de los ¨²ltimos treinta a?os:?Il viaggio a Reims, en 1984, en el auditorio Pedrotti del Conservatorio, con una puesta en escena magistral de Luca Ronconi y un reparto vocal de ensue?o.
El espect¨¢culo recorri¨® medio mundo, de Mil¨¢n y Viena a Tokio, y supuso el lanzamiento internacional del Festival Rossini. Este a?o se ha proyectado en la Piazza del Popolo un v¨ªdeo de la hist¨®rica representaci¨®n para inaugurar la 35? edici¨®n. Hoy mismo se retransmite en directo en el mismo lugar el concierto del teatro Rossini con la?Petitte Messe Solennelle, con el admirado Alberto Zedda al frente. La identificaci¨®n de Rossini con Zedda es mucho m¨¢s que un t¨®pico al uso. Gracias al meticuloso trabajo art¨ªstico, intelectual y de formaci¨®n de cantantes al frente de la Academia rossiniana de Zedda, el Festival de Pesaro es hoy lo que es: un punto de referencia del ¡°renacimiento¡± de un compositor tan fundamental en el desarrollo de la l¨ªrica como es Rossini. La f¨®rmula ¡°musicolog¨ªa m¨¢s teatro¡± ha dado sus frutos. La atenci¨®n a la formaci¨®n vocal continuada de los j¨®venes ha posibilitado que hoy, en l¨ªneas generales, se cante mejor Rossini que Verdi o Wagner.
Este a?o se ha presentado por primera vez en Pesaro?Aureliano in Palmira, con lo que ya son 38 las ¨®peras de Rossini escenificadas en el Festival. Faltar¨ªa solamente una para completar la producci¨®n l¨ªrica completa. La edici¨®n cr¨ªtica y la direcci¨®n musical de?Aureliano han estado a cargo del estadounidense Will Crutchfield, preciso y competente. La direcci¨®n esc¨¦nica ha correspondido a Mario Martone, ultimamente enfrascado en una pel¨ªcula documental sobre el poeta Giacomo Leopardi. El reparto vocal ha sido sensacional con un tr¨ªo protagonista sencillamente antol¨®gico: la soprano australiana Jessica Pratt, que pisa la escena con una fuerza arrolladora; el tenor estadounidense Michael Spyres, con una l¨ªnea de canto elegante y natural, y la mezzosoprano de Uzbekist¨¢n Lena Belkina, que resolvi¨® con estilo y belleza t¨ªmbrica el personaje de Arsace, el ¨²nico para castrato que compuso Rossini en su carrera, destinado para Giambattista Velluti, muy recordado durante estos d¨ªas aqu¨ª. Se ha optado por la versi¨®n de mezzo frente a la de contratenor en la adaptaci¨®n, por cuestiones de equilibrio estil¨ªstico. Ha sido un acierto. Tambi¨¦n ha destacado la italiana procedente de la Academia rossiniana Raffaella Lupinacci. En la obra se utilizan temas que despues volver¨ªan a ser usados en El barbero de Sevilla, especialmente la obertura. Ello no hace sino confirmar ese car¨¢cter abstracto y ambivalente que posee la m¨²sica de Rossini, tan v¨¢lida en los mismos pasajes para la comedia como para la tragedia.
En Armida la protagonista era la joven cantante valenciana Carmen Romeu, en un momento de capital importancia dentro de su carrera art¨ªstica. Es una ¨®pera asociada con frecuencia a Maria Callas y en Pesaro fue nada menos que Ren¨¦e Fleming en sus mejores a?os la que se responsabiliz¨® del personaje. Romeu aguant¨® bien el tir¨®n y la presi¨®n, derrochando car¨¢cter y temperamento en las escenas m¨¢s dram¨¢ticas, y se vio perjudicada por la direcci¨®n teatral, especialmente en lo que se refiere al movimiento, en las escenas m¨¢s ligadas a la fantas¨ªa del segundo acto. En conjunto resolvi¨® su papeleta con personalidad y empaque, sin achantarse en ning¨²n momento frente al aluvi¨®n de cantantes masculinos de entidad como los tenores Antonino Siragusa o Dmitry Korchak o el bajo napolitano Carlo Lepore. Aunque en la primera funci¨®n Romeu suscit¨® algunas reservas, en las siguientes obtuvo un ¨¦xito incuestionable. La direcci¨®n musical de Rizzi fue un poco plana y la esc¨¦nica de Luca Ronconi bastante est¨¢tica, con una dial¨¦ctica escenogr¨¢fica de Margherita Palli, entre la evocaci¨®n de marionetas sicilianas y algunos cuadros de cuento m¨¢gico. La coreograf¨ªa de Michael Abbondanza fue atrevida e ingeniosa. En conjunto fue una representaci¨®n desigual r¨ªtmicamente, pero con hallazgos est¨¦ticos aislados y un nivel vocal de altura.
Con?El viaje a Reims para j¨®venes cantantes de la Academia, Pesaro ha conseguido este a?o un nivel vocal de muchos quilates, y con?El barbero de Sevilla, a cargo de la Academia de Bellas Artes de Urbino, se han levantado la sorpresa y la divisi¨®n de opiniones. Rossini est¨¢ m¨¢s vivo que nunca. Y adem¨¢s, si quieren tomarse un suspiro no lo duden. En la vecina Urbino ha vuelto a abrirse, despu¨¦s de un periodo de cierre por restauraci¨®n, el oratorio de San Giovanni Battista, con los maravillosos frescos terminados en 1416 de los hermanos Salimbeni de San Severino Marche. Una obra maestra absoluta del Quatrocento italiano que suele pasar desapercibida frente a la visita a los imponentes cuadros de Piero della Francesca y otros, en la ciudad natal de Rafael.
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