Hay risa m¨¢s all¨¢ de Quino
Una nueva generaci¨®n de humoristas sacude las vi?etas argentinas en la estela del padre de Mafalda, ¨²ltimo Pr¨ªncipe de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades
La cervecer¨ªa Munich, inaugurada en 1927, fue el local m¨¢s elegante de la Costanera porte?a y all¨ª se daban cita Alfonsina Storni, Leopoldo Lugones o Fangio. Casi un siglo despu¨¦s, el caprichoso palacete de Puerto Madero alberga el popular MuHu, un singular Museo del Humor donde cohabitan todos los autores y personajes que condujeron al nacimiento de la universal criatura de Quino. El siglo XX argentino ha tenido periodos poco aptos para la alegr¨ªa; tal vez por eso el recuerdo de revistas como Fierro ¡ªde la que salieron novelistas como Pablo de Santis¡ª, de v¨ªctimas de la dictadura como H. G. Oesterheld ¡ªautor del idolatrado Eternauta¡ª o de aut¨¦nticos h¨¦roes de la historieta como Enrique Breccia dejan una huella especial en los continuos visitantes. Hasta el 31 de octubre se puede visitar la exposici¨®n temporal Quino por Mafalda, en la que adem¨¢s de abundantes originales se proyectan los impagables cortometrajes o Quinoscopios dirigidos por el cubano Juan Padr¨®n (Elpidio Vald¨¦s y Vampiros en La Habana). Hoy la silueta de Mafalda es un icono imprescindible para identificar la Argentina que hasta ahora monopolizaban iconogr¨¢ficamente un anciano Borges, el siempre sonriente Gardel, la omnipresente Evita y, en menor medida, el Che Guevara. Con sus libros y antolog¨ªas ¡ªinolvidable el formato apaisado de Ediciones De la Flor con que la dieron a conocer¡ª, agendas, jarras de caf¨¦ y bolsas de lona por todas partes, la ni?a que hizo mundialmente famoso el Nervocalm grageas y a la que Umberto Eco elogia es como el Obelisco, indisociable de la ciudad. La gran enemiga de la sopa y la injusticia preside incluso un Paseo de la Historieta que ya es de obligada referencia en gu¨ªas y circuitos tur¨ªsticos de Buenos Aires.
Erlich sostiene que ¡°el humor es la distancia m¨¢s fiel entre dos puntos¡±
Tres generaciones de porte?os reconocen en Chiquil¨ªn su para¨ªso gastron¨®mico y Joaqu¨ªn Lavado, Quino, y sus editores y c¨®mplices inseparables, Daniel Divinsky y Kuki Miller, no se sustraen al encanto de sus legendarias milanesas. Se dir¨ªa que en este restaurante de la calle Sarmiento no hacen sopa por respeto a Mafalda. La contraportada del diario P¨¢gina/12 pasa de mano en mano. La tira diaria de Rep concita la admiraci¨®n de todos. Y en la conversaci¨®n flota la idea de un inevitable parentesco con el humor ¡ªy no solo: la historieta es ya un g¨¦nero literario en toda regla¡ª que se hace ahora en Argentina.
Quino se escuda en supuestas dificultades visuales para no emitir juicios sobre el humor gr¨¢fico que se hace actualmente pero Divinsky es categ¨®rico: ¡°Todos los humoristas gr¨¢ficos surgidos en los ¨²ltimos 30 a?os en la Argentina son tributarios del humor de Quino, aun por la negativa, aquellos que dibujan o dibujaron tratando de no parecerse. Entre los m¨¢s elogiados por el propio Quino est¨¢n, en primer lugar Rep, luego Liniers, vastamente conocido en Espa?a hoy, y Alberto Montt, un chileno genial¡±.
Cualquiera que conozca un poco Buenos Aires sabe que el viejo barrio de Palermo ha pasado de ser una zona popular y tranquila a epicentro indiscutido de la modernidad, dando lugar a media docena de subdivisiones que van del Chico al Hollywood ¡ªpasando por el Viejo, el Soho o el Queen¡ª y congregan de d¨ªa a empresarios y dise?adores y cada noche a la bohemia, el turismo y el jolgorio. En estas condiciones, trazar un mapa de los palermos es una tarea imposible que, sin embargo, un dibujante ha conseguido, y en apenas un folio. ¡°Iglesia de San Jorge. Enfrente yo pondr¨ªa un boliche llamado Drag¨®n. Villa Lacan, donde mueren las palabras. Chica tatuada alternativa; chica no tatuada, bien alternativa¡±. En cien palabras y otros tantos garabatos Miguel Rep (San Isidro, 1961) ha conseguido retratar la realidad palermitana con una hondura que pocos novelistas alcanzar¨ªan. Y lo mejor es que ha hecho lo mismo con los otros 47 distritos que componen la ciudad de Buenos Aires en un libro, Y Rep hizo los barrios (Planeta), con textos de Osvaldo Soriano, Mart¨ªn Caparr¨®s, Juan Gelman, Ana Mar¨ªa Shua o Rodrigo Fres¨¢n. Un ¨¢lbum en el que vivos y muertos coinciden en la sinton¨ªa con un artista que bebe de los libros como del mate camionero con el que dosifica sus palabras: ¡°Es hermoso que la amistad llegue a ser el motor de la creaci¨®n art¨ªstica. La literatura y la pintura est¨¢n llenas de ejemplos¡±.
¡®Beya¡¯ denuncia con vi?etas y octos¨ªlabos la impunidad m¨¢s s¨®rdida
Conductor de una tertulia radiof¨®nica de culto, abanderado del muralismo gr¨¢fico contempor¨¢neo (la SEGIB, Secretar¨ªa General Iberoamericana, conserva uno de ellos en su sede de Madrid), convencido del universalismo novel¨ªstico y gran difusor de autores como Di Benedetto o Bernardo Kordon, a Rep le debemos ediciones ilustradas del Quijote o La Divina Comedia ¨Cque aparece ahora en fasc¨ªculos semanales¡ª y un papel esencial en la dignificaci¨®n del g¨¦nero humor¨ªstico. Una exposici¨®n antol¨®gica en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires ha permitido a m¨¢s de 30.000 escolares (adultos aparte) entre julio y lo que va de agosto acercarse al mundo cl¨¢sico a trav¨¦s de sus dibujos. ¡°Es un privilegio compartir mi trabajo con los chavales; la clave de la muestra son los talleres donde ellos dibujan y le pierden el miedo al concepto de vi?eta¡±.
Repasar la obra de Rep despu¨¦s de visitar el MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) permite comprender la importancia de los cl¨¢sicos en su obra. Desde las pinturas rupestres hasta Antonio Berni (1905-1981), toda la historia del arte parece filtrada por el humor de Rep. ?El papel de Quino? ¡°Quino es un gran puestista en escena, yo no tengo esa paciencia. Si ¨¦l es moderno yo represento la posmodernidad. Sus trabajos tienden al eslogan, aportan respuestas. Yo no represento al mundo de las certezas, estoy m¨¢s cerca de las preguntas. Soy absolutamente distinto a ¨¦l, pero sin Quino yo no ser¨ªa nadie¡±. Entre los ¨²ltimos trabajos de Rep, que prepara su participaci¨®n en la FIL de Guadalajara, figura una biograf¨ªa rayuel¨ªstica de Cort¨¢zar, 100 vi?etas desordenadas para contar la vida de Julio Florencio a la altura del gran mito.
Las vi?etas de colores suaves y hachazos en la conciencia de Bernardo Erlich (San Miguel de Tucum¨¢n, 1963) comenzaron a aparecer en elpais.com como si llevaran toda la vida. Profesor de Dise?o Gr¨¢fico en la Universidad Santo Tom¨¢s de Aquino, se dio a conocer al gran p¨²blico hace una d¨¦cada ilustrando junto a Hern¨¢n Casciari el blog M¨¢s Respeto, que Soy tu Madre, que despu¨¦s se convertir¨ªa en libro y obra de teatro de culto.
Erlich sostiene que ¡°el humor es la distancia m¨¢s fiel entre dos puntos¡±. En el origen del mundo las cosas no ten¨ªan nombre pero ya ten¨ªan dibujo, por eso los chicos dibujan, no sue?an con dibujar. ¡°Pap¨¢, ?puedo seguir jugando hasta que empiece la realidad?¡¯. ¡®Bueno, pero solo un rato¡±. Pariente necesario de Forges, Chumy Ch¨²mez o El Roto, en pordios.elerlich.com el dibujante convoca a los esp¨ªritus de la realidad y con ayuda del fotomontaje y la infograf¨ªa vincula el mundo de la vi?eta cl¨¢sica con el vitriolo 2.0 que hace las delicias de los lectores m¨¢s cr¨ªticos.
La sombra de Quino se entrelaza con las de otros maestros de la historieta como Hermenegildo S¨¢bat, Fernando Sendra y Carlos Garaycochea y cobija a los nuevos valores de la historieta argentina dentro y fuera del pa¨ªs. Los ejemplos de Carlos Sampayo y Jos¨¦ Mu?oz, autores de novela gr¨¢fica a cuyo magisterio se rinde Francia estos d¨ªas con homenajes y ediciones conmemorativas, o de Liniers, Maitena y Nik, que se han granjeado el favor de un amplio p¨²blico revisando el di¨¢logo entre autor y lector, prueban que la narraci¨®n a golpe de vi?eta est¨¢ m¨¢s viva que nunca.
Otra cosa es que el humor haya tenido que pactar con el dolor de la vida real para soportar el d¨ªa a d¨ªa de los ciudadanos. La apuesta de I?aki Echeverr¨ªa (Balcarce, 1974) y Gabriela Cabez¨®n C¨¢mara (Buenos Aires, 1968) por denunciar a trav¨¦s de vi?etas y octos¨ªlabos la impunidad m¨¢s s¨®rdida ha demostrado en los ¨²ltimos meses que la popularmente denominada historieta es ya un g¨¦nero mayor de edad. El dibujante y la narradora han vertido en las 128 p¨¢ginas de Beya. Le viste la cara a Dios (Eterna cadencia) la historia de Marita Ver¨®n, una joven secuestrada en 2002 y obligada a ejercer la prostituci¨®n en un garito del barrio de Lan¨²s, y cuyos captores han sido absueltos tras un largo proceso p¨²blico que ha revuelto las conciencias de la opini¨®n p¨²blica, dando lugar a uno de los casos m¨¢s lacerantes de la reciente historia argentina. Como dice Leonardo Oyola, uno de los nuevos valores de la novela negra argentina, ¡°la Beya de I?aki y Gabriela es una estampita y un canto a una guerrera popular. Un Nuevo Testamento de nuestra literatura y nuestra novela gr¨¢fica. Am¨¦n¡±.
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