¡®Esquizos¡¯
Las contradicciones permanentes provocan la esquizofrenia, que es el estado natural de un espa?ol con respecto a su propia realidad nacional
Espa?a es un pa¨ªs de contradicciones porque es un pa¨ªs emocional. A lo largo de los siglos todos aquellos que se han detenido a estudiar la espa?olidad han tirado la toalla. Las contradicciones permanentes provocan la esquizofrenia, que es el estado natural de un espa?ol con respecto a su propia realidad nacional. Que vivimos a golpes emocionales lo advertimos a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. De pasarnos dos d¨¦cadas abominando del rumbeo popular de un cantante como Peret, a ser traspasados por un rayo emotivo trascendente en la hora de su muerte. Tarare¨¢bamos las piezas cuando nadie nos o¨ªa y nos las sab¨ªamos todas m¨¢s por insistencia que por gusto propio. Pero la Espa?a festiva y verbenera corre por debajo de todo el dolor y la fatalidad, la verg¨¹enza de ser tan borricos viene aparejada de un evidente orgullo de serlo. Y as¨ª a la dolorosa visi¨®n de la generaci¨®n del 98 le a?adimos un turur¨² final.
La m¨¢s febril de esas contradicciones sucedi¨® este verano. Despu¨¦s de todo un a?o inventando vallas m¨¢s altas y m¨¢s cortantes, de pegarles pelotazos de goma a los inmigrantes desesperados, de negar los hechos y justificarlos, pero aguardar a las vacaciones para cambiar a un alto cargo no vaya a ser que parezca que hicimos algo mal, despu¨¦s de inventar las mallas antitrepa y pedirle sin ¨¦xito a Europa m¨¢s responsabilidad en un drama geogr¨¢fico, despu¨¦s de pintar a los negros africanos como el mal m¨¢s grave que amenaza a Espa?a, por m¨¢s que ellos pisen nuestra tierra con gritos de alegr¨ªa y euforia como los que soltamos nosotros en los goles de Iniesta, despu¨¦s de todo eso, llega un beb¨¦ solitario en una patera y lo quieren adoptar todos los espa?oles.
Ese pespunte emocional con que Espa?a cose todas sus heridas, llev¨® a rebautizar a la ni?a F¨¢tima como Princesa y quererla y protegerla y proceder al reencuentro con sus padres con la diligencia de un pa¨ªs digno y orgulloso de tratar a las personas como personas. Es triste que le robemos la humanidad a la gente en cuanto cumple catorce a?os. Somos as¨ª y, por m¨¢s que nos d¨¦ cierta pereza volver a clase, saber que esas contradicciones protagonizar¨¢n nuestro nuevo curso, lo que nos obliga a permanecer atentos a la esquizofrenia.
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