M¨¢s que un gesto pareci¨® una burla

Si es que la fiesta de los toros est¨¢ sin rumbo. Hasta el espont¨¢neo que salt¨® antes de salir el sexto fue un esperpento. No era ning¨²n chaval en busca de una oportunidad, sino un veterano que apareci¨® en la arena cuando a¨²n no estaba el toro. Vamos que ya sab¨ªa lo que hac¨ªa¡­

La tarde era un gesto de las figuras actuales. Se anuncian con La Quinta en Bilbao y luego ni un esfuerzo de m¨¢s. Es curioso, pero las dos veces que El Juli se ha medido con los toros de esta ganader¨ªa de origen Santa Coloma han sido los ¨²nicos d¨ªas malos de esta divisa en la temporada. En ambas corridas, Mont de Marsan y Bilbao, el madrile?o ha sido despedido con pitos. En Francia, Fandi?o sali¨® en hombros aquella tarde, en Bilbao ni el de Ordu?a toc¨® pelo.

Para los ingenuos no puede ser otra cosa que casualidad, pero los que quieran dar una vuelta de tuerca a su pensamiento comprobar¨¢n que todas las tardes hay triunfos con los toros de La Quinta si los lidian los Ure?a, Escribano, Adame o Roble?o.

Hace una semana, en Gij¨®n dos toros de esta divisa fueron premiados con la vuelta al ruedo, ayer en Bilbao los dos primeros salieron moribundos a la arena, como atontados, con unos movimientos desorientados que pueden hacer pensar cualquier cosa.

Hablaron de gesto cuando salieron los carteles, pero en el ruedo nada de nada. El Juli vio c¨®mo se muri¨® su primer enemigo despu¨¦s de un metisaca para el sonrojo. Se muri¨®, porque matarlo es otra cosa. En el quinto, lo mir¨® y lo volvi¨® a mirar; incluso de cerca. Pero de torear nada, y de hacer un gesto, menos. Y claro, el p¨²blico se enfad¨® y le dedic¨® unos pitos, de los de Feria de Bilbao, educados y de poca duraci¨®n. En una plaza seria, bronca, pero en Bilbao estamos en fiestas y s¨®lo se la echaron cuando abandon¨® la plaza.

Las dos ¨²nicas faenas las hizo Iv¨¢n Fandi?o. Tampoco tuvo un lote para so?ar, pero por lo menos puso empe?o y dej¨® algunas series buenas por ambos pitones en el flojito tercero. Con el sobrero que cerr¨® la tarde mulete¨® a media altura. Poco, pero por lo menos quiso.

Antonio Ferrera ha decidido tomar el relevo de Luis Francisco Espl¨¢ y lo est¨¢ bordando. Una buena puesta en escena, pero hay mucho cite al hilo y mucho pasito de precauci¨®n.

En el primero poco hab¨ªa que hacer, pero qu¨¦ menos que doblarse y hacer una labor digna. En el cuarto se qued¨® a medias. ?Por qu¨¦ no sigui¨® con las dos buenas series del inicio de la faena? ?l sabr¨¢, pero acab¨® embarullado antes de volver a pinchar.