El mejor guitarreo del rock

Seg¨²n su lema, la Radio 2 de la BBC es ¡°la favorita de la naci¨®n¡±. Concebida inicialmente como emisora para adultos, tiene ahora mayores audiencias que Radio 1, anterior emisora bandera de la BBC, que cubre la actualidad del pop juvenil. Y este verano, Radio 2 ha dado un golpe publicitario al celebrar el universo del riff,ya saben, esa pegajosa frase musical que se repite a lo largo de una canci¨®n.

En realidad, el riff existe igualmente en la m¨²sica instrumental, sea jazz o cl¨¢sica. Pero se identifica con el rock, donde la guitarra el¨¦ctrica suele ser el instrumento estelar: el riff es el puerto de entrada para los aspirantes a guitarristas ya que proporciona gratificaci¨®n instant¨¢nea. Ni siquiera es necesario saber tocar un instrumento: cuando suena un buen riff, cuesta resistirse a la tentaci¨®n de hacer la m¨ªmica adecuada con una guitarra invisible; de ah¨ª, los populares concursos de ¡°air guitar¡±.

El resultado de la votaci¨®n, sobre un listado de 100 canciones seleccionadas por locutores y expertos, se hizo p¨²blico el lunes y ha generado las respuestas previsibles: odas al poder guitarrero de los sesenta y los setenta, lamentos sugiriendo que el arte del riff est¨¦ en decadencia. Lo deducen del siguiente dato: las 10 canciones del presente siglo est¨¢n casi todas en la zona baja de la lista.

Semejante interpretaci¨®n olvida que, obviamente, los riffs m¨¢s frescos est¨¢n en desventaja: cuantos m¨¢s a?os lleve un riff en circulaci¨®n, m¨¢s posibilidades de empotrarse en la memoria musical de varias generaciones. El n¨²mero uno, el m¨¢s votado, Whole lotta love, es recordado por millones de brit¨¢nicos como la sinton¨ªa del programa televisivo Top of the Pops durante buena parte de los a?os setenta (aunque all¨ª sonaba en la versi¨®n de un grupo de m¨²sicos profesionales llamados CCS).

Whole lotta love tambi¨¦n ejemplariza el poder del riff. El tema deriva claramente de You need love, blues del compositor Willie Dixon grabado por el majestuoso Muddy Waters en 1962 (aunque Led Zeppelin se inspir¨® en la versi¨®n posterior de The Small Faces, You need loving). Nada de eso se reconoc¨ªa en los cr¨¦ditos de Whole lotta love, como era pr¨¢ctica habitual en Led Zeppelin, pero m¨¢s adelante, tras la amenaza de una demanda de Dixon, debieron a?adir su nombre y pagarle un porcentaje de los derechos de autor.

Page asegura que no fue producto de una improvisaci¨®n en directo

Pero es el riff de Jimmy Page lo que convierte Whole lotta love en el brontosaurio del rock. Page asegura que no fue producto de una improvisaci¨®n en directo. Se elabor¨® en su casa y entr¨® en combusti¨®n cuando fue tocado por toda la banda. En declaraciones a Radio 2, explica que buscaba ¡°algo amenazador pero que a la vez sonara acariciante¡± (la canci¨®n tiene un intermedio org¨¢smico protagonizado por el cantante, Robert Plant).

S¨ª que fueron creaciones colectivas los riffs de Sweet child o¡¯Mine (Guns¡¯n¡¯Roses, n? 2) y Money (Pink Floyd, n? 10). Obras m¨¢s personales son los de You really got me (The Kinks, n? 9), con Dave Davies distorsionando su guitarra con m¨¦todos primitivos, y How soon is now? (The Smiths, n? 6), verdadera arquitectura sonora desarrollada por el productor John Porter y el guitarrista Johnny Marr, en aquel momento fascinado por lo que se conoce como ¡°el ritmo Bo Diddley¡±.

Otros fueron creados con toda intenci¨®n: el de Back in black, de AC/DC, ten¨ªa que servir de base para la despedida del grupo a su primer cantante, el salvaje Bon Scott; Layla, de Derek and the Dominos, expresaba el anhelo de Eric Clapton por Patti Boyd, entonces casada con su amigo George Harrison, aunque se supone que el riff fue obra del guitarrista invitado, Duane Allman, ajeno al tri¨¢ngulo amoroso.

A veces, funciona la combinaci¨®n de lo dram¨¢tico con lo elemental. Es bien conocida la inspiraci¨®n de Smoke on the water (Deep Purple, n? 4): relata el incendio del Casino de Montreux en 1971, cuando un descerebrado dispar¨® al techo con una pistola de bengalas durante un concierto de Frank Zappa. Ritchie Blackmore construy¨® el riff y lo sigue defendiendo: es una secuencia de cuatro notas, no tan diferente ¡ªinsiste¡ª del inmortal Primer Movimiento de la Quinta sinfon¨ªa de Beethoven.