Latinoam¨¦rica esculpida en bronce
Madrid esconde m¨¢s de 25 esculturas de personajes hist¨®ricos de la regi¨®n
Ah¨ª est¨¢n. Inmortalizadas. Sobrellevando las miradas de quienes caminan frente a ellas. Algunos ojos pasan sin saber de qui¨¦n se trata, y otros asienten con la cabeza como s¨ªmbolo de reconocimiento. Madrid esconde una Am¨¦rica Latina esculpida en bronce. M¨¢s de 25 esculturas de escritores, humanistas, militares y pol¨ªticos se levantan por las calles, parques y glorietas de la capital espa?ola.
La mayor¨ªa de estas estatuas se encargaron durante la dictadura de Franco (1939-1975). Tal es el caso del poeta nicarag¨¹ense Ruben Dar¨ªo, la pol¨ªtica argentina Eva Per¨®n, el libertador Sim¨®n Bol¨ªvar o el militar Jos¨¦ Artigas. ¡°A pesar de lo que se pueda creer, la voluntad de relaciones con Latinoam¨¦rica fue m¨¢s continuada durante el franquismo que en la democracia, a excepci¨®n del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez¡±, explica Tom¨¢s P¨¦rez Vejo, historiador espa?ol e investigador en el Instituto de Antropolog¨ªa de M¨¦xico.
Espa?a no ha sabido asumir una parte de su pasado Dice un historiador
Casi todos los h¨¦roes de la independencia se encuentran en el madrile?o Parque del Oeste. El camino que desciende en direcci¨®n sur se abre paso entre olmos y pinos. De repente, una glorieta despeja la sombra de los ¨¢rboles y surge la estatua ecuestre del militar argentino Jos¨¦ de San Mart¨ªn, cuyas campa?as fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y Per¨². Inaugurada en 1960, es una de las m¨¢s visibles, y no por su tama?o de m¨¢s de cuatro metros, sino por el espacio a su alrededor. ¡°Esto es l¨®gico porque Argentina era para Franco el pa¨ªs m¨¢s importante de Am¨¦rica. Adem¨¢s, el personaje ofrec¨ªa ventajas para el proyecto hispanista franquista: era un criollo, blanco y educado en Espa?a¡±, explica P¨¦rez Vejo.
Pocos metros m¨¢s abajo y de igual tama?o aparece Sim¨®n Bol¨ªvar, pol¨ªtico venezolano clave para la independencia de seis pa¨ªses de la regi¨®n. Montado sobre su caballo, levanta el brazo derecho a la par que la pata de su animal, la ¨²nica que no est¨¢ sobre el suelo. M¨¢s escondida est¨¢ la estatua del general chileno Bernardo O¡¯Higgins. Es una r¨¦plica que fue emplazada en 1987, pero en 2005 se instal¨® en el parque del Oeste. En un extremo del parque est¨¢ el sacerdote y l¨ªder de la independencia de M¨¦xico, Miguel Hidalgo. La talla, de nueve metros de altura, se levanta sobre un gran pedestal de granito. El monumento fue un regalo de la Ciudad de M¨¦xico a cambio de una reproducci¨®n de la fuente de Cibeles, que Adolfo Su¨¢rez encarg¨® en 1979 y que se encuentra en la colonia Condesa del D. F.
Y en una esquina se encuentra sentada la escritora y religiosa novohispana Sor Juana In¨¦s de la Cruz (1615-1695), quien prefiri¨® ingresar en un convento para seguir adelante con sus poemas. La reproducci¨®n fue inaugurada en 1981 y es el ¨²nico personaje que vivi¨® en la ¨¦poca colonial. ¡°Hombres necios que acus¨¢is a la mujer, sin raz¨®n, sin ver que sois la ocasi¨®n de lo mismo que culp¨¢is¡±, reza uno de los versos del poema titulado Redondillas. Pocos son los caminantes que logran identificar a esta poetisa con uno de los m¨¢s grandes versos del siglo XVII.
Para el historiador P¨¦rez Vejo la poca presencia de personajes como Sor Juana In¨¦s de la Cruz en los libros de bachillerato de Espa?a es un error: ¡°Demuestra la incapacidad del canon cultural espa?ol para asumir una parte de su pasado, de su propia historia¡±. En una situaci¨®n similar est¨¢ la figura de Andr¨¦s Bello, un humanista venezolano que tal y como est¨¢ escrito en la placa debajo de su estatua fue conocido como el libertador intelectual de Hispanoam¨¦rica, por su trabajo en pro de la integridad del idioma castellano en Am¨¦rica. Fue erigida en 1972 y se encuentra en el parque Dehesa de la Villa de cuerpo entero y de pie, vestido con elegancia y sujetando con la mano derecha un libro.
Los h¨¦roes de independencia se encuentran en el Parque del Oeste
El escritor brasile?o Machado de Assis es otra de las figuras menos conocidas en el ¨¢mbito espa?ol, pero clave en la literatura brasile?a. Es la ¨²nica estatua encargada durante el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. En cambio, en los a?os de Felipe Gonz¨¢lez como jefe del Ejecutivo de Espa?a, se encargaron esculturas como la del presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas o el poeta Neruda. El primero fue el mandatario mexicano partidario de acoger a los exiliados espa?oles, y el segundo es el escritor chileno que gan¨® el Premio Nobel de Literatura en 1971.
La figura de Agust¨ªn Lara est¨¢ de pie, con los brazos cruzados y en actitud un poco chulesca. ¡°Madrid, Madrid... en M¨¦xico se piensa mucho en ti¡±, se lee en la chapa de este compositor mexicano en el barrio de Lavapi¨¦s, frente a la biblioteca P¨ªas. Lara, gracias a su popular canci¨®n, es quiz¨¢ uno de los personajes m¨¢s reconocidos. As¨ª le parece a Eladio Fern¨¢ndez, un paseante de 31 a?os, quien afirma sin dudar que ese hombre de bronce que se encuentra en su barrio es Lara. ¡°S¨¦ qui¨¦n es por la canci¨®n¡±, asegura.
Ninguna de las esculturas que se esconden en Madrid se inauguraron en el gran momento de la estatuaria p¨²blica, a finales del siglo XIX, principios del XX. ¡°Significa el tard¨ªo reconocimiento que hay en Espa?a a figuras del mundo latinoamericano¡±, concluye P¨¦rez Vejo.
Las dos pioneras en Madrid
En una de las paredes del Palacio Real de Madrid, la que se puede ver desde la catedral de la Almudena, descansan dos figuras que representan a los imperios americanos. Sobre una de las cornisa se encuentra el emperador Moctezuma, y sobre otra el gobernador Atahualpa. Es la primera presencia de estatuas latinoamericanas en Madrid. Pero no es una memoria nacional, sino memoria de la monarqu¨ªa, explica?Tom¨¢s P¨¦rez Vejo, historiador espa?ol e investigador en el Instituto de Antropolog¨ªa de M¨¦xico.
Cuando los Borbones decidieron construir un nuevo Palacio Real encargaron un proyecto con un complejo iconogr¨¢fico de lo que era la monarqu¨ªa. As¨ª, el edificio se decorar¨ªa con estatuas de las distintas dinast¨ªas hist¨®ricas que hab¨ªan contribuido a la construcci¨®n de la familia real espa?ola. En la fachada que mira a la puerta de la Armer¨ªa (a la catedral de la Almudena) hay dos esculturas representando a las monarqu¨ªas americanas desde la concepci¨®n del siglo XVIII, las cuales eran dos: el imperio Inca y el Azteca M¨¦xico-Tenochtitlan, por ello se encuentran de pie?Atahualpa y Moctezuma. De esta forma los reyes se asum¨ªan como herederos de ambos imperios.?
Todas las estatuas han sido retiradas y colocadas en distinto parques y ciudades espa?olas. Todas salvo las dos pioneras en Madrid.
Babelia
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